02 "Aedan & Fergus"

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Elissa pasó los siguientes días en su nueva habitación.

Ella recordaba muchos detalles del castillo de Highever, sin embargo no era capaz de hubicarla en el mapa original que recordaba del castillo. Optó por no darle demasiada importancia al asunto, ya que su propia presencia era de por sí anormal.

Había quedado impresionada con la belleza del feudo. El castillo estaba bien cuidado y los criados elfos lo mantenían perfectamente limpio y reluciante. En cada rincón se alzaba un estandarte de los Cousland o una estatua de sus ancestros. Cada pequeño detalle tenía como objetivo resaltar la grandesa de la familia.

Cada día podía escuchar a los soldados marchar o entrenar desde su ventana. Sus hermanos estaban presentes en cada actividad relacionada con la guardia. Encontrándose profundamente involucrados con sus hombres. En más de una ocasión les vio practicando entre ellos, despertando algunos pensamientos impropios.

Según sus gustos, Aedan era glorioso y Fergus encantador. Ambos dejaban mucho a la imaginación y auqnue aún no los había visto sin armadura, se moría por hacerlo.

El simple pensamiento de "son mis hermanos" no le tranquilizaba, porque aún no los sentía como tal. Solamente Aedan tenía una voz profunda que le daba escalofríos.
Fergus había resultado ser más bonachón de lo que aparentaba. Era un hombre realmente dulce y noble.

Pero quien más la sorprendió fue Bryce.

Elissa se quedó anonadad cuando el Teyrn de Highever había subido a verla. Era como ver una verción más adulta de Fergus.

El anciano se había acercado a la cama con lentitud, sentándose en su costado. Cuando le besó la frente Elissa percibió como temblaba. El arrepentimiento reflejado en su rostro casi le dolió a la muchacha.

Sabía que Bryce era un hombre firme de principios severos, pero adoraba a su familia y solo quería el bien para ellos. A diferencia de sus propios padres Elissa aceptaba que este anciano se culpaba por las desgracias de su hija.

- Mi pequeña - le había dicho.
A Elissa se le encogió el pecho al verle tan complacido por su vienestar. Aunque lamentó que el apodo de "pup" estuviese reservado únicamente para Aedan aprendió que Bryce usaba aquella sencilla frase para referirse a ella.

La joven hizo cuanto pudo para asegurarle que estaba bien. Que todo había sido un accidente. Esperaba un regaño, pues supuestamente había conspirado con Aedan para escaparse. Sin embargo no lo obtuvo.

Bryce se quedó con ella hasta que se durmió y en la mañana encontró a Eleanor en la misma posición en que había dejado al anciano el día anterior.

Su nueva "madre" venía cada día con un atuendo nuevo. Vestidos a los que el gráfico del juego nunca le hubiesen echo justicia. El olor, las telas, la textura, los colores hicieron que Elissa quisiese saltar de la cama a probárselos.

Siempre le había gustado la ropa de época y los vestidos medievales. Por lo que tales delicadezas la habían enloquecido. Eleanor parecía muy complacida con el comportamiento de Elissa, e incluso Nan (la antigua nana de los hijos del Teyrn) la miraba con aceptación por sus gustos "renovados", como solía decirle.

Cuando el dolor de su costado finalmente menguó Elissa no tardó en probarse aquellas prendas. La primera vez que se paró frente al espejo quedó abrumada. El vestido era precioso, sí... pero ella era muy diferente.

Sus ojos oscuros se habían tornado en el azul claro distintivo de los Cousland. Su piel trigueña tenía un tono rosado angelical y su cabello... aquel cabello negro lacio rebelde era ahora ondeado y suave como la seda. Tenía un brillante color rubio cenizo que por las palabras de Eleanor era muy similar al de la madre de Bryce. Pero lo que más le sorprendió a Elissa fue el largo.

La Profeta de los Grey WardensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora