36 "Guardián"

8 1 0
                                    

Amell estaba inmerso en sus pensamientos.

Mientras Darrian y Zevran acomodaban su equipo y Anders atendía las heridas de Levi, él no podía dejar de pensar en todo lo que había aprendido hasta el momento.

Sophia, la tatarabuela de Levi se había alzado contra el rey Arlan por su tiranía. Consiguió tiempo convirtiéndose en una Grey Warden para salvar su vida y librarse del tirano. Pero los espías del joven rey eran persistentes y terminaron por descubrirla. Con el fin de sobrevivir la batalla había ordenado a Avernus, un mago de sangre, que utilizara cualquier método necesario para concederles la victoria. Con tal excusa, Avernus había borrado y alterado las mentes de nobles y ciudadanos comunes a quienes extraía información e invocado demonios. Los que finalmente terminaron por acabar con la vida de sus compatriotas.

Uno de ellos, un demonio de miedo,poseyó su cadáver. Rondó por el pico durante cien años. El demonio había intentado escapar, pero no había tenido éxito.

Encontraron un cuarto donde el velo era más fino.

La atmósfera espesa de mana le revolvió el estómago. Colgado en la pared en un altar de piedra blanca había un gran espejo. Ese era el centro del miasma. De la alteración en el velo. Y de allí, salieron los demonios.

Cuando encontraron el cadáver andante de Sophia, en el despacho del comandante,Amell evocó los recuerdos de las abominaciones en la torre.

Se le revolvió el estómago y no deseó oír de élmás que su explicación de cómo se alimentó del alma de la comandante.

Lo habían asesinado. Tomaron los tesoros que guardaba en aquel cuarto lleno de cofres y siguieron adelante. No notaron otras visiones.

Levi estaba decepcionado de la actitud de su ancestro. Pero no se rendía en su afán de hallar alguna prueba de su heroísmo. Así continuaron la marcha y en su busca no solo encontraron más cadáveres, sino que hallaron las notas de investigación de Avernus.

Los experimentos eran terribles. Usaba el cuerpo de las personas como si fueran animales. Los desangraba, los electrocutaba y los torturaba sin ningún tipo de compasión. Avernus era despiadado. No tenía piedad ni pensaba en ellos como seres humanos.

"¿Este es el hombre que Aedan quiere que reclute?" pensó el mago.

Amell se limpió el sudor de la frente, dejando escapar un suspiro de agotamiento. Su mabari restregó su cabeza contra la mano de su amo en un gesto consolador.

– Ya podemos seguir adelante – anunció Darrian.

Amell asintió. En cuanto se incorporó tuvo a Anders a su lado. Solo les quedaba un cuarto por investigar. Así que descendieron por las escaleras y abrieron la puerta.

Entraron a una estancia amplia. Jaulas de hierro descansaban contra las paredes. Sucias, ensangrentadas por haber albergado cadáveres humanos. Y sin embargo el salón era iluminado y de puntal alto. Dos emblemas de los Grey colgaban de las paredes junto a una plataforma de madera y sobre ella, descansaba Avernus.

Amell escuchó a Anders rechinar los dientes en miedo y frustración.

Avernus era todo lo que ellos debían evitar convertirse. Lo contrario a lo que enseñaban en el círculo.

Un mago de sangre.

Y aunque Anders no era devoto del Círculo de Magos, tampoco apoyaba la magia de sangre.

Darrian y Zevran se adelantaron, como si intentasen proteger a sus magos de la corrupción de Avernus. Levi retrocedió, creyendo que la alta estatura de sus compañeros, o sus armaduras podrían escudarlo.

La Profeta de los Grey WardensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora