41

1.4K 183 35
                                    


— Adivina — HyunJin muy emocionado abrazó a su novio por su espalda repartiendo pequeños besos en su cuello —, mis padres quieren conocerte, Bebé.

— ¿Eh? — Un sonrojado ChangBin soltó una risilla, nervioso. HyunJin seguía provocando que los latidos del peli negro se aceleraran como el primer día. Teniendo sus sentimientos a flor de piel mordió su labio inferior e intentó calmar su eufórico corazón — ¿Tus padres? — preguntó y HyunJin asintió aún con su mandíbula apoyada sobre su hombro. — Yo... no lo sé.

— ¿Qué sucede, amor? ¿No quieres conocer a los padres de tu futuro esposo? — Aquello terminó con ChangBin. Se ruborizó hasta la punta de sus orejas y en cualquier momento echaría humo por su cabeza. Hwang era el único que tenía tal poder de provocar aquello en el pobre Bin. — Bebé.

— ¡YA! Bobo. No digas eso. — Ver avergonzado al pequeño peli negro le causaba ternura a Hwang y a la vez diversión. — Yo- no es que no quiera conocerlos, es sólo que... tengo miedo. — musitó bajando su cabeza.

— Entiendo, pero...— HyunJin aún con sus brazos en el pequeño cuerpo de su amado, hizo que este volteara para así verle a su rostro. — Estarás conmigo, amor. Además, les agradas. — Aseguró el azabache picando la nariz de su contrario con su dedo índice. — Ya les he platicado sobre ti, bebé. Es por eso que están muy emocionados de conocerte. — Apretando la mejilla rosadita de ChangBin le plantó un beso en sus labios. — Tú tranquilo, Binnie, ¿Sí? — El aludido asintió frenético sin quitar la vista del perfecto rostro de su novio. Quien le plantó un segundo beso, siendo este más largo y pasional.

HyunJin sólo quería demostrarle lo mucho que lo amaba y no quería que su hermoso novio se sintiera inseguro en ningún momento. Le quería y sólo deseaba darle lo mejor y hacerlo el novio más feliz del planeta.



[...]



WooYoung se encontraba al frente de la cafetería en la que había quedado con Félix días antes. Soltando un largo suspiro se adentró al lugar provocando que la campanilla de la puerta sonara indicando la entrada de un nuevo cliente. Uno de los camareros de la cafetería le saludó e invitó a que tomara asiento señalándole una de las mesas vacías que se encontraban cerca al gran ventanal que tenía el establecimiento. Faltaban unos minutos para que sean las siete de la noche y el australiano apareciese.

Con su abrigo afelpado que ChangBin le había obsequiado y unos pantalones rasgados se manifestó en la cafetería, sentándose en frente de WooYoung.

— ¿Y eso? — preguntó el mayor señalando el abrigo del pecoso.

— Es el regalo de ChangBin. — respondió esbozando una sonrisa.

— Ah, vaya. Así que yo soy el único que no te obsequio nada. — Haciendo puchero se cruzó de brazos. — Soy horrible. — Dramatizó.

— Hyung, no diga eso. Usted es el mejor. — dijo Lee, tratando de animar al de cabellos cenizos.

— Buenas noches, mi nombre es JeongIn y los atenderé el día de hoy. — La mirada de ambos amigos fueron directos a parar en el camarero. Un chico delgado de cabellera roja y sonrisa tímida. Parecía ser su primera vez allí. — ¿Desean hacer su pedido ahora? — inquirió.

WooYoung asintió y le indicó la bebida que quería, Félix de igual manera hizo su pedido. JeongIn hizo una reverencia y se retiró de la mesa. Dejando nuevamente a ambos amigos.

— Entonces... ¿Qué paso? — WooYoung recargo su espalda en el espaldar del asiento esperando a lo que diría Lee.

— Además del obsequio...— Empezó, mirando hacia la ventana de cristal que tenía a su izquierda y suspiró —, lo besé. — confesó.

— ...

— Sé que no debía de hacer eso, pero sólo quería deshacerme de la incertidumbre que llevaba conmigo. Créeme que antes de hacerlo estaba luchando contra mis impulsos. Pero, termine perdiendo contra ellos luego de verlo sonreír. Entonces fue cuando me di cuenta de mis sentimientos por ChangBin. — WooYoung sólo miraba cómo Félix se desmoronaba en frente suyo. Quizá el hubiese impedido que esto ocurriera si hubiese sabido de aquel descabellado plan de su falso noviazgo. Pero, como él mismo dijo. Nadie puede tener control de sus sentimientos, el amor no funcionaba de esa manera.

— Lo siento, Lix.

Cuando el camarero se aproximó a su mesa con sus ordenes en mano, Lee se incorporó de nuevo en la mesa y tomó su taza de café agradeciéndole a JeongIn por su trabajo. WooYoung de la misma forma le dedicó una sonrisa antes de retirarse.

— ¿Qué harás ahora? — cuestionó curioso Jung. — ¿Regresaras a la academia?

— Quizá. Aunque prefiero tomarme un tiempo, conseguiré algún trabajo de medio tiempo y me inscribiré en algún curso.

— Creo que es una buena idea. Lo importante ahora es sanar tu corazón.

— Lo es.

WooYoung y Félix disfrutaban de su café cuando el impacto de una taza al piso provocó un sonido estruendoso en el establecimiento. La mesa que estaba al lado de ellos era la responsable, JeongIn fue rápidamente a recoger los pedazos rotos que estaban esparcidos por todo el piso. Dos chicas se empezaron a disculpar por el desastre causado. Cuando escuchó que el peli rojo soltó un gemido por el corte que se hizo en su dedo, Lee se levantó de su lugar para socorrer al muchacho.

— Lo siento... — Se disculpó. Lee hizo presión en su dedo para que dejara de sangrar.

— ¿Tienen un botiquín, jeongIn? — preguntó el pecoso, a lo que el aludido asintió. Otro de los camareros le extendió la pequeña caja de primeros auxilios y terminó de limpiar lo que restaba del piso.

Félix desinfecto la herida para luego cubrir la zona con una bandita adhesiva con diseño. JeongIn tenía las mejillas sonrojadas, estaba avergonzado por lo torpe que había sido. Pero, se sentía agradecido, porque alguien como el rubio lo atendiera.

— Muchas gracias, Hyung.

— No es nada, JeongIn. — dijo dedicándole una sonrisa. Gesto que el peli rojo copio retirándose nuevamente a sus labores.

Ya iba siendo hora para que ambos amigos tomaran caminos separados y fueran a sus respectivas casas. Lee estaba agradecido con WooYoung por haberle escuchado y apoyado en todo este tiempo. 

— Estarás bien, Lix. — aseguró el mayor despeinando los cabellos del pecoso.

— Hmm, sí. Tiene razón, Hyung. — Asintió. — Por cierto, Hyung. Me pareció ver a esas dos chicas antes. — comentó, tratando de recordar esos rostros en algún otro lugar.

— ¿En serio? Para ser sincero no les tome mucha atención.

— Bueno, quizá sea imaginación mía.



[...]



A la mañana siguiente cuando Félix descansaba plácidamente envuelto en su edredón sintió vibrar su teléfono.

Lee tomó aquel aparato con pesadumbre debido al sueño y desbloqueó la pantalla encontrándose con un mensaje.

HyunJin:

Necesito hablar contigo.




𝘾𝙧𝙪𝙨𝙝 𝘾𝙪𝙡𝙩𝙪𝙧𝙚 ➻ [Scв ; Hнj]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora