—Entonces ¿Quieres decirme que pasó?
—¿Con qué?
—¿Por qué ese cambio de humor tan repentino? Estabas feliz cuando bajamos de la montaña, y cuando volví, ya no te veías igual. ¿Te hizo algo Adrien?
—No, tal vez me hizo mal a mí también.
—Hm, de acuerdo —pronunció no muy convencido, aún llevándola en la espalda.
—Bati ¿Tú qué sabes de Zato?
—Pues es el amigo de mi papá, conozco a su familia desde bebé.
—¿Y qué sabes de su familia?
—Mm, que Zato tuvo ocho hijos, y su hijo Zat ahora es el segundo al mando de la tribu del Norte.
—Mm, entiendo, y... ¿Qué hay de sus mujeres?
—No las conozco, sólo a la madre de Adrien.
—Ah.
—¿Por qué?
—Por nada, simple curiosidad.
Apoyó su cabeza en el hombro de Batiet, y se abrazó a su pecho, cerrando los ojos.
—¿Tienes sueño?
—Un poco.
—Ya falta poco para llegar a tu casa, y si te duermes, podrías caerte.
—Sé que tú no me dejarías caer —sonrió con los ojos cerrados—. ¿Te quedarás conmigo?
—No lo creo, Kana, parece que va a llover.
—¿Y qué con eso? Quédate igual conmigo.
***
Rompió a reír a carcajadas, haciéndolo reír a él también. Liliana se asomó en la sala, y sonrió al ver a su hija y primo reír de ese modo, tan alegres, con esa risa contagiosa.
No importaba que tan malo hubiera sido el día de Kanat, si estaba con Batiet, su hija volvía a sonreír.
—Y-Ya no p-puedo m-más —rió sosteniéndose de él.
Estaban viendo videos de caídas y accidentes estúpidos, mientras afuera la tormenta era cada vez más fuerte e intensa.
—¿Te sientes mejor? —sonrió ya más calmado, luego de tomar un poco de soda.
—Sí, ya me siento mejor, gracias —sonrió abrazándolo.
—De nada, todo es por ti.
—¿No tienes novia, no?
—¿Por qué me preguntas eso? —sonrió divertido—. ¿Estarías muy celosa?
—¡Sí! Demasiado, porque ya no te ocuparías de mí, sólo de tu novia.
—Y tú podrías buscar un novio.
—Pero no sería lo mismo —pronunció bajo, haciendo un mohín, bajando las orejitas.
—¿Ah no?
—No.
—Sí, me parece que no muchos te tendrían tanta paciencia —sonrió—. Y te llevarían a pasear, y vendrían a verte a cualquier hora, o-
—Sí, por eso mejor no tengas novia —lo interrumpió abrazándolo fuerte—. Hagamos un pacto de quedarnos solteros, y listo.
—¿Qué? —rio—. Pero yo necesito una novia también, ya sabes... Intimar.
—Celibato.
El castaño río divertido, y la abrazó, depositando un beso en su frente.
—Ay Kana, ojalá fuera tan fácil.
***
—Quédate a dormir, Bati, ya es muy tarde para que te vayas a tu casa.
—Gracias, tía, pero mañana tengo clases temprano. Y por suerte es la última semana —sonrió colocándose su abrigo.
Kanat se había quedado dormida en su habitación, y es por eso que el muchacho había aprovechado para bajar e irse.
—Hablé con tus papás, dijeron que no había problema con que te quedaras.
—Ya pedí un taxi, pronto vendrá a buscarme, no te preocupes, estaré bien.
Y el muchacho abrió la puerta para salir, cuando Kanat bajó corriendo las escaleras.
—¡Batiet!
—¿Qué haces despierta? Ve a la cama —sonrió al verla en pijama, cerrando la puerta—. Hace frío, está lloviendo.
—No, dijiste que desayunaríamos juntos, que ibas a quedarte a dormir en mi casa.
—Pero ya pedí un taxi.
—Cancélalo, por favor —le pidió bajando sus orejitas.
Batiet la miró, y luego sonrió, negando con la cabeza.
—Tú ganas.
Muy manipuladora con su encanto y ternura.
...
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Los hijos de Kanat'ma
Science FictionLibro especial de la serie Bestias, con algunos de los hijos de los protagonistas ❤️ Inicio: 18/02/20