Under the Wisteria Tree

#19

#MesGiyuuTan AU de Almas Gemelas

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Hace mucho tiempo, cuando aún era un niño, sus padres le habían dicho que el mundo no era gris. Que el mundo era de hermosos colores que lo estaban esperando y que solo tendría acceso a ellos cuando el amor se le pusiera enfrente.

—Tanjiro —, habló su padre con una pequeña Nezuko en brazos mientras él se encontraba en el regazo de su amorosa madre —todo lo que te rodea tiene un matiz diferente. Eres joven y por eso no lo ves pero un día de tu vida tendrás la oportunidad de hacerlo.

—Justo como tu padre y yo, cariño —. Terminó su madre luciendo feliz al ver la sonrisa cansada de su esposo.

El pequeño no terminaba de entender en ese entonces pero suponía que significaba algo muy importante. Para él el cielo sólo pasaba de blanco a negro, las hojas eran oscuras y el fuego brillaba en claro. Con el paso del tiempo comprendió que la vista de quienes encontraban a su alma gemela era bendecida con la habilidad de disfrutar de tonalidades infinitas, de poder poner imagen a los nombres de colores que tanto había escuchado. Y por un instante creyó que sería fácil encontrarlo; después Kibutsuji le arrebató su familia.

No comprendía; sus hermanos nunca podrían cumplir sus sueños de vivir a color y no permitiría que a Nezuko le arrebataran esa oportunidad también.
Cayó con la chica en su espalda hacia la nieve, posiblemente una de las pocas cosas que veía tal cual era, y con todas sus fuerzas, Tanjiro intentaba que no lo atacara porque ella no era maligna, seguía siendo aquella tierna chiquilla de buen corazón que encontró tirada junto a Rokuta.

Percibió el peligro y huyó de él antes de que el filo de la espada cortara el cuello de su hermana, rodando por el frío y la humedad hasta estrellarse contra un árbol. Poco a poco restableció sus sentidos, no era momento para desmayarse, tenía cosas más importantes que hacer; entonces abrió los ojos y vio un cielo diferente.
¿Por qué? ¿Por qué el cielo no es totalmente gris? ¿Eso que corría de la frente de Nezuko era sangre? Una vez le dijeron que la sangre era roja, ¿aquello era el color rojo?

—¿Por qué la protegiste? — Escuchó la pregunta dirigida hacia su persona, un muchacho que le miraba con seriedad pero que olía a un torbellino de emociones.

—¡Ella es mi hermana menor! — Fue cuando por fin lo supo, el destino finalmente lo había reunido con quien se suponía era el amor de su vida, y no podía sentir alegría en ese momento. No es como se lo explicaron, ni siquiera se asemejaba a lo que imaginó.

Pero no tiene tiempo porque ese alguien le apunta a la niña que lucha por ser liberada con un arma con las palabras "destruir" y "matar" en ella. No hay palabras dulces ni lágrimas de felicidad, si no gritos de frases ásperas y lágrimas de frustración e ira.
No hay abrazos, en su lugar hay golpes e intentos de asesinato. Mucho menos hay besos, solo hay una última frase saliente de los labios de aquel extraño que le prometen silenciosamente que su vida va a cambiar.

—Ve a visitar al anciano Urokodaki Sakonji que vive al pie de La Montaña Brumosa —. Le habla al instante en que recobra la consciencia —Dile que Tomioka Giyuu te envía.

Tanjiro lo sabe; nada es lo mismo porque donde se supone que debía ser el lugar que marcaría una existencia llena de luz se ha topado con una realidad aún más oscura que en la que vivía antes cuando su vista era pobre.
Se promete que no tendrá el lujo de amar hasta que su única familia vuelva a ser feliz. Porque Kamado Tanjiro no puede amar a nadie en un mundo donde los demonios existen, sin importar que la sangre sea roja, las copas de los árboles sean verdes y los ojos de aquella persona luzcan como agua turbulenta.
Aún así espera que su camino lo lleve de regreso a él.

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Recuerdo que cuando leí esta parte del manga me asusté un poco por las expresiones que tenía Giyuu.
Ay ;;