Under the Wisteria Tree

#23

#MesGiyuuTan
Porque no sé escribir R18 pero eso no evita que me salgan estas cosas con el omegaverse osi osi

(09/03/2020)
Cr: @hiroi_tohno

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(Omegaverse)

Necesita ayuda para salir de esta; necesita la ayuda de alguien porque no creía ser capaz de soportar por mucho más la tortura y, oh por todos los dioses, está haciendo uso de todo su maldito autocontrol para no saltarle encima y dejar que su instinto haga lo suyo.

-Ah, Giyuu-san puede tocarme -. Escucha la dulce voz de quien se suponía sería su sucesor encima de su abdomen. El rostro de Tanjiro se encontraba coloreado en rojo, tibio y con los ojos cubiertos en deseo que el celo le provocaba y, ¿adivinen a quién se topó en su camino?

-Tanjiro, reacciona. Te debo de llevar con Kocho -. Explicaba lo mejor que podía. Realmente tenía la fuerza necesaria para cargarlo y salir lo antes posible de su hacienda evitando que ocurriera una desgracia, pero no podía levantarse, mejor dicho, no quería hacerlo.

Un quejido sale de los labios del chico llamándole la atención; Tomioka se pierde en la vista que tiene porque no va negar que la está disfrutando con cada parte de su ser. Era un omega muy lindo el que se sentaba encima de él, no era el epítome de la belleza y delicadeza propia de su especie, pero era todo lo que quería en ese instante. El pelirrojo desabrocha con dedos temblorosas el uniforme, tira de su flequillo despeinado hacia atrás descubriendo su cicatriz y la idea de empujarlo contra el piso y marcarlo se le antoja tentadora al Pilar de Agua.
No hay reglas en el mundo que especifiquen que el tomar a un omega en estado de celo estaba mal, la casta superior podría hacer lo que se le viniera en gana y no habría represalias.

"No, Giyuu. Esto no debe de ser así."

¿Por qué no debería? Tanjiro Kamado le rogaba su toque, su mordedura en la nuca; le miraba en suplica que le hiciera suyo, ¿por qué no hacerlo? Sus colmillos se asoman, se está calentando y la humedad se siente a través de los pantalones del joven cazador avisándole que está listo para recibirlo en su lecho con todo lo que conllevaba el encuentro.

«¿Sabe? No es tan malo ser un omega»

Su mente era muy astuta; la lógica recurría a sus recuerdos con importancia en el momento, como los de aquella tarde después de una misión de la que llegaba a la Hacienda Mariposa, cuando se encontró con el muchacho apoyando a otros miembros de la organización que se adentraban a un calor imprevisto. Era consiente de que se debían ayudar unos a otros, pero Tanjiro parecía verdaderamente contento en ayudar a sus compañeros.

«Sé lo que sucede con las personas que son como yo, nos toman quienes creen tener poder sobre nosotros y sobre nuestros cuerpos». Le dijo tan sonriente como de costumbre a pesar de la mirada plana que le otorgaba. Estaba curioso de escuchar lo que diría, básicamente nunca había tenido una platica de ese estilo con nadie.

«Cuesta evitar los celos, créame que son dolorosos, pero no puedo ser egoísta y acaparar todos los supresores de Shinobu-san»

«Ella tiene suficientes»

«No puedo huir de lo que soy, pero sí puedo decidir con quien enlazarme, Giyuu-san y estoy seguro de que no me gustaría caer ante lo sucio que puedo llegar a ser en mi celo». Terminó de explicar con sus brillantes ojos dirigidos hacia su persona; entendió lo que significaba para el joven, sería una vergüenza para él rendirse ante su naturaleza.

Entonces, ¿por qué no puede reclamarlo como suyo? La respuesta resultaba sencilla, porque Tanjiro confía en él, porque, aunque su cuerpo exija su cuidado, en algún lugar de su cabeza está su verdadero yo expectante a lo que se avecinará.

Estira una de sus manos hasta rozar la tibia mejilla del adolescente que se acurruca contra su palma en un gemido lastimero. Traga saliva, es complicado, pero no es un animal salvaje que busca devorar a su presa porque Tanjiro no es solo un omega, es una persona que requiere de su apoyo.
Finalmente se levanta y el contrario resbala un poco, le cuesta un poco más el recuperar la compostura con aquel inesperado roce de partes íntimas que le hicieron jadear. No tiene tiempo, el joven se ha sujetado las piernas en posición fetal y entiende que ha de ser tortuoso para él la situación.

-Lo siento, pero hoy no -. Dice besando su frente con un toque gentil que nada se parece al cúmulo de emociones que siente dentro de su cuerpo. Kamado sonríe con cansancio pareciendo entender lo que ha pasado.

Giyuu lo toma entre sus brazos donde se acurruca y con velocidad toma rumbo a la propiedad el Pilar del Insecto donde está seguro que la irritante mujer le regañará por llevarlo en un estado tan avanzado.
No importa, ha cumplido con el verdadero deseo de Tanjiro; eso no significaba que en un futuro no tendrían la oportunidad de intentarlo.

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Consentimiento, gente. El consentimiento siempre es importante, no lo olviden.