Una chica extraordinaria

5. Caos

POV Poché.

Ya nos encontrabamos a miercoles y en estos momentos estaba saliendo de entrenar, me sentía agotada como sucedía con cada entrenamiento pero era parte de mi día a día y estaba bien con eso, sin embargo era desgastante y agotador agotaba tener que mostrarme con una actitud tan diva frente a los demás, tan "mamona" pero nadie comprende que ese es un metodo de defensa, ser así me permite no demostrar debilidad ante nadie, digamos que no es mi cosa favorita pero no hay otra opción, es necesario por mi propia estabilidad. Desde que habíamos comenzado con los entrenamientos me sentía más tranquila, más plena y mucho más feliz que cuando estabamos en el tiempo de descanso, pero había un tema que me incomodaba o más bien dicho una persona.

Daniela Calle.

No entendía porque no podía sacarmela de la cabeza, el lunes compartí con ella y fue un momento increíble, me sentí libre, relajada, ella era capaz de sacar un y mil temas de conversación,  fluía de forma natural y eso me agradaba pero algo paso después y desde ahí nos hemos enfrentado porque sí, porque no y por si acaso, no entendía que era lo que había ocurrido ni que pudo molestarle. ¿La ofendí? ¿La trate mal? Yo no recordaba nada que pudiera hacer que me diera cuenta de que había sucedido, he buscado hablarle por todos los medios posible o al menos intentar saber que fue lo que ocurrio, sin embargo,  su respuesta siempre es igual: "No pasa nada María José, esta todo bien, tú enfócate en lo tuyo, yo en lo mío y todas felices " y obviamente hemos pasado tiempo solas porque al menos por esta semana yo era su guía dentro de la cancha y dentro de las instalaciones del centro deportivo.

Comprendía que quizás mi actitud no fuera la mejor, pero eso no siempre fue así, años atrás, cuando mi mamá aún estaba conmigo, yo era la niña más dulce del mundo, era amable, buena amiga, creía que siendo amorosa y simpática con él resto del mundo podía lograr que fueran más felices, grave error. Desde muy pequeña fui parte de las "populares", mi familia era una de las familias más ricas de toda Colombia y el legado de los Garzón siempre ha estado ligado al fútbol, por ende incluso antes de nacer, ya tenía un lugar asegurado y esto solome trajo dos cosas: Falsos amigos y envidia por todos lados, en cada momento, a cada segundo. Y ese no era el problema, incluso llegué a entenderlo, todo iba perfecto, mi grupo de amigos era "increíble" me hacían sentir querida y me hacían creer que eran totalmente incondicionales , que pesé a que había gente interesada a mi alrededor, con ellos podía encontrar un lugar seguro, todo fue así hasta que llegó él.

Benjamín Casablanca. El niño más guapo, atento, tierno y carismático que algún día pude conocer.

*flashback on*
Benja cometió el error de llegar a nuestro grupo, en ese entonces yo tenía a mis dos fieles amigas Romina y Julieta. Apenas Benjamín llegó a nuestro colegio, mi grupo lo incluyó, rápidamente se volvió muy amigo de Sebastián y Mario, ellos eran los tres mosqueteros y nosotras las tres mosqueteras, todos para uno y uno para todos, los lazos de amistad se volvieron cada vez más fuertes, afiatando nuestra amistad, un día a la semana íbamos al parque, otro día al cine, otro día nos juntábamos en la casa de alguno del grupo, nosotros creíamos que nuestra amistad era indestructible, nada nos podía romper, o al menos eso creía yo. Todo ese tiempo yo veía solamente como un amigo al Benja y pues lo trataba como tal, luego empezaron las miradas coquetas, los juegos bobos, las cosas románticas, un sinfín de cosas surgieron a medida que nos íbamos acercando y conociendo todavía más, yo sentía que por fin había encontrado a una persona que me quisiera de verdad, yo, que siempre tuve miedo de amar. 

Un día por la tarde Romina nos cito a Julieta y a mi en un parque, llegué y estaba todo tan normal, tan amigas como siempre, ella me decía que se había enamorado del Benja, que sabía que estaba mal pero que simplemente pasó y no lo pudo controlar, me explicaba que quería hacer un trato, que ambas jugaramos nuestras cartas y si alguna de las dos  lograba enamorarlo, la otra debía aceptarlo, sabía que estaba mal decir que si, sabía que había algo raro pero acepte y al aceptarlo, firme mi condena.