Capítulo 29

3.6K 333 4
                                    

Al abrir la puerta me lo encuentro de frente, mirándome con sus ojos verdes, unos ojos cansados, una mirada de preocupación.

- ¿Takaqua?, ¿Qué haces aquí? – Digo con sorpresa.
- ¿Qué haces en la puerta?, ¡¿Qué pesabas hacer?! – Me increpa.
- Yo… yo…

Me aparto para que él pueda entrar y cierra la puerta.

- Mi hijo se está jugando la vida, para que tú puedas volver a tu casa, ¿Ibas a salir?, ¿A abandonar la protección de la cabaña?

Miro a Nehiem, que agacha la cabeza ante las palabras de Takaqua.

- Yo solo quería hablar con Nashua… Necesito hablar con el… - contesto con inseguridad.
- ¡No hay tiempo, tenemos que irnos!
- ¿Irnos?
- ¡Si!, Mi hijo les ha tendido una trampa a los lobos con una prenda tuya.

“Una prenda mía, mi pantalón rasgado y sucio”

- Entonces, ¿Es el momento de salir de aquí? – digo con desgana.
- Coge tus cosas y vámonos, te llevaré hasta la carretera.
- Pero...Yo… Y Nashua…- no se cómo explicarme.
- Yo le daré las gracias de tu parte, pero tenemos que irnos ya. No se cuanto tiempo podrá mi hijo retener a los lobos. ¡Es ahora o nunca!, ¡¡Vamos!!

Sin tenerlo claro, salgo a correr hacia el dormitorio, pongo mi maleta encima de la cama y empiezo a meter todas mis cosas como loca. Salgo corriendo hacia el baño, tengo algunas cosas allí y escucho a Takaqua hablar con Nehiem.

No tengo muy claro si la mejor decisión es irme, yo no quiero irme, creo. Tengo que hablar con Liam y necesito a Nashua. “Necesito a Nashua” pensándolo bien, supongo que mi destino está con Nashua. Cuando mi mente acepta ese pensamiento, mi corazón me da dos golpes en el pecho. Es como si mi cuerpo me lo pidiese, me lo implora.

Voy a hablar con Liam y a solucionar todo esto, para volver con Nashua, tengo que volver aquí con él, ahora que voy a ser libre, que voy a salir por esa puerta, es cuando me doy cuenta que en realidad, no me quiero ir.

Arrastro cómo puedo mi maleta, Takaqua se acerca lo suficiente como para cogerla y cargarla el.

- Esta bien, vámonos. – Digo sin prisa, con desgana.
- ¡Espera! – Takaqua me agarra del brazo, me mira directamente a los ojos. - ¡TU!, ¡Tu te has vinculado con mi hijo!
- ¿ Cómo…? – intento decir, pero Nehiem me interrumpe.
- ¿¿QUÉ?? – Grita ella, desde el otro lado de la habitación.
- ¿Pero como lo sabes? – Digo en un susurro.
- Soy un lobo. – Explica el hombre. - Puedo oler a mi hijo en ti.
- ¿¿Tu y Nashua?? – Parece que Nehiem no está muy contenta con la noticia.
- ¡Ahora entiendo muchas cosas! – Explica Takaqua. – Mi hijo lleva evitándome desde que volvió de la cabaña, no se acerca para hablar conmigo. Pensaba que se había obsesionado contigo por su obstinación por atrapar a los lobos y cuando lo ha conseguido, me ha pedido a mi que viniese a por ti, es algo que me a extrañado mucho cuándo podría haberlo echo el. No quiere ver cómo te vas, por qué estáis vinculados.
- Pero mírala, no ha tardado nada en hacer las maletas – Dice Nehiem señalándome con el dedo. – Va a abandonarle, a ella no le importa Nashua. Es una niña de ciudad, que no sabe apreciar el valor del vínculo.
- ¡Eso no es cierto! – Me defiendo. – yo tengo que solucionar algo importante ahí fuera y después…
- Estás a punto de salir por la puerta para ir a buscar a tu marido. – me acusa ella, interrumpiéndome. – y el reteniendo a dos lobos por ti. Lo estás traicionando.
- ¡NO! – Le grito con desesperación.
- ¡Basta ya! – Takaqua nos silencia a ambas. – no es en absoluto el mejor momento para discutir ni debatir nada. Tienes que irte ahora mismo.

Coge mi maleta, abre la puerta y sale.

- Vámonos. - me dice desde la calle.

En la Boca del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora