Capítulo 28

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“Su padre hizo esta cabaña adrede” ¿Adrede de que? Eso no lo entiendo, a veces me habla como si yo viviese allí en la aldea, con ellos.

- ¿Qué quieres decir con que Takaqua hizo la cabaña adrede?
- ¿No te ha contado lo de la cabaña?, ¡Pues mira que habéis tenido tiempo para contaros cosas!

Si supiera ella lo que hemos hecho en todo este tiempo… Le echo mucho de menos.

- No, bueno, creo que mencionó que la hizo Takaqua, pero poco más.
- Esta cabaña, está echa a prueba de lobos, pero en un principio no para que no entrasen, si no para que no pudiesen salir.
- ¿Encerrabais lobos aquí?
- Lobos no, a Nashua.
- ¿Nashua ha estado encerrado aquí? – Esa información me sobrecoge.
- Si, pero por su propio bien. Su padre empezó a construir está cabaña cuando el nació, cuando supo que era un varón. Takaqua sabía que Nashua sería un lobo blanco, ya que él lo era también. Así que hizo una jaula, decorada como una cabaña. Normalmente el instinto se activa en la edad de la pubertad, entre los 12 y los 14 años, y es entonces cuando tienen que aprender a controlar el instinto, con ayuda de sus padres y la mayoría de las veces encerrándolos, por su propio bien y por el bien de la aldea, no vuelven a la comunidad hasta que lo han controlado. Así que está cabaña se construyó con la idea de que Nashua viviese aquí unos meses con su padre, hasta que fuese capaz de controlar la actividad de transformación y poder volver a casa después. Pero lo que le pasó a Nashua no se lo esperaba nadie, ni siquiera él. Cuando el tenía solo 10 años, un día que estaba solo con su madre, ya que Takaqua había bajado al pueblo, Nashua de forma inconsciente y sin previo aviso, se transformó en un lobo. Aún siendo solo un niño se activó su instinto, era un lobo joven y grande, más que uno normal, y no supo controlarlo.
- ¡Oh Dios mío! – las palabras salieron de mi boca casi inconscientemente.
- Cuando Takaqua llegó del pueblo se encontró a su hijo llorando encima del cadáver de su madre. Fue algo muy duro para toda la aldea y para Takaqua, pero sobre todo, para Nashua. Su madre sabía lo que tenía que hacer en caso de que el instinto se activase solo, pero Nashua era, y es muy poderoso.
- Eso sí que no me lo había contado. – le digo aún con la cara desencaja.
- Ni creo que lo haga, es muy raro que él hable de su madre.
- ¿Por eso Takaqua lo encerró aquí? – me conmueve la situación.
- No, para nada, fue el mismo. Nashua quiso encerrarse aquí. Estuvo aquí metido hasta que casi cumplió los 12 años, cuando normalmente el instinto se controla en unos meses. El no quería volver a su casa donde sabía que su madre no iba a estar esperándolo.
- Es lo más triste que he oído en mucho tiempo. – Digo con voz entrecortada.

Realmente estoy conmovida es una imagen atroz, Nashua es un hombre que a sufrido mucho. Y por mí culpa parece que no va a dejar de hacerlo. No lo soporto, noto como si se me hundiese el pecho, cómo se me hace una bola en la garganta, casi no puedo respirar. Arranco a llorar como si no hubiese un mañana, me deshago en lágrimas intentado sacar de mi cuerpo todo la angustia que me ha creado estos días, esto es insoportable.

Nehiem me mira sorprendida sin saber muy bien que hacer o qué decir, así que, hablo yo.

- ¡Necesito hablar con el! – casi no se me entiende, me pongo en pie.
- ¿Con Nashua? – pregunta, con los ojos como platos.
- ¡Si, tengo que hablar con él, ahora mismo! – me dirijo a la puerta, para salir a la calle.
- ¡No espera, no puedes salir!
- ¡Si, si que puedo, solo tengo que girar un pomo, tengo que solucionar todo esto! – empiezo a hablar con entereza, quitándome las lagrimas de la cara con los puños de la camiseta.
- Si sales, estás muerta y lo sabes…
- Él estará cerca de los lobos, puede que sí llamo su atención ellos vengan a por mí, y a su vez, el venga con ellos.
- Hay muchas cosas que pueden salir mal en ese plan improvisado y mal echo. – sabe que tiene razón. – ¡No se te ocurra salir por esa puerta!
- Tengo que intentarlo. No soporto más está situación. – Le digo mientras agarro el pomo, lo giro de manera decisiva, y abro.

En la Boca del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora