Capítulo 14

4.8K 374 3
                                    

Veo que sonríe, es un idiota engreído. Seguimos comiendo en silencio durante unos segundos larguísimos.

- ¿Por qué te has ido esta mañana?.- Pregunta sin rodeos.
- Tuve una pesadilla, necesitaba salir, encontrar a Liam.
- ¿Me crees ahora sí te digo que él está bien?
- Si, supongo que sí. Siento mucho haber dudado de tu palabra, ten en cuenta que apenas nos conocemos… - Intento excusarme.
- Oye, no te preocupes por él ¿Vale?, Yo no quiero retenerte, no te obligo a que tengas que estar aquí, pero creo que ya has podido comprobar que es peligroso salir, gorrión.

Parece preocupado. No me va a quedar más remedio que estar aquí hasta que esas estúpidas fieras salvajes me dejen en paz. Eso me hace pensar y me crea más dudas.

- Esos lobos que nos han atacado, ¿también son hombres que se transforman?
- Si, son dos hermanos que no abandonan el instinto.
- ¿Y por qué quieren matarme?!?.- Pregunto enfadada
- No podemos hablar con ellos, incluso es difícil acercarse, por que atacan. Hasta qué no abandonen el instinto es imposible tener información, cómo ya sabrás los lobos no hablan.
En realidad ya no tengo muy claro que es lo que se supone que sé sobre los lobos.
- Pero tú los conoces.- afirmo
- Si, hace como un año, se desvincularon de nuestra gran familia, y salieron de la aldea, no los volvimos a ver hasta el día de tu boda. Estaban con el instinto activo, dando vueltas por la finca. Sabíamos que buscaban a alguien concretamente, pero no sabíamos a quien.

Mientras que habla recoge la mesa y  pone un poco de orden en la cocina. Yo me siento en el sofá, y cuando el termina se sienta en la otra punta del sofá, cara a cara.

- ¿cómo sabíais que buscaban a alguien en concreto?.- Le pregunto señalándome.
- Si no hubiese sido así, y hubiesen ido solo a matar, tu boda habría sido una masacre…

Por un instante entro en pánico, estuvimos en peligro sin darnos cuenta.

- ¿Qué has hecho gorrión? ¿Por qué quieren matarte?.- pregunta con ternura.
- ¡No lo se!!.- levanto la voz
- Intenta pensar en si le has hecho algo a alguien de hace un año para acá. Tiene que haber un motivo. Está visto que solo te quieren a ti. ¿Hay algo que me estés ocultando?
- No te estoy ocultando nada, a lo mejor eres tú el que oculta algo, por qué yo no entiendo nada de lo que está pasando.- le digo con enfado.
- Te estoy siendo completamente sincero.- dice serio, con franqueza.

Se hace un silencio, en el que mi cabeza da vueltas buscando una razón que no encuentro. Yo vine al pueblo dos semanas antes de la boda, vivo en la gran ciudad. No he podido enfadar tanto a alguien como para que quieran matarme, en solo dos semanas.

- Mis padres viven aquí desde hace unos años, vendieron la empresa multinacional que tenían en la ciudad, por una cuantiosa suma de dinero y se vinieron a vivir aquí. ¿Y si pretenden secuestrarme para pedir un rescate?
- Estos dos no van con intención de ningún secuestro. Quieren matarte.- dice Nashua sin rodeos.

Esa forma tan tajante de decirlo me hiela la sangre. Estoy realmente asustada.

- Tranquila, pequeña. No voy a dejar que te ocurra nada.- Supongo que ha visto el pánico en mi cara.
- Esta mañana no estabas. Cuando desperté estaba sola en la cabaña.- le digo enfadada.
- La noche anterior note que te pasaba algo, no quisiste cenar y te fuiste directa a la cama. Así que me levanté temprano para ir a la aldea, a hablar con mi padre, para preguntarle si había alguna novedad sobre el tema. Y de camino, traerme algo de comida. Te dejé una nota en la mesita de noche que por lo que veo, ni siquiera has visto. Y cuando volví, tú ya no estabas…
- ¿Y si en tu ausencia me hubiesen atacado? - digo casi tartamudeando.
- No tienes que preocuparte, está cabaña, está aprueba de lobos, aquí dentro no tienes que tener miedo, lo único que tienes que hacer, es no salir.- dice sonriendo, supongo que para calmarme.

La tarde transcurre, y con la charla empieza a oscurecer, tengo la sensación de que hemos conectado, nos hemos sincerado y tenerlo cerca me da sensación de bienestar, tener a mi propio guardián hace que me engrandezca. Aunque él procura mantener las distancias físicamente, para no variar.

Le encanta molestarme y reírse a mi costa, y a mi parece que ya no me molesta tanto. Después de una cena ligera, nos damos las buenas noches, (solo de palabra, por supuesto) con la intención de irnos a dormir. Sin tener una ligera idea de lo que está a punto de suceder.

En la Boca del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora