11 "Asesino"

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Loghaing se hallaba en sus habitaciones en el palacio, dando vueltas sobre sí mismo en las inmediaciones de la chimenea. Acababa de tener una discusión desagradable con Anora tras una reunión con los nobles. De todos ellos, tenía que haberse imaginado que sería Teagan quien se alzaría en su contra. "¡Maldíta sea!"

Estaba molesto y tenía pocas ganas de hacer algo más que no fuese beber en ese instante. Se acercó la copa de vino a los labios cuando sintió abrirse la puerta. Para su disgusto en el umbral no había otro que Arl Howe.

– ¿Qué quieres? – preguntó intentando contenerse las malas formas.

– Traigo noticias, señor. – dijo haciéndose paso hacia el interior de la estancia. – Hay demandas en Bannon para que se retire de la regencia. – su voz cada vez más cerca con cada paso. – Han dicho que están preparando sus fuerzas. Al igual que están haciendo vuestros aliados. – hizo una pausa momentánea antes de continuar. – Tal parece que habrá una guerra civil después de todo y a pesar de los darkspawn. Una lástima. –

Loghaing asintió. No esperaba que todo el mundo aprobase su regencia. Anora no tenía un heredero de Cailan y como él era de origen común estaba claro que habría oposición. Sin embargo, hubiese esperado que con la ausencia de Arl Aemon pudiese evitarse una confrontación armada. Sin embargo, él no se echaría atrás, no después de lo que había hecho. Pensó que ya era todo, sin embargo, Howe prosiguió.

– He recibido noticias además. Rumores de soldados que han hallado grupos de refugiados que vienen de camino a Denerin. Todo parece indicar que los supervivientes de los Cousland se hallen en Lothering... así como los Grey Wardens que sobrevivieron a Ostagar. El cómo lo hicieron aún no lo sé. Pero de seguro ambos actuarán en vuestra contra. –

"¿Y de quién es la culpa?" maldijo Loghaing en su mente. Asintió repetidas veces. Si los malditos Grey Wardens lograban sobrevivir, pues estaba claro que vendría a por él. Más aún si uno de ellos era Aedan Cousland, el único hijo varón sobreviviente de los Cousland. Howe Continuó hablando.

– He hecho arreglos para una... solución. – Loghaing se dio la vuelta, un tanto interesado en ese "solución" – Si usted lo aprueba. – dijo el sujeto haciendo una respetuosa reverencia.

De entre las sombras de la habitación apareció un elfo. Loghaing se sorprendió de lo silencioso que resultaba su caminar. Era claramente un elfo de Antiva, piel morena, ojos dorados y un tatuaje en la mejilla izquierda. Para ser un sujeto tan llamativo resultaba impresionate lo fácil que podía ocultar su presencia.

– Los cuervos de Antiva envían sus saludos – dijo el elfo con voz lúgubre.

Loghaing había escuchado de ellos. Aparentaban ser una organización muy capaz, que cumplía religiosamente sus contratos, sus únicos rivales "La casa del reposo" en Orlai. Sin embargo... miró de uno al otro confiado de la inmutabilidad de su rostro. Finalmente les dio la espalda.

– ¿Un asesino? –

– Contra los Grey Wardens necesitaremos a los mejores, señor. – intervino el Arl con prontitud.

La risa macabra del elfo captó su atención.

– Y los más caros. – Loghaing bebió de su copa.

Fue un tonto al pensar que Howe le traería una propuesta honorable. ¿Pero que tenía que decir él de honor a esas alturas? Le dio una última mirada al asesino sobre su hombro.

– Solo hazlo – ordenó.

Y el elfo desapareció con la misma velocidad a la que vino. Como una sombra entre la penumbra. Loghaing nunca había apreciado a los asesinos, pues le parecían métodos cobardes. Escuchó entonces los pasos del Arl en retirada y su mirada quedó prendada de las llamas.

La Profeta de los Grey WardensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora