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— ¿Y bien?

Hwang se acomodó en el asiento de aquella cafetería, la que quedaba al frente del edifico donde ese encontraba el apartamento del australiano.

Luego de despedirse de su supuesto novio y dejándole bien en claro sobre quien era el primero en rozar sus labios, su plan había salido exitoso. Ver la cara enfurecida de HyunJin, sus ojos fulminantes queriendo desgarrar al australiano, sus manos vueltas en puños. Menuda imagen... Dentro suyo empezó a reírse por lo ridículo que se veía el azabache.

Félix fue muy astuto al tomar su teléfono disimulando una falsa conversación con ChangBin. Era evidente que llegaría a oídos ajenos, ya que sólo estaba a unos metros de él. Sí, Lee quería jugar un poco con el azabache. Después de todo fue culpa suya que lo dejasen plantado en su cita.

— ¿Quieres un macchiato o un latte? — preguntó Félix a HyunJin con la vista en la carta, que, minutos antes le habían entregado.

— Quiero a Seo. — contestó firme.

— Eso no está en la carta — refutó el australiano muy sereno, cambiando de página absorto en su pedido. — Yo te recomendaría probar un Café moca, aquí lo hacen muy delicioso.

— ¿Me estas jodiendo?

— Oh, vamos. Yo invito. — La paciencia de Hwang rebaso y no tuvo más alternativa que quitarle la carta de sus manos para que el rubio le prestara atención. — Escucha, Félix. La única razón por la que acepte venir aquí era para arreglar cuentas contigo. Y si hablo de ti eso también involucra a ChangBin. — Félix apoyó su cuerpo en el espaldar del asiento. Le parecía tan divertido ver el comportamiento de HyunJin. Como un pequeño niñato reclamando su juguete.

El juguete favorito del australiano. Oh no, Hwang se estaba metiendo en territorio ajeno. Y Félix siempre odio compartir lo que era suyo.


[...]




ChangBin se sentía confundido. No entendía el actuar de Lee, es decir, la conducta que tuvo en la tarde luego de irrumpir su casa. Cuando lo acorraló en la cocina, tocando sus labios y actuando de manera posesiva.

"Debería ser más cuidadoso con lo que es mío... ¿No crees?"

¿Más cuidadoso con lo que era suyo? ¿A qué se refería con eso? Algo no estaba bien. En ningún momento establecieron reglas en las que lo señalaran a él como propiedad de Lee Félix o que le prohibieran relacionarse con otros que no sea Lee. Era algo absurdo. Pensó Bin.

Félix sabía a la perfección que el más bajo estaba enamorado de Hwang, y que este trato que habían pactado ambos sólo era para lucrarse. Entonces...

¿Porqué Félix intentaba apropiarse de los labios de Seo ChangBin?

No pasaron ni cinco minutos cuando Seo cogió su teléfono y marcó el número de Lee. Quería hablar con él para saber por qué razones empezó actuar tan extraño.

— Dime, ChangBin.

— Ven a mi casa. Ahora. — ordenó, sin esperar respuesta alguna finalizó la llamada.



[...]




Luego de discutir y seguir dando vueltas al asunto, Hwang dio por terminada la conversación. Aclarando que ChangBin no quería a Félix y sólo estaba con él por puro capricho, ya que nunca se le dio la oportunidad de arreglar las cosas con Bin, él se había encerrado en sus propias suposiciones haciéndolo ver al azabache como un casanova que iba rompiendo corazones a personas que sólo querían su atención.

— ¿Qué quieres Hwang? — preguntó Lee, está vez con el ceño fruncido.

— A ChangBin.

— Reclamando algo que no es tuyo... eh Hwang~ — canturreó con sorna — Tienes agallas. — Dibujó una sonrisa ladeada.

Justo antes que el azabache diga algo más el teléfono de Félix empezó a timbrar. Al ver el rostro sonriente de Lee dedujo de quien se trataba.

— Dime, ChangBin — Félix le dedicó una sonrisa a HyunJin. — Claro, ahora mismo voy en camino. — El rubio corto la llamada, guardo su teléfono y dejando unos billetes sobre la mesa se levantó para dirigirse a la salida.

— ¿A dónde vas? — HyunJin agarró fuertemente el brazo del australiano esperando una respuesta.

— Es obvio que con Chang...— 

Justo en el momento que Félix empujaría la puerta de cristal de la cafetería, lo volvió a ver. Aquel chico de piel pálida como la de un vampiro, cabellera negra, mirada inocente y esa nariz perfilada. Podía reconocerlo a donde quiera que vaya.

Parecía estar perdido, tenía en manos un pequeño papel, supuso que sería alguna dirección. Se veía tan jodidamente bien. Pantalón ceñido a sus piernas remarcando sus muslos bien trabajados y una camisa negra que no hacía más que contrastar más su blanca piel.

Félix se había quedado anonadado frente a la puerta de cristal, su cuerpo no respondía ante los llamados de HyunJin.

Aquel muchacho giro en su propio eje buscando la dirección que tenía anotada en aquella nota, quedando al frente de la cafetería en donde se encontró con la mirada de Lee.

Atónito.

Dejo caer sus pertenencias, incluso la dirección que tenía en manos. Había estado esperando tanto por este momento.

— Chris...

Esto no podía estar pasando. 



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𝘾𝙧𝙪𝙨𝙝 𝘾𝙪𝙡𝙩𝙪𝙧𝙚 ➻ [Scв ; Hнj]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora