Capítulo 38

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El lobo Negro da un paso adelante, gruñendo. El lobo blanco gira la cabeza, para mirarme, supongo que querrá asegurarse de que estoy lo bastante lejos como para resultar herida.

Estando ambos lobos más cerca es cuando noto que Nashua es ligeramente más grande.

El lobo blanco no pierde el tiempo, y se lanza al ataque, se enzarzan en una pelea de movimientos rápidos y giros, gruñidos y quejidos. Realmente da miedo ver cómo dos animales tan agresivos de esa magnitud se están peleando intentando morderse el uno al otro pero creo que lo único que consiguen es agarrarse el pelo o como mucho el pellejo del otro a mordiscos, son rápidos. Pero en una de esas el lobo negro ataca directamente al cuello, Nashua hace un movimiento estratégico y consigue zafarse del mordisco en esa zona, aunque lo recibe en el hombro, dónde se le agarra Onawa sin soltarlo, Nashua suelta un gruñido fuerte, abre sus fauces y con los dientes afilados agarra al lobo negro del cuello.

Estoy tan impactada viendo la pelea, que no veo a Tayen hasta que lo tengo prácticamente encima. Doy un salto para intentar alejarme, pero es tarde. El me agarra con fuerza del brazo, tira de mi fuerte, hacia él y entre forcejeos me tira al suelo. Dónde consigue agárrame del cuello, con fuerza, pero con margen para dejarme respirar.

- Suelta a mi hermano – Grita Tayen encima de mi. – O le separó la cabeza del cuerpo ahora mismo.

Esas palabras hace que se me engarroten los músculos del cuerpo. Con mis manos agarro sus brazos, dando tirones pero es completamente imposible deshacerme de el.

Nashua hace un movimiento brusco, apretando el mordisco y consigue que Onawa le suelte el hombro, asi consigue girar la cabeza como puede, para mirarnos sin soltar a su presa.

Cuando ve, que me tiene cogida del cuello, da unos gruñidos fuertes que retumban en el callejón. El lobo blanco empieza a dar tirones de su presa para acercarse a nosotros.

- Suelta a mi hermano ahora mismo – exige Tayen.

Nashua le contesta con gruñidos, que se podría interpretar cómo “si le haces daño, mató a tu hermano”.

Tayen al ver que Nashua no obedece su petición, empieza a apretarme el cuello, y el aire se filtra muy levemente. Le tiró de los brazos, le araño, pataleo e intento emitir sonidos en vano.

- Suéltalo, o en unos minutos la chica dejara de respirar. – sigue exigiendo.

El lobo blanco en lugar de hacerle caso, aprieta hasta que empieza a emanar la sangre del cuello de Onawa. Y es entonces cuando el hilo de aire desaparece de mi garganta, sus manos me aprietan sin ningún reparo. No entra aire. No puedo respirar.

Poco a poco noto como cómo se me nubla la vista, y mi cuerpo empieza cómo a convulsionar aún consciente. Tengo la sensación de que no me quedan mas de 10 segundos, mis piernas no me responden, mis brazos tampoco.

De repente, entra el aire de nuevo, semiinconsciente sé que doy alaridos con cada bocanada, y me retuerzo en el suelo. Cuando llevo unas diez inspiraciones vuelvo un poco a ser consciente de la realidad “¿Dónde está Nashua?” me alerta mi mente.

Levanto la cabeza como puedo, ahí está, ha soltado a Onawa, para quitarme a Tayen de encima. Onawa parece muy malherido, pero sigue en pie mientras Nashua arrincona a Tayen, que en un abrir y cerrar de ojos desaparece para pasar a ser un lobo marrón. “Esto se pone feo” me advierte mi subconsciente.

Empieza otra batalla encarnizada  con el otro hermano, Onawa aprovecha y entra también en la pelea, para dejar a Nashua en desventaja. El lobo blanco hace lo que puede, pero no dejan de ser dos contra uno. Hasta que en una de esas, el lobo marrón se abalanza encima de Nashua tirándolo al suelo. Lo que le da la ventaja a Onawa para morderle el cuello, mientras que Tayen lo inmoviliza con su peso.

Es entonces, cuando Nashua da un aullido, un aullido de dolor, de desesperación. Yo me pongo en pie como puedo, “no voy a irme sin él” pero los aullido insisten e insisten. Hasta que se me ocurre algo.

“¡¡¡Tengo que encontrar a Takaqua, tengo que traer ayuda!!!” Echo a correr por el lado del callejón que está libre, evitando a los lobos e intentando no hacer ruido, para no llamarles la atención. Cuando estoy cerca de la entrada del callejón, paso junto al coche. Pero de repente Liam se me echa encima, cayendo los dos al suelo.

- ¿¿A dónde vas?? – dice Liam encima de mi.-  Tu vas a morir aquí hoy, igual que el indio.

En la Boca del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora