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#MesGiyuuTan
¿Todo es muy OoC?

(27/02/2020)
Cr: @al0w0la
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Iba atrasado al trabajo, con hambre y el cabello mojado. Usualmente cargaba con una cara de amargado, bueno, ahora lo estaba. El bus iba lleno y tuvo mucha suerte en conseguir un espacio en los asientos traseros, un poco apretado pero igual de útil.

El chat grupal que tenía con sus compañeros se mantenía activo con preguntas sobre las tareas que estaban realizando y constantes burlas de Kocho por su terrible retraso. Maldita y hermosa mariposa, su venganza sería terrible.

Con cada parada que tenía, el trasporte se llenaba poco a poco de más gente y gracias a la Tierra que aún era invierno y el ambiente seguía fresco porque, de no ser así, su humor estaría mucho peor. Escucha unas cuantas voces platicando en una de las últimas paradas que había tenido, algo fastidiado alza la mirada y tal vez hacer que se callen y que no le arruinen su viaje hasta su bajada. El tirón que sufrió en su cuerpo fue el más fuerte que había sentido en todo su corto viaje.

—¡Sujetate! — Alguien grita y todo es muy rápido para él. Ve como un borrón rojo se acerca y lo mejor que puede hacer es tirar su bolso al sucio piso para extender sus brazos para sujetar al pobre muchacho.

Un par de exclamaciones de asombro ajenas después descubre que lo ha atrapado con eficacia. Suspira con alivio y cierto dolor porque le han aplastado el pie; mira atentamente a su alrededor siendo que enfrente hay dos chicos con las manos extendidas hacia su lugar supone que de ahí provino el grito. Ahora que lo piensa, ¿que el muchacho no pensaba pararse?

Sus azules ojos distinguen el sorprendido rostro juvenil que descansaba en su mano; vibrantes orbes rojizos, boca entre abierta y un coloreo gracioso en sus mejillas era lo que conformaba esa cara.
No había pasado tanto tiempo pero todo se estaba tornando incómodo y como él nunca ha sido un gran platicador no se le ocurre algo brillante que decir, de hecho ni lo piensa.

—Creo que... — Comienza intentando sonreír lo menos terrorífico posible —Haz caído por mí —. Termina de decir controlando sus impulsos de gritar por la estupidez que acababa de soltar.

Risas, aplausos y silbidos son soltados energéticamente por los pasajeros pero no le toma importancia porque el bonito desconocido es quien ríe con más ganas y de manera más burbujeante.
Se levanta y es cuando alza sus cosas del suelo maldiciendo su suerte. El chico sigue ahí con un rubio tomándolo del hombro y unos ojos verdes cubiertos en gracia.

—Gracias por no dejarme caer —. Siente cosas bonitas en su pecho, su estómago tiembla y le sudan las manos. Eso es imposible, o sea, él no siente cosas bonitas en su pecho tampoco su estómago tiembla ni sus manos sudan.

—No es nada.

Parecía que su pelirrojo acompañante quería hablar un poco más, sin embargo otro tirón lo tomó desprevenido y por fortuna tres pares de manos lo mantuvieron firme en su lugar.

—Ah, Monjiro, parece que sólo quieres pegarte al tipo genial.

De acuerdo, no necesitaba escuchar nada más así que avanza hasta la salida antes de que las puertas se cierren. Algo descortés de su parte pero ya era ridículamente tarde para su labor. Si se lo preguntan no, no estaba huyendo.

Finalmente es golpeado por el aire frío de la mañana y se siente un poco vacío; el autobús avanza y desde una ventanilla una voz le detiene.

—¡No sé tu nombre! — Su cabello rebolotea violentamente. Está sorprendido ante tal espectáculo, aún así corre para alcanzarlo cuál película cliché.

—¡Me llamo Giyuu! — Grita, la gente lo mira con extrañeza y el otro a desaparecido.
Definitivamente fue una buena mañana.

Esa misma noche, revisando sus abandonadas redes sociales se encuentra con una notificación que le hace casi brincar de sorpresa. El bonito pelirrojo, del cual al fin sabe su nombre, le ha enviado una solicitud de amistad que no duda en tomar captura y enviársela a Sabito quien le manda un audio donde parece estar más emocionado que él.
Ya tiene excusa para salir tarde de casa.

Under the Wisteria TreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora