𝘾𝙧𝙪𝙨𝙝 𝘾𝙪𝙡𝙩𝙪𝙧𝙚 ➻ [Scв ; Hнj]

22

— ¿Te encuentras bien?

— No lo sé.

ChangBin se encontraba recostado en su cama y con la mirada perdida en el techo de su habitación.

— ¿Porqué no bajaste a desayunar?

— No tengo hambre.

— ¿Iras a clases?

— WooYoung, no tengo ganas de nada. Ni de bailar.

Jung se acomodó a lado suyo y jaló a su pequeño arrimándolo a su pecho.

— ¿Me dirás qué paso?

— Es que no sé qué es lo que paso exactamente. No sé si fue verdad o sólo una maldita jugada de mi imaginación. Pero él estuvo aquí. Paso la noche aquí. Se acostó a mi lado y platicamos. Y cuando desperté él simplemente ya no estaba.

— ¿Hwang?

— Sí, HyunJin.

El mayor aún tenía muchas preguntas en su cabeza. Ver a su pequeño tan confundido le hacía querer saber las verdaderas intenciones del azabache. ¿Acaso estaba jugando con él? ChangBin le había contado sobre lo sucedido la noche anterior. Desde que recibió la llamada de Hwang hasta cuando lo llevó a su casa.

WooYoung tomó prestado el teléfono de su amigo y empezó a revisar el historial de llamadas. Y sí, en efecto. HyunJin le había llamado.

— ¿Y de qué platicaron?

— De ... — Alargó el "e" del final. Nervioso, pues no sabía si era correcto decirle algo que el azabache había confiado en él.

— ¿Acaso ustedes hicieron algo más?

— ¿Qué? ¡No! ¡Por supuesto que no! ¡Nada de eso!

— Entonces ¿Qué es eso que me ocultas, ChangBinie~?

— Es secreto.

— ¿Y qué hay del beso con Felix?

[...]

ChangBin se encontraba en la puerta de la academia esperando a un chico de pecas. Tenía que hablar seriamente con él. Estaba molesto, él nunca hubiese querido que su amigo se enterase por otra persona que no sea él mismo sobre aquel beso. Sin embargo un pecoso le había ganado.

— Oh, ¡ChangBin!

Felix, el chico de cabellera ahora rubia se acercó con una sonrisa en su rostro hasta el más bajo, quien moviendo su cabeza le indico que le siguiera adentro.

— ¿Pasó algo?

— Sí, Felix. Pasa de que mi mejor amigo, WooYoung, se enteró de nuestro beso.

— ¿Y hay algo de malo en eso? — preguntó el pecoso, confundido.

— ¿Porqué lo hiciste? Es decir, no debiste — espetó — Yo se lo diría a su debido tiempo. No tú.

— Ah, perdón...

— Da igual. Ya está hecho.

Seo se encogió de hombros y se retiró hacia los casilleros. Félix lo siguió divertido, pues la expresión del peli negro era lindo. Entendía que estaba enfadado, pero verlo haciendo puchero y su pequeña rabieta le enternecía.

Bin no le dirigió la palabra durante las clases, pero cada que cruzaban miradas no desperdiciaba tal oportunidad para enviarle sus típicos besos volados y unos cuantos guiños llenos de picardía. Félix sabía que aquello le arrancaría al menos una sonrisa, porque bueno, porque era él. Lee Félix. El australiano de pecas bonitas.

Al culminar las clases ChangBin fue hacia los casilleros a sacar sus pertenencias y cambiarse de ropa, ya que la que tenía puesta estaba húmeda por el sudor.

Cuando empezó a quitarse su camiseta negra escucho alguien entrar a los vestidores por lo que decidió apresurarse y salir de allí. Pero justo antes de jalar su mochila sintió un fuerte agarre en su muñeca derecha, haciendo que este volteara bruscamente encontrándose con aquellos ojos negros que hacían ruborizar al menor.

— HyunJin...— susurró.

— Yo...— Soltó la mano del peli negro y comenzó a frotar su nuca, nervioso— Lamento irme así de tu casa esta mañana.

— Oh, descuida. No hay problema — Entonces era verdad. Nada de lo que paso la noche anterior era un sueño. HyunJin acababa de confirmarlo.

Se quedaron un buen rato en silencio, ambos mirándose. Como si el mundo a su alrededor no existiese. ChangBin sólo le dedicó una sonrisa y HyunJin respondió de la misma manera.

— Bueno, debo de irme —habló Seo rompiendo aquel silencio.

— Sí, yo también —dijo el azabache riendo nerviosamente.

— Entonces. Adi-

Antes que diga algo más, ChangBin se vio interrumpido por un beso en una de sus mejillas.

— Gracias...

Susurró HyunJin en el oído del peli negro para luego retirarse de los vestidores.

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