Para el especial

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No podía quedarme sin escribir algo bonito para mi OTP para la fecha.
Esto quedó más largo de lo originalmente planeado.

#GiyuuTanSanValentin

(14/02/2020)

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—Disculpen, ¿alguien ha visto a mi hermana Nezuko? Me había dicho que quería que la ayudara con unos regalos pero no la encuentro —. Pregunta el joven pelirrojo con ligera pena.
Los chicos que se encontraban dentro de la ya casi vacía aula negaron con un ligero movimiento de cabeza mientras comentaban que se había ido unos minutos antes. Tanjiro agradeció y se alejó en un suspiro de cansancio.

El día de San Valentín era lindo, el olor a amor corría libre por el aire y eso le agradaba al muchacho. Olía a cariño fraternal y pasión. Además, la panadería tenía bastantes pedidos especiales que significaban dinero extra para la familia. ¡Todo perfecto!

El día anterior se había hecho de varias rosas que regaló a su madre, a sus hermanas y a sus hermanos también. Su madre le besó el rostro y le agradeció el dulce gesto, sus hermanitas le abrazaron y los niños se avergonzaron pero fue un agradable momento. En la mañana llegó con más flores para repartir entre sus amigos y unos cuantos dulces para sus maestros preferidos y para Inosuke porque él era muy capaz de comerse la rosa sin lavar y no gracias, no quería cargar con él enfermo del estómago.

Kanao y Aoi se sonrojaron completamente mientras que Makomo dio saltitos de alegría formando un pequeño escándalo entre los dos con un Sabito ligeramente celoso de la escena (y sí, Tanjiro también le había dado su regalo). Tsuyuri le dio un paquete de chocolates que aceptó gustoso porque, bueno, es maravilloso que entre amigos también se den regalos.
Muichiro parecía ligeramente consternado al verlo llegar con una rosa para él pero de todos modos la aceptó e incluso, ante la mirada sorprendida de Yuichiro, lo envolvió en brazos con mucha fuerza. ¡Tanjiro no podría estar más feliz!
Buscó a Genya hasta que lo encontró saliendo de la biblioteca donde le entregó una rosa y le deseó un buen día, no sabe a ciencia cierta qué fue lo que pasó pero cuando vio al pobre chico en el suelo lo mejor que pudo hacer fue tirar un poco de agua al rostro enrojecido y entre palabras entrecortadas el moreno huyó graciosamente.

Pero el máximo momento de la repartición de rosas fue cuando le dio una a Zenitsu y el rubio comenzó a sacar espuma por la boca y a dar vueltas por el piso. Por su parte, Inosuke estaba muy contento con sus chocolates y le dio un dibujo de ellos tres a Tanjiro.
Así, con el paso de las clases fue entregando chocolates a sus maestros preferidos. Está de más decir que los más eufóricos fueron Mitsuri y Kyoujurou quienes iban por la escuela repartiendo pequeños gestos a sus alumnos.

El único inconveniente en todo su día fue que en el horario no estaba marcada clase con Tomioka y no lo había visto en todo el día. Incluso le preguntó a Sabito y a Makomo sobre si lo habían visto a lo que rápidamente negaron. Era el único paquete que le faltaba por entregar y al cual le habría puesto algo—mucho—más esfuerzo.

Por el momento, su preocupación iba encaminada a saber en dónde se encontraba Nezuko, temía que estuviera siendo acosada por algún sujeto, el sólo pensarlo le molestaba a sobremanera. De repente le comenzaron a llover mensajes de sus amigos; llegaban tan rápido que no le daban tiempo de leerlos hasta que una llamada de Zenitsu interrumpió su vano intento de descifrar lo que decían.

—Uh, ¿pasa algo malo?

—¡Debes de venir a la entrada ahora mismo! ¡Eres un maldito suertudo! — Le colgó.

Arrugó su entrecejo mientras se dirigía presuroso al punto de encuentro pudiendo distinguir como varios alumnos se juntaban en un solo lugar, aparentemente al rededor de alguien.

—¡Oye, Kamado! — Era Murata quien le llamaba — ¡Felicidades por tu nueva relación!

"¿Qué?"

A su paso la gente le permitía avanzar hasta que llegó al ojo del huracán.

—Oh por Dios...

Ahí estaba su hermana luciendo radiante y a su lado estaba Sabito que parecía querer enterrarse en la tierra, sosteniendo una ridícula pancarta.
Y enfrente, tan calmo y pulcro como de costumbre, estaba Giyuu Tomioka con varios globos de helio en una mano.

—¡Hermano! Mira qué bonita sorpresa te ha hecho el maestro Tomioka.

—Terminemos con esto de una vez, ya me cansé de cargar con esta humillación.

Sintió como lo empujaron hasta chocar con el pecho del moreno, las risas escandalosas de Hashibara lo delataban. Con vergüenza alzó su mirada hasta topar con la azul de Giyuu. Tanjiro podía decir con toda seguridad que había adoración en sus pupilas y felicidad en su aroma. —Tanjiro Kamado —, dice suavemente solo logrando incendiar más el rostro del menor —¿Me harías el honor de ser mi pareja?

Sin dudarlo se lanzó a abrazar por el cuello a Tomioka y a esconder su abochornado rostro ahí mientras su respuesta afirmativa no dejaba de ser repetida con insistencia. El bullicio del alumnado se incrementó cuando la pareja comenzó a dar vueltas de felicidad.

Había sido una declaración perfecta.

—Ara, ara, solo hay que orar para que a Tomioka-san no le caiga la ley por andar con un menor.

O bueno, casi perfecta.

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Originalmente iba a ser puro mame pero salió esto... Sobre la presión social... El más presionado era Sabito con "tienes que ayudar a tu mejor amigo", qué pena.

Under the Wisteria TreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora