Capítulo 26

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“Oh, Dios mio, ¿Por qué tengo la sensación de que está describiendo mis sentimientos?” me quedo de piedra, es como si mi corazón entendiera el significado de mi malestar mientras ella sigue hablando.

- Eso no es como enamorarte, que te puede pasar con varias personas en tu vida, el vínculo solo pasa una vez en la vida. Una vez que te has vinculado con alguien es para siempre. Tu vínculo es tu mitad, con el 100% de compatibilidad. Cuando ese sentimiento despierta es, por qué es mutuo, y se sellan la unión cuando hacen el amor por primera vez. ¿A que es bonito?
- Si… precioso… - Tartamudeo.

Se acerca y se sienta frente a mi, en el sofá, yo apenas puedo articular palabra, “¡pero ella sigue hablando!”

- Cuando eso pasa, es algo tan intenso y magnífico, que las parejas celebran un ritual para agradecerle a la luna que han encontrado la mitad de su espíritu.

Estoy total y absolutamente en shock, “¿Qué ha hecho Nashua conmigo?” Me estoy asustando. Me he metido en la boca del lobo, sin darme cuenta

- ¿Qué pasa si alguno de los dos no quiere seguir con el vínculo? – acierto a preguntar intentando que no se me note el desconcierto.
- ¿Bromeas?, ¿Quién no querría? Das con el que sabes con seguridad que es el amor de tu vida, ¿Y no quieres que lo sea? Eso es de locos.- Asegura con incredulidad.- Aunque alguna vez ha pasado que ha fallecido uno de los dos, y el que se queda está condenado a morir solo, sabe que jamás volverá a sentir eso por nadie, ya que es consciente de que el vínculo solo ocurre una vez en la vida.
- Vaya, eso demasiado.- Digo con sinceridad.
- Lo es, Es algo tan increíblemente fuerte y maravilloso, que incluso cuando el chico activa el instinto, es un perrito manso para su chica. El lobo es incapaz de hacerle daño, cuando para los demás es un animal salvaje.

Ahora puedo asegurar que el síndrome de abstinencia que tengo por el es real. Además de que empiezo a entender muchas cosas: él se mantenía distante al principio, por qué estoy segura de que el notó lo del olor igual que yo, el día del accidente, cuando me trajo en brazos a la cabaña. Otra cosa es que me aseguró que si se convertía en lobo delante de mí, no me haría daño. También que, la noche que me dijo que él no sabía si saldría malparado de todo esto, supongo que directamente temía por su propia vida. Por eso no le importa arriesgarse a morir para que yo pueda salir de aquí, porque si me voy, el está condenado a morir solo.

Me pongo en pie casi de un salto, noto mis piernas sin fuerza, me pitan los oídos y se me nubla la vista, un sudor frío recorre mi cuerpo. Oigo palabras de fondo, pero muy lejos. Mi cuerpo se desploma y noto un golpe fuerte en la cabeza, de repente se hace la calma y la oscuridad.

En la Boca del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora