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Lo mío no es escribir a tiempo.

#MesGiyuuTan

(19/02/2020)

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[Omegaverse]

Estaba caliente, terriblemente caliente. Quería hacer un nido, quitarse la ropa y dormir hasta que su celo pasara pero para lograr eso, antes que nada, necesitaba llegar a la Hacienda Mariposa y que la señorita Shinobu le tratara.

Tanjiro corre de entre los árboles desde el punto de entrenamiento lo más rápido que puede hacia la propiedad del Pilar del Insecto.
Es fastidioso, su calor se había adelantado demasiado, supone que se debe a la presencia de más alfas en su entorno de los con que habitualmente convivía.
Fue conveniente el hecho de que se presentara en la noche; cuando sintió el calor en sus entrañas se alertó y trató de salir de la asfixiante cantidad de cuerpos que dormían a su lado en la interperie buscando no hacer algún ruido que alertar los finos sentidos de sus compañeros acostumbrados a cazar. No tenía el humor ni las fuerzas necesarias para pelear contra varios alfas por su castidad, lo más importante para el pelirrojo era llegar a un lugar seguro.

La luz de la Luna ilumina su camino y el fuerte olor a glicinas protectoras le comienzan a marear. Si no se apresura sucumbirá ante sus primitivos instintos y se dejará tomar por cualquiera. No, qué humillante.

La familiar escencia le recibe, las luces en la propiedad siguen encendidas y con seguridad se adentra a la construcción. Camina lo mejor que puede con sus piernas temblorosas y abrazándose con fuerza.

Tanjiro se comienza a desesperar, no ve a nadie que le salve pero sigue avanzando.

—¡Hola! ¡Por favor, que alguien me ayude! — Chilla con la voz más aguda de lo que esperaba.
Logra llegar al consultorio de Kocho con esperanzas de permanecer ahí hasta que alguien le encuentre. Entra mirando a sus pies pero el potente aroma de alguien más le sorprende. Ya sabía a quien pertenecía.

—¿Tanjiro? — Si había alguien en el mundo al cual no quería encontrarse en su estado actual ese era a Giyuu. Con temor alza su vista hasta topar con los azules ojos que le observan sorprendido. Tomioka tiene unas cuantas vendas en su cabeza, seguramente estaba siendo tratado después de una misión.

Kamado traga saliva, ha comenzado a humedecerse ansioso de un alfa que le reclame. Quiere al alfa que está enfrente pero no está dispuesto a ahogarse en la marea de lujuria que su estado le está dando. Se aleja de a poco del contrario mientras analiza qué haría si fuera atacado por el Pilar de Agua. Por mucho que esté herido, Tanjiro no se encuentra en la capacidad de hacerle frente, mucho menos cuando una parte de sí a comenzando a rogar por frotarse contra Giyuu.

Intenta salir por la puerta pero se ve retenido por el agarré del moreno y Tanjiro se ahoga en el aroma del deseo solo que ya no distingue si sale de él o de quien le niega la huida.

—Giyuu, por favor, déjeme ir —. Por mucho que lo quiera o lo necesite, no piensa rendirse. Él no quiere que eso sea así, su primera vez no debe ser producto de un celo mal controlado.

El ambiente rápidamente se relaja y es atraído al pecho del otro espadachín quien le envuelve en brazos y esconde su rostro en su cuello.

—Tranquilo —, le dice —no pienso hacerte daño.

Y Tanjiro se siente seguro. Permanecen en la posición por un corto tiempo, los dedos ásperos se hunden en su cabello y otra mano traviesa solo le sostiene por la cintura. El joven sujeta con sus dos manos la espalda de su acompañante, deslizando su característico haori de su lugar. Resulta tan íntimo que no quieren alejarse.

—En el nombre de Oyakata-sama, Tomioka-san suelta a Tanjiro —. Brincan ante la furiosa voz de Shinobu que les mira tan sonriente como de costumbre mientras una perpleja Aoi se asoma detrás de ella.

—¡No es lo que usted cree!

—Cómo sea, no considero apropiado que te aproveches de la situación, Tomioka-san. Por eso todos te odian.

—A mí no me odia nadie.

Pudieron seguir discutiendo de no haber sido por que cayó al piso en un gemido lastimero que los alertó. El ojiazul pretendía cargarle pero fue detenido por la mujer de la habitación.

—Tú no lo tocas. Aoi lo llevará a la su habitación —. Proclama y Tomioka no evita lanzarle un rugido de molestia al que la fémina no prentede tomar en cuenta. —Aoi, dale lo necesario para esta noche, mañana por la mañana tomará su supresor pero, por ahora, dejemos que su celo corra libre —. Ordena y con velocidad ambos adolescentes se alejan.

—¡Espera! — Grita y se gana una mirada fastidiada de la beta.

—¿Ahora qué quieres, Tomioka-san?

—Dale esto a Tanjiro, le ayudará a pasar la noche—. Extiende su haori a las manos de una sorprendida Shinobu —El aroma de un alfa le calmará.

—¿Seguro que no es porque quieres que huela a ti?

El silencio confirma sus dudas.

—Está bien, ahora tú, por favor, ve a tomar una ducha fría. Me incómodas —. Se va y le deja solo.

Con toda pereza decide ir a la Hacienda de Agua y poder descansar del túmulo de emociones que vivió esa noche.
A mitad de camino se detiene y comienza a sonreír como idiota, una sonrisa que asustaría hasta a Iguro.
Está feliz, el dulce aroma de Tanjiro lo acompaña y se siente en casa.

Muy bien, Giyuu. Es momento de vivir.

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En mi mentecilla está la idea de que Tanjiro sí se agarra a putazos para defenderse de los alfas.

Under the Wisteria TreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora