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HyunJin se preguntaba porqué ChangBin demoraba, dejando el vaso de jugo en el fregadero de la cocina, caminó en dirección a la puerta principal en donde observó a su novio completamente estático, pasmado, como si lo que hubiese visto fuese un espectro.

— ¿Bebé? — Hwang se acercó hacia ChangBin pasando su mano por la cintura del contrario y fijo su mirada en el chico que estaba delante de su novio. Ahora entendía porque la expresión de Bin. Era por aquel pecoso, quien había desaparecido por más de un mes sin dejar nota alguna. — Félix.

— Hola, HyunJin. — saludó el pecoso.

— ¿Qué paso con tu mano? — preguntó ChangBin. — ¿Porqué no me dijiste nada? — Bin había estado preocupado por el australiano desde su partida intentando comunicarse por todos los medios sin éxito alguno. Y ahora verlo en la puerta de su casa y con la mano lastimada empezaba a sentirse mal.

— ¿Podemos hablar? — inquirió Félix con la cabeza gacha. Los ojos tristes de ChangBin lo hacían sentir culpable, por ende, sostener la mirada le resultaba difícil.

— Bueno, los dejare para que puedan hablar. — HyunJin abrazó a Bin confortándolo y depositó un beso en una de sus mejillas para retirarse de su casa.

— Gracias — dijo Lee, a lo que el azabache asintió con su cabeza esbozando una sonrisa.



[...]





Cuando Félix se adentro en la casa de Seo, caminó hasta la sala en donde tomó asiento en unos de los muebles, estaba nervioso y no sabía cómo empezar. Para ser honesto ir a la casa de ChangBin no estaba dentro de sus planes de ese día. Primero quería comprarle algún presente para disculparse por la manera en la que se fue, pero inconscientemente mientras divagaba en sus pensamientos caminó hasta quedar en frente de la casa de Bin. Atreviéndose a llamar a la puerta antes de cambiar de opinión, antes de que sus ansias por ver a ChangBin acabaran con él. Sin embargo, ahora que lo tenía a su lado dispuesto a escucharle no podía articular palabra alguna. Tampoco se animaba a verle. Se sentía mal.

— Te extrañe... — expresó con cierta congoja. Lee giró su cabeza para poder ver al peli negro dedicarle una sonrisa —. Me alegra que hayas vuelto, Lixie~.

— ChangBin, lo siento mucho yo no—

— Bobo, ¿Quieres abrazarme? — Bin extendió sus brazos y Félix no lo pensó dos veces para lanzarse a ellos — Cierto, tu mano. —

— Estoy bien, no te preocupes, Binnie. — dijo el pecoso mientras se arrimaba al pecho de su opuesto acomodando su rostro en el espacio que había entre su cuello y su hombro.

Ambos amigos se quedaron así por unos minutos hasta que Félix se percató de las marcas que tenía ChangBin en su cuello. Además de su perfume que era el de alguien más.

— ¿Qué sucede? — preguntó, preocupado el peli negro cuando Lee se separó de él incorporándose nuevamente en el sillón.

— Nada, es sólo que... estas tablillas son molestas — dijo señalando su antebrazo.

— Oh... ¿Cuánto tiempo llevas con eso?

— Ya un mes. Sólo me queda esperar dos semanas más — respondió. — Había regresado a Australia, y unos amigos me invitaron a jugar skate. Y bueno, termine con una fisura en mi muñeca. — explicó tímido. — Ah, que vergonzoso.

— Claro que no, bobo. Eso le puede pasar a cualquiera — reprendió el peli negro — Tuviste suerte que no haya sido una fractura.

— Esta bien, no te enojes conmigo Binnie.

— Vale, pero... ¿Porqué de repente decidiste volver a Australia? — preguntó. — Digo, si se puede saber...

— Ah, eso... — El pecoso dejo salir una risa nerviosa y frotó su nuca — Es que, mis padres querían que celebre mi cumpleaños con ellos.

— ¿Tu cumpleaños? — Lee asintió. — Nunca me lo dijiste.

— Nunca me lo preguntaste.

— ¡YA! Dímelo. — ordenó Seo inflando sus mejillas.

— Quince de setiembre.

ChangBin tomó su teléfono empezando a teclear en este para luego volverlo a guardar.

— ¿Qué hiciste?

— Anotar tu fecha de cumpleaños, así no lo olvidare.

Esa tarde platicaron sobre el viaje de Lee y las cosas que hizo estando allá, además de festejar su onomástico. ChangBin preparó el batido de plátano que a Félix le gustaba, vieron películas y ambos se quedaron dormidos.

Cuando el reloj apuntaba las ocho de la noche. Félix fue el primero en despertarse, levantando su cabeza del regazo de Binnie, quien aún permanecía dormido. Quiso cubrirlo con alguna cobija, pero no había ninguna a su alrededor por lo que decidió ir hasta la habitación del coreano a buscar una.

La puerta estaba abierta dejando ver lo desordenado que se encontraba su habitación, había algunas prendas dispersas en el suelo, la cama deshecha y ese mismo aroma que llevaba ChangBin impregnado en toda su habitación. Era evidente que era el de HyunJin. Entonces ellos dos habían pasado la noche juntos, fue lo que dedujo Lee.

El rubio bajo al primer piso y fue hacia la cocina por un poco de agua. En la encimera se encontraba el teléfono de ChangBin, al momento que la pantalla se encendió los ojos del pecoso fueron a parar en el móvil de Seo.


Jinnie ♡:

Bebé, creo que olvide mi billetera en tu habitación,

mañana iré a recogerlo.

PD: Pase una linda noche.

Te quiero.

¿Es normal sentirme incomodo con esto?, se preguntó Félix cuando termino de leer aquel mensaje tan empalagoso a su parecer.


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𝘾𝙧𝙪𝙨𝙝 𝘾𝙪𝙡𝙩𝙪𝙧𝙚 ➻ [Scв ; Hнj]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora