Lo abrazó a él, besándolo deseoso, mientras el otro muchacho se movía sobre sus muslos, jadeando, abrazándose a su cuerpo por encima de sus hombros.
Sasha gruñó, rompiendo con su beso, tomándolo con fuerza de las caderas, antes de liberarse, y unas estocadas después, Mafet, entre el vientre de ambos.
El castaño sonrió cansado, dándole besos cortos en los labios, sintiendo las caricias de Sasha por su espalda, bajando hacia su trasero, apretándolo.
—Descansemos un poco —pronunció bajo, con los ojos cerrados.
Sasha se acostó hacia atrás, y con él se llevó a Mafet, acariciándole la espalda, mientras el muchacho descansaba sobre su pecho.
—¿A qué hora venían tus padres?
—Mm, contando el tiempo que llevamos haciéndolo, como en quince minutos.
—Mierda —gruñó.
Mefet respiró profundo, y luego se levantó un poco, dándole un beso corto en los labios, antes de salir sobre él, jadeando bajo.
—Vamos a bañarnos, gatito emo —sonrió al ver su rostro molesto—. Creo que eres una especie de gato persa, siempre con el ceño arrugado —rio.
Sasha lo miró molesto, y luego le dio una nalgada, haciéndole picar el cachete de su trasero.
—Auch ¡Qué bruto eres! —se quejó sobándose la zona.
—Olvídate de la próxima vez ser el activo —le dijo el azabache, dirigiéndose al baño.
—¡Pues entonces no haremos nada! Porque ésta vez era mí turno ¡Y me engañaste!
Sasha sonrió divertido y entró primero al baño.
***
—Quiero un pudín de chocolate, con dos bolas de helado encima, una de vainilla y otra de fresa. Póngale también salsa de chocolate, fresa, caramelo y nuez picada. ¡Oh sí! Y la oblea, no pueden olvidar la oblea.
—De acuerdo —sonrió amablemente la moza, antes de mirar a Sasha—. ¿Y tú qué vas a ordenar?
—Un café sin leche y una rosquilla.
—Que aburrido eres Sasha.
La joven se fue, y Mafet miró sonriendo a Sasha.
—¿Qué te pasa?
—Nada ¿Por qué? —le preguntó tomando una copa de agua.
—No lo sé, estás con cara de perro malo —le dijo frunciendo el ceño, imitando su expresión, antes de volver a sonreír.
¿Cómo era posible que Mafet fuera tan positivo? ¿Tan risueño? Jamás lo había visto enojado verdaderamente, sus enojos no duraban más de cinco minutos.
A todo le encontraba una solución, veía la vida de un modo tan simple ¡Qué era imposible que se tomara todo tan relajado!
—Tal vez estoy cansado, no lo sé.
—¿Seguro es eso, Sasha? ¿Tuviste algún problema con tus papás?
—No, para nada.
—De acuerdo. Entonces, gato emo ¿A dónde iremos luego del postre? —sonrió.
Era su día libre, sin clases ni entrenamientos, y lo querían pasar juntos lo mayor posible.
—¿A dónde te gustaría ir?
—¿En verdad quieres saberlo? —preguntó travieso.
—Sí.
—A la cama —sonrió divertido.
Sasha sonrió levemente y luego negó con la cabeza, antes de volver a beber agua.
Sí, a él también le gustaría pasar la tarde y noche con Mafet, pero era imposible. El muchacho tenía dos hermanos menores, y vivían todos en la misma casa.
Y por su parte, Sasha también tenía una hermana, y vivía con sus padres también. Era imposible hacerlo seguido.
—¡Ya sé! Busquemos un lugar especial, que sólo nosotros dos conozcamos, y ahí, hacemos nuestro nidito de amor —pronunció bajo, sonriendo.
...
Por si no saben cómo se ve un gato persa jajaja 🤣😍❤️
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