Capítulo 30

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- ¡Vete! – Grita Nehiem desde dentro. – yo me voy a encargar de que se olvide de ti. El no te debe nada, demasiado ha hecho por ti ya. ¡Desagradecida!

Takaqua me agarra del brazo con una mano, con la otra lleva mi maleta y con un gesto que hace con la cabeza me anima a echar a andar. Casi que se lo agradezco, Nehiem sigue dentro diciéndome de todo, así que muy a mi pesar empiezo a alejarme de la cabaña.

- Leire, tenemos que aligerar el paso, la carretera a pie está a 15 o 20 minutos a un paso ligero. – Me dice mientras aumenta la velocidad tirando de mi brazo. - Tengo que conseguir meterte en el primer coche que pase, no se el tiempo que podrá retener mi hijo a los Tala.
- Por favor, Dime que Nashua está bien. – Le suplico.
- Él es un chico listo y obstinado. Y un lobo fuerte y ágil. Así que yo también espero que esté bien, lo he notado preocupado pero también distante conmigo, no quería que supiese lo del vínculo contigo, teniendo en cuenta tu situación.

Voy casi dando saltos por encima de los arbustos con la ayuda de Takaqua, seguro que habría caído ya, si fuese a este ritmo sin su punto de apoyo.

- Voy a solucionar lo de mi marido, tengo una sensación de bienestar cuando estoy con él que no la he encontrado en toda mi vida en ningún sitio. Así que puedes por favor, decirle que voy a volver cuando soluc…
- ¡No! – Me corta, sin bajar el ritmo. – Leire, no puedes volver.
- ¿Qué?, Si voy a hablar con mi marido para poder volver, necesito a Nashua. Neces..
- Leire. – vuelve a cortarme. – No se trata de tu marido, ¿Crees que a mi hijo le importa un papel que tienes firmado con alguien? Estás equivocada, no es por que estés casada. – Me explica. – Aquí te está esperando la muerte, no sabemos el motivo por el que los lobos quieren matarte. No puedes volver.
- No me digas eso… por favor… - Los ojos se me empiezan a encharcar mientras el hombre sigue tirando de mi brazo. – Nuestra última conversación fue una discusión, y si le pasa algo por mi culpa no me lo perdonaría jamás.
- El problema chica, es que te pase algo a ti. Si te pasa algo, Leire, la vida de mi hijo se convertirá en un infierno, y te lo digo desde mi propia experiencia. Cuando falleció mi vínculo, la madre de Nashua, estuve a punto de quitarme la vida muchísimas veces, y lo único que me retiene a mi aquí, es mi hijo. ¿Qué motivos tendría mi hijo para seguir viviendo?

Se hace un silencio, dónde solo se oyen nuestras pisadas a través de la hierba, mientras esquivamos los árboles. Incontrolablemente empiezo a llorar. “¿Significa eso que no volveré a ver a Nashua?”
Lloro, lloro sin consuelo, si no es por qué me guía Takaqua, estaría en el suelo, por qué no veo con mis propias lagrimas. Entre mis hipidos y sollozos avanzamos por el bosque, hasta que él rompe el silencio.

- Leire, te aseguro que él va a llevar mejor tenerte lejos y saber que estás viva, a que estés muerta. Al menos, tendrá la esperanza de poder volverte a ver, aunque no podemos asegurar cuando. Te necesita con vida, te lo aseguro.
- Está bien. – Le digo sin dejar de llorar.
- Si sigues llorando vas a tropezar con algo, se consecuente con tus decisiones, y afrontarlas con la cabeza alta, soluciona lo que sea que tengas pendiente pero hazlo lejos de aquí, en el pueblo los lobos podrían encontrarte.

No puedo contestar a eso, no quiero irme, supongo que sí que tendré que salir de este pueblo cuanto antes si quiero vivir, y más si la vida de Nashua depende de la mía.

- Estamos llegando. – me interrumpe mis pensamientos. – Vamos a ponernos al borde de la carretera. Cuando se acerque un coche me iré. Tú tendrás que pararlo, y pedirle a quien vaya en el vehículo que te preste un teléfono. Llama a algún familiar y vete lejos de aquí. Los lobos no debemos acercarnos al pueblo, pero no sé si los Tala seguirán cumpliendo esa norma, por si acaso no te fíes de quedarte sola en ningún momento y por favor, rodéate de gente.

En la Boca del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora