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Abrió la puerta, sorprendiéndose de encontrarse con él allí. ¿Qué estaba haciendo Summy en la aldea? Y el rubio pareció tener la misma impresión, sólo que supo disimularlo mejor.

—¿En dónde está la muchacha?

—Ven aquí —le dijo guiándolo hasta una de las habitaciones de la cabaña.

Summy se encontró con una jovencita de no más de quince años, con fuertes dolores de parto.

—Hola, mi nombre es Summy y estoy aquí para ayudarte —le dijo con una amable sonrisa—. ¿Me dejarías examinarte?

—M-Me duele m-mucho, siento q-que no puedo respirar.

—Lo imagino, estás en trabajo de parto, pronto nacerá tu bebé, y es por eso que estoy aquí para ayudarte.

Ilu se puso al lado de la jovencita, que estaba sentada en la cama, y le secó el sudor del rostro, antes de tomar una de sus manos.

No, no sería líder, pero había entendido que podía ayudar de todos modos en la isla, a las mujeres que lo necesitaran. Y es por eso, que solía viajar a las zonas más alejadas.

Y era la primera vez que volvía a ver a Summy, después de casi diez años.

***

"Hm, volvió el gato emo —sonrió entrando a la habitación de su novio, cerrando la puerta, antes de dirigirse a él y darle un suave beso en los labios.

—Sí —murmuró Sasha, desviando la mirada.

—¿Qué pasó? ¿Quieres hablar conmigo?

Ambos se sentaron en la cama del azabache, y Mafet lo miró expectante.

—Hoy volví a discutir con mis padres por lo mismo, yo no quiero seguir viviendo aquí, y ellos no lo entienden. No encajo en este lugar.

—Ah, entiendo... Quieres irte —pronunció bajo.

—Y si no lo hago, es por ti, y lo sabes, Mafet.

—Tampoco quiero que me eches la culpa de tu vida miserable, Sasha. A mí me importa más tu felicidad, que tenerte a mi lado.

—¿O sea que te da lo mismo si estoy o no contigo?

—No, lo que quise decir-

—Es que te importa una mierda nuestra relación —pronunció molesto, poniéndose de pie—. ¿Para qué viniste?

—No de nuevo —suspiró pasándose una mano por la frente—. No quiero discutir por una estupidez, Sasha.

—Sí yo tampoco, mejor vete.

Mafet levantó la cabeza y lo observó confundido, desconcertado.

—¿Hablas en serio?

—Sí, quiero estar solo, vete.

—Okay, quédate sólo entonces. Siempre es lo mismo contigo."

—Hola, quiero helado para llevar, de vainilla, chocolate y fresa, con salsa de chocolate, caramelo y fresa, nuez picada y unas obleas, por favor —pidió en un tono amable.

La joven de la heladería lo miró sorprendida, y luego se dispuso a preparar su pedido sumamente goloso. ¿A quién le podría gustar algo tan dulce? Y para Sasha era simple, Mafet.

Luego de unos minutos, pagó el helado y se fue al despacho del muchacho, sabiendo que pronto terminaría su jornada laboral. El día anterior habían almorzado juntos, pero el castaño se seguía comportando distante con él.

Llegó hasta el trabajo de Mafet, y comprobó que la puerta ya estaba cerrada. Al parecer, el castaño pronto saldría... Si es que ya no se había ido.

...

Muchas gracias a todas por sus hermosas palabras. Ojalá mis ánimos fueran otros ♥️♥️ son lo mejor que tengo

Los hijos de Kanat'maDonde viven las historias. Descúbrelo ahora