Under the Wisteria Tree

#30

Hemos llegado al final del #MesGiyuuTan

(16/03/2020)
Cr: Pixie-Fanaticism

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El viento corre de manera pacífica alzando los pétalos caídos que se encontraban regados en el pasto. Los hacía moverse sin rumbo fijo, danzando un compás lento que arrulla a quien tuviera el privilegio toparse con él. Los minutos avanzan, el tiempo no se detiene por nadie, ni siquiera por los enamorados.

Ante la grandeza de la historia, ellos son solo un respiro que no quedará grabado en la memoria colectiva, decidieron vivir en la oscuridad de las noches peligrosas con el fin de defender a los débiles, tal como los fuertes deben de hacerlo.
Serán sombras sin rostro de nombres escritos en oro y sangre.

"No hay lugar como el hogar" dicen por ahí, entonces, ¿es aquel lugar aquello que llaman "hogar"? No hay respuesta, Tomioka no ha tenido un espacio en el mundo en el que se sienta tan cálido como en ese instante desde hace años y Tanjiro poco a poco a olvidado la sensación.
El aroma de las flores los aprisiona en el ambiente que parece fantasía, no hay nada más perfecto que el ahora. El pasado es el impulso de sus acciones, el futuro es un anhelo esperanzador y el presente es lo que los mantiene firmes ante las adversidades que su estilo de vida creada a base de tragedias les permite disfrutar. El presente es lo que tienen, lo que más aman pues ambos lo poseen; no hay roces imprudentes ni besos que prometen amor eterno. En cambio, hay miradas que atraviesan la distancia, susurros a mitad de los pasillos y oraciones que se pierden en la inmensidad de la creación.

El color violeta es hermoso, abundante como los recursos del Patrón se lo permiten; saben que aquella tonalidad significa protección y seguridad, pero también representa todo lo que sienten dentro de sí. Lo que no tienen la oportunidad de expresar libremente en una realidad donde los demonios existen, las nichirintos son afiladas y las puestas de Sol son advertencias.

Se toman un momento de entre misiones, visitas médicas y entrenamientos; hay tanto de qué hablar que no saben por dónde comenzar. Están frente a frente, gargantas secas y mentes confundidas. Realmente no hay una razón marcada por la cual se han encontrado allí más que por comodidad.
—Eres lo más cercano que alguna vez estaré del Paraíso —. Uno de los dice, quizá ambos o tal vez ninguno pero la frase está ahí con los rubíes brillando en esperanza y el cabello negro enredándose ligeramente entre sí con la corriente.

Los roces de labios son inexistentes, no se necesitan cuando hay algo más allá de lo físico que no entienden, pero los une. Es irritante para ambos el no poder huir de todo y dedicarse a descubrir que es lo que los asfixia.
Cualquiera diría que son como la lluvia violenta pasajera cuando la luz solar sigue en su punto más alto; inesperado y gratificante de sentir. El ambiente es encantador y no pueden permitirse nada más que el existir para estar juntos un poco más al pie del árbol de glicinas que guarda secretos de dos amantes fortuitos desafortunados de por su propia existencia y el juramento de conseguir formalizar ese algo que comparten.
Una figura amenazante se acerca con nombre y apellido marcando el fin de la esperanza para ambos cazadores que han caído en La Fortaleza Infinita, ante las garras del mal, abriendo hilo para un más allá.

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¡Listo!
Muchas gracias a todo aquél ser que se tomó un poco de su vida para leer las cosas a que escribí durante treinta días.
Se los agradezco, sus comentarios siempre me hicieron feliz.

¡Esto es todo de mi parte!