13. Conversaciones

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POV Poché.
Después de leer aquel mensaje no sabía que pensar, si responder o ignorar, no sabía si confiar en qué efectivamente era ella o si en realidad se trataba de una trampa, decidí ignorar por el momento, luego conversaria con Daniela para que me ayudara a tomar una decisión.

—Pasen pasen, las estaba esperando para cenar, calentaré la comida y les sirvo mis niñas— hablo Mafe apenas entramos a la casa.

—Uy que bueno mamá, porque aquí tu pochas estuvo todo el camino reclamando que tenía hambre.—Dijo Calle ganándose mi mirada de reproche.

—Ay por dios, como eres de mentirosa Daniela, no hice ningún comentario mijita, aquí la que muere de hambre es otra.— respondí ríendome.

—Miren mejor callense que una vez que sirva, las dos se quedarán calladas devorándose la comida

—No pues, la verdad no encuentro fallas en tu lógica— Respondimos Calle y yo al mismo tiempo.

Siempre tan conectadas, pensé.

Me encantaba pasar tiempo con Mafe, porque de verdad tenía mucho amor para entregar, tenía casi que un poder mágico, que te hacía sentir en casa así no hayas tenido un día increíble, desde que había comenzado a venir más seguido a su casa, ya que iba a todos lados con Calle, ella se había interesado por querer saber que cosas me gustaban y consentirme, generando que obviamente Daniela se pusiera en modo niña mimada y demostrará sus celos.

—Pochitas, te prepare una lasaña especial sin esas cosas que te hacen mal al estómago.

—Uy si, uy si, te preparé una lasaña especial, mimimi, si claro y a mí que me escupa un chivo, ¿cierto? 

—Gracias Mafesita, eres la mejor—Respondí metiéndome el primer bocado de comida a la boca.

—Ay por dios Daniela, no seas celosa, siempre te preparo tus comidas favoritas.—habló Mafe dirigiéndose a su hija y ríendose de lo mimada que es Daniela.

—Dejala Mafesita, ya se le pasará a doña gruñona— Respondí riendo y ganándome una mirada asesina por parte de Daniela.

—Par de loquitas, ¿Cómo van los partidos? ¿Mañana es el siguiente partido? 

—Muy bien, han sido agotadores la verdad, las niñas de los demás equipos están a un alto nivel, pero hasta el momento vamos bien, ya sumamos los primeros puntos y espero que mañana ganemos también.— hablé por ambas ya que Daniela tenía comida en la boca.

—Me parece excelente, confío en ustedes, a ver si mañana me hago un tiempo y las voy a ver jugar—Respondió Mafe emocionada.

—Uy si má, por fa, nos haría mucha ilusión verte en la galería del estadio.—Respondió Daniela feliz.

—Haré lo posible chiquis pero no prometo nada, las dejo, yo me iré a dormir, descansen y no sé duerman tarde para que mañana rindan muy bien en la cancha.—Dijo Mafe para retirarse a su habitación e irse a dormir.

Daniela y yo estuvimos un tiempo más en la mesa, ya que yo me demoraba muchísimo comiendo, trataba de disfrutar cada comida, ya que por mis problemas estomacales, siempre sufría y no podía comer todo tipo de cosas, trataba de cuidar eso, debido a que los dolores son terribles, me terminé acostumbrando a vivir con eso, aunque lo detesto, porque me restringe de poder comer cosas que me encantan,pero no hay nada que hacer. La salud es primero, antes que todo.

Ambas terminamos de comer y le pedí que subiera a bañarse mientras yo lavaba y dejaba ordenado lo que ocupamos para cenar, aunque se negó al principio, terminó haciéndome caso, de todos modos no fueron muchos los platos y cubiertos que ocupamos, por lo que terminé de lavar los platos, los guarde en su sitio, apagué todo y subí a la habitación de Calle.

Una chica extraordinariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora