Prologo.

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Parpadeó unas cuantas veces sorprendido, luego volvió a enfocarse en Merlón. El hombre, demasiado serio, en su opinión, espero con su paciencia infinita a que diera más reacción que abrir y cerrar la boca como un pez.

— ¿Yo...? — Se apuntó con su mano sucia, hasta hace poco trabajaba en su tren — ¿Por qué no Vegetta? ¡Ese hombre esta mamadisimo!

Merlón suspiro un poco ante su insegura respuesta, es una de las pocas veces que Rubius sitio que no encajaba con lo que pedía. La mayor parte del tiempo no se siente tan dudoso, con su espada y un su escudo puede acabar con cualquiera. Es un híbrido oso, joder, tiene habilidades de combate.

— Los otros héroes eventualmente se unirán a ti, pero los dioses pidieron que seas el primero en ser enviado — Explico, le entrego un libro que brilla de un violeta tenue — Tú serás el líder de esta misión, joven héroe.

— ¿Los dioses? ¿Ellos quieren que hagamos esto? ¿Quieren que vaya como el cura o como héroe? — Pregunto rascándose la nuca nervioso, el título del libro no tiene nada relevante.

E. Karmaland.

Las letras son negras con un borde dorado, Rubius pudo ver como el dorado parpadeo, como si quisiera comer el negro pero no pudo. Merlón miro lo mismo, sus hombros tensos y sus ojos gritaban algo que él no llego a entender.

— Si joven héroe, los dioses. Quieren que vayas como el cura y héroe de Karmaland. Los dioses te tiene aprecio, tienen fe en que lo harás bien — Dijo dejando un cofre grande delante suyo — En éste cofre se encuentran las cosas que necesitaras, no podrás abrirlo hasta que los dioses te lo ordenen.

— Están siendo muy misterioso — Se quejó ajustando su máscara en su cabeza — Merlón, lo entiendo todo pero ¿Viajar a otro mundo? ¿En serio? ¿Qué tipo de misión es esta?

— Si no se detiene lo que está sucediendo allá es posible que nuestra Karmaland se vea afectada — Explico, dirigió su mirada a la ciudad.

Rubius no tiene buena vista de la ciudad en su nueva casa, después de atarse del canto deprimente del viento en invierno se mudó cruzando el lago. Desde ese lugar tiene primer plano de la casa de Willy pero más allá de eso es todo verde. El ambiente que estaba buscando.

Endureció su expresión bajo la máscara y se paró derecho, cualquier cosas que los dioses piden personalmente — bueno, no tan personalmente — es asunto de tomárselo en serio. Cualquier duda en su mente salió volando, los dioses quieren que él maneje esta misión. Ellos lo dejaron a cargo de ella.

— Esta bien ¿Cuándo empiezo?

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Dos horas después de que Merlón se fuera, los chicos llegaron, Rubius ya sabía que vendrían. Los rumores con los aldeanos corren muy rápido, fácilmente uno de los chicos escucho que Merlón fue a verlo y corrió la voz a todos los héroes.

Tampoco le sorprendió que Willy sea el primero en llegar, entrando sin llamar hasta encontrarlo en la habitación de los cofres. Los golpes en su puerta de retina hicieron que asomara su cabeza por su otra puerta.

Sonrió bajo su máscara y saludo al líder de la Hermandad Oscura, Willy le devolvió el sonrisa con serenidad, incluso sin ver que está sonriendo.

— Willy, hombre, te esperaba más tarde la verdad — Confesó al abrir la puerta, paso su brazo por los hombros del otro hasta entrar en la sala de cofres.

— Los aldeanos se están volviendo locos — Respondió, sonrió cuando vio su tucán y hadas ilegales — Vieron a Merlón ir hasta tu casa.

— Uh, si, estuvo un rato por aquí — Rubius deliberadamente dirigió sus ojos a su mochila, llenada con comida, armas y otras cosas. No sabe que cosas le dieron en el cofre, pero no está de más ir preparado.

Side to side || Ruwigetta. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora