14. Almuerzo en familia

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POV Calle.

Al finalizar el partido y luego de recibir las felicitaciones por parte del entrenador, como equipo fuimos a felicitar a las niñas del otro equipo por el juego realizado, fue bastante intenso, porque ellas también tenían un muy alto rendimiento, posterior a eso, recibimos elogios por parte de nuestras compañeras y volvimos al camarín para tener la charla final con nuestro entrenador, básicamente nos dijo lo mismo que suele decirnos al finalizar cada partido, nos recomendó que siguieramos entrenando al ritmo que ya llevábamos y que aunque estuviéramos ganando y estando en competencia, los entrenamientos se mantendrían dado que él no quería que perdiéramos el ritmo, por una parte me encantaba porque me permitía seguir manteniendome en forma pero por otro lado me estresaba porque habían días en que lo único que quería era estar en mi cama todo el día, sin moverme, sin entrenar, simplemente existiendo; también habían días en que mi único plan era estar con Poché haciendo todo y nada.

Una vez que terminamos la charla con nuestro entrenador, se retiro para que nosotras pudiéramos ducharnos, cambiarnos y quedáramos libre por hoy, ya estábamos a miércoles y el siguiente encuentro era recién el viernes. Yo sencillamente me encontraba agotada por lo qué me tomé bastante tiempo para ducharme y estar lista para salir del estadio.

—Hey Pochas y Street, con el resto de las niñas iremos a almorzar para celebrar, ¿se suman? — Habló Paula una vez que estábamos todas listas para irnos.

—Pasamos por esta vez, vinieron la mamá de Calle y Laura, así que iremos  a almorzar las cuatro a un restaurante— respondió Poché por ambas, Paula asintió y las además abuchearon, porque querían que fuéramos también.

—Son unas aburridas marica— dijo Andi por su parte.

—Oigan no creen, ¿qué deberíamos ir de rumba el viernes?—Habló Javiera, ganándose una mirada asesina de Poché, aunque haya bajado las revoluciones en su actitud de fuckgirl gracias a mi, seguía manteniendo su actitud de capitana.

—¿Se te olvida las reglas que existen cuando estamos en campeonatos, babosa?— hablé antes de que Poché respondiera.

—Ya sé, pero hace dos semanas que no salimos y mi cuerpo pide y necesita rumba

—No queda de otra, cariño, todas lo queremos pero reglas son reglas— respondió Poché.

— ¿Y si hacemos una pequeña reunión en tu apartamento Poché? — intervino Andi y todas aprobaron su comentario.

—Puede ser una buena opción gordi— acote yo, guiñandole el ojo a las demás.

—Mmm si, tienen razón, pero será temprano y será el viernes bajo mis reglas, ¿de acuerdo?— respondió al fin.

—Si jefa— respondieron todas, nos despedimos  y salimos a buscar a mi mamá y a Laura.

Laura era una chica muy simpática y me generaba una pequeña molestia, pero por su personalidad y carisma era imposible odiarla, tenía una energía increíble y lograba que todos a su alrededor sonrieran con sus ocurrencias, al principio pensaba que ella y Poché eran novias, porque cuando recién empezamos a hablar más, Poché y yo, se la pasaba con ella, pero en una conversación ella me aclaró que no era de las mujeres que mantenían relaciones estables y que con Laura se conocieron en el bar de Andy, pasaron la noche juntas y luego Poché decidió dejarla como amiga y me aseguró que solo había sido algo de una noche, cuando tuvimos esa conversación me dio mucha risa porque literalmente sentí que me estaba dando explicaciones, cuando yo solo pregunté por curiosidad, al menos en ese momento.

A mi me encantaba que nos shippearan, me parecía gracioso pero la verdad del asunto es que Poché si lograba llamar mi atención como ninguna persona lo había hecho antes, pero fijarme en ella, confundir amistad con amor, era entrar en terreno peligroso y no sé si afortunamente o lamentablemente había logrado entrar y tocar sus fibras más sensibles, aún así ella muchas veces dejó en evidencia que no es una chica de relaciones duraderas, para ella lo mejor era algo casual y de una noche, incluso también he sido testigo de lo cruel que puede llegar a ser y su casi nula responsabilidad afectiva y honestamente no estoy preparada para enfrentarme a eso y sufrir, mi propia advertencia no era suficiente, incluso Paula me lo dijo.

Una chica extraordinariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora