Elissa golpeó nuevamente el monigote.
La paja salió desparramada por la extremidad que cortó de cuajo, dejando a la muchacha sin aliento.
Desde la llamada del rey había estado nerviosa y agitada. Su miedo, la había impulsado a entrenar más allá de lo que normalmente se le hubiese permitido.
Incluso Fergus le advirtió que se estaba extralimitando.
Sin embargo, frente a la perspectiva de su efímero tiempo la joven decidió hacer un último esfuerzo.
Practicó con el arco en las noches hasta altas horas de la madrugada. Luego regresaba a su alcoba y dormía unas pocas horas hasta que Aedan venía a buscarla para practicar con la espada en los jardines del palacio.
Había ganado un poco de seguridad con el arco, pero aún se sentía insegura con la espada.
Alzó la vista del arma que sostenía y la dejó caer, agradecida que su juego de dagas fuese más rápido que su espada. Le tomó tiempo convencer a sus hermanos que pelear con dagas se ajustaba más a su fisionomía. Pero finalmente el hombre accedió a enseñarla.
Lamentablemente, aunque hubiese ganado fuerza desde que despertó en ese mundo, apenas conseguía abrir un viejo muñeco de paja.
Elissa suspiró. Se acomodó la armadura y se zafó el cabello, preparada para recogerlo nuevamente.
- Me alegra no ser la víctima de tu ira – escuchó decir a Oriana a su espalda. – Lo que me hace preguntarme ¿quién podría ser? –
Elissa abrochó su cabello en una cebolla sobre su nuca, sujetándola con una fina tira de soga. Se dio vuelta hacia la mujer y sonrió.
- Es un secreto. –
Oriana le devolvió la sonrisa, avanzando hacia ella con una sonrisa cómplice.- ¿No será que nuestro querido Ser. Gilmore finalmente ha hecho su movida hacia tí? –
- Tal vez – canturreó Elissa alzando la barbilla.
Desde que supo de la relación de Aedan y Gilmore había estado cubriendo a los muchachos. A causa de lo cual Oriana había comenzado a sospechar y Elissa le había dejado fantasear, intentando dirigir la atención lejos de Aedan, .
- Oh, vamos cuéntame. ¿Qué hizo ahora? ¿Intentará pedir tu mano? Por el hacedor, sería tan romántico. – exclamó su cuñada, la emoción le brotaba por los poros.
- Y tan inútil. – contestó emprendiendo la marcha hacia las cocinas. Ya iba siendo hora de desayunar y ella en lo personal se moría de hambre.
Llevaban algunos días aguardando el arribo de Arl Howe, pero el hombre estaba tardando.
Los soldados de Highever estaban listos, armados y en espera. La situación había causado un gran estrés en el palacio y los sirvientes estaban revueltos. Sin embargo, Nan parecía ser la más disgustada, pues era la encargada de las comidas. Por lo tanto Elissa había disminuido a casi cero sus visitas secretas a la cocina y solo se escurría a la hora marcada.
Observó a Oriana caminar a su costado.
- Mi padre nunca le concedería mi mano. –intentó justificar sus palabras.
- Eso no es verdad. A mí me la concedió. – dijo la mujer insultada.
- No es lo mismo, Fergus es su primogénito. Y más que nada es hombre. ¿Qué no le concedería? –
Oriana asintió.
- Muy cierto. Sin embargo, la idea de una fuga me resulta tan romántica. –
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La Profeta de los Grey Wardens
FanfictionElissa despierta en el mundo de Thedas mientras estan desarrollándose los eventos de Dragon Age Origin. Se sorprende al descubrir que es la hija mas joven de los Cousland y que Aedan Cousland también existe en esta era. Como conoce el acontecer de...