Una chica extraordinaria

11. Cena para dos

POV Poché

20 minutos después habíamos llegado al lugar que Daniela había escogido para nuestra cena. Me había sorprendido bastante ya que era un restaurante que no conocía, quedaba en una zona bastante tranquila, se llamaba "la ragazza" que en español significa la chica, un restaurante de comida italiana, mi favorita.

—Wow, si que me sorprendiste mujer—dije una vez que habíamos aparcado el carro en el estacionamiento.

—¿Te gustó? No sabia cual era tu comida favorita, así que espero que la italiana si sea de tu agrado. — respondió al tiempo que me daba la mano para bajar del carro.

—¿Bromeas? Me encanta la comida italiana, tomaste la mejor decisión al traerme aquí—respondí con una sonrisa, mientras ella le indicaba al host del lugar su nombre para que hicieran válida la reserva.

Por dentro el lugar era sencillo pero le daba un toque de lujoso, las paredes eran de color blanco y crema, las mesas eran de color caoba y por encima tenían un mantel burdeo con decoraciones de color negro, las sillas eran color caoba también y la almohadilla en color burdeo, las decoraciones del lugar, te hacían sentir como si estuvieras esperando para cenar en la misma Italia y las decoraciones de luz, eran de vidrio dándole más elegancia al restaurante. Por otra parte contaba con ventanales gigantes para poder apreciar la vista del lugar.

Un chico vestido de garzón, nos guió por el lugar para llevarnos a nuestra mesa, que daba justo a un ventanal gigante donde se podían apreciar la ciudad iluminada de noche, al llegar a nuestra mesa corrió la silla de cada una para poder sentarnos.

—Les dejó nuestro menú, volveré en unos minutos para tomar su orden, espero que disfruten su velada— dijo entregándonos una carpeta muy elegante con el menú en el interior.

—Bueno ya sé que te gustó el lugar así que no volveré a preguntar eso, pero ¿Qué te gustaría pedir? — Preguntó Daniela abriendo el menú para barajar las opciones que habían.

—Hoy me dejaré sorprender, así que decidelo tú misma—respondí con una sonrisa para luego guiñar el ojo.

-—Vaya, vaya, qué interesante— respondió de vuelta con una sonrisa.

Nos quedamos conversando un par de minutos, de la vida en general, de cómo se había sentido en el partido de hoy y de como se sentía el regresar a su ciudad natal.

—Disculpen la interrupción chicas, pero quería saber si es que ya habían decidido que cenar— Preguntó el mismo chico apareciendo nuevamente.

—Si claro, no te preocupes, quiero el plato fettuccini Alfredo para ella y a mi traeme un risotto, para acompañar traenos algún vino especial de la casa, muchas gracias.— ordenó Daniela con su dulce voz.

— Entendido señoritas, ¿Desean pedir algún postre? — preguntó ahora anotando lo que habíamos ordenado.

—Por ahora, eso solamente, más tarde pediremos el postre, gracias.—respondió nuevamente con una sonrisa y el chico se retiro para ir a hacer nuestras órdenes.

Me sorprendió lo rápido que atendían aquí, me disculpe con Daniela para ir al baño rápidamente y cuando regresé, nuestros platos ya estaban servidos y eso que no tardé ni 5 minutos en el baño. Que excelente servicio

—Y bien, ¿Ya solucionaste las cosas con tu papá? — Preguntó rompiendo el silencio nuevamente, al tiempo que empezaba a comer de su plato.

—Pues la verdad no, me ha estado enviando mensajes hasta el cansancio, admeás ese día me fui de la casa y desde ese momento no he vuelto, me estoy quedando en mi apartamento pero la verdad es que no tengo ganas de hablar con él ni de volver—respondí siendo sincera con alguien que no fuera mi propio subconsciente.