14. Recuerdos

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"La hiedra echará raíz

Y mi cuerpo se pudrirá.

Los fragmentos de mis recuerdos regresarán a la tierra

Y una flor crecerá otra vez,

Como un carrusel, que gira y gira

Te veré de nuevo en primavera"

Hide with Spread Beaver – Hurry go round

—¿Quieres contarme sobre esos sueños?

Kakyoin asintió con cierta timidez, sintiéndose un tanto intimidado por la seriedad de su compañero. Abrió la boca, arrepintiéndose de haber buscado ayuda en algo tan estúpido.

Había transcurrido una semana desde el incidente en Hong Kong y por supuesto nadie se había enterado de lo sucedido. La fundación Speedwagon, que no había podido continuar ayudándolos con el transporte debido a la situación política del continente, le ofreció contactos con un buque mercante que los ayudaría a salir de la isla hasta dejarlos en la India, lugar en el que desembarcarían en aproximadas veinte horas. Una vez allí, debían contactarse con ellos para poder continuar hasta Egipto.

La situación había cambiado drásticamente una vez que dejaron el hotel esa mañana, pues tanto Jotaro como él eran buscados intensamente en el continente debido al delito de traición de su parte y al más grande por supuestamente haber robado información de una base donde estuvo recluido, cargando con el delito de espionaje. Y al parecer Polnareff también era buscado por haber ingresado a varios países de forma ilegal además de terrorismo, cosa que negaba rotundamente.

Eso significaba que tomar un avión era imposible para ellos, pues debían pasar por controles fronterizos en cada país que la nave tuviera en su ruta. Así que de acuerdo con la sugerencia de la fundación, decidieron aceptar la idea del barco y luego continuar a pie, cruzando por pasos no habilitados o de baja seguridad para no ser descubiertos.

—Soñé con mi propia muerte—sentenció.

Incluso cuando Jotaro le había asegurado de que todo había sido una ilusión, había comenzado a sentirse intranquilo con los efectos del ataque. Su mente poco a poco había comenzado a confundirse, dándose cuenta de que sus recuerdos reales estaban mezclándose con los creados por el stand, como si también le pertenecieran.

Al no tener a quien recurrir, pues no deseaba preocupar al más alto, decidió que Avdol podría ayudarlo con todo su conocimiento esotérico. Así que lo había llevado a una cabina privada donde ambos pudieran conversar sin ser molestados.

—Descríbeme ese sueño—pidió—. Lo más detallado que puedas.

Por supuesto no le había mencionado sobre el incidente, pues Jotaro no deseaba oír ninguna queja al respecto. Así que se forzó a inventar una mentira, diciendo que había tenido sueños raros que deseaba interpretar.

—Estaba en lo alto de un poste eléctrico—dijo—, había envuelto a un hombre con mi stand y estaba por atacar, de pronto...

Guardó silencio un instante, sintiendo como escalofríos recorrían su cuerpo, agrupándose todos en la base de su estómago, donde su marca de nacimiento reposaba, acalambrándose de solo pensarlo. No entendía por qué su cuerpo reaccionaba de esa forma, y no encontraba respuesta a eso sin importar cuanto pensara. Tomó aire antes de continuar.

—...estoy en un tanque de agua con mi estómago abierto, desangrándome poco a poco.

Avdol apretó los dientes, parecía concentrado en su relato. Él, en cambio, quería terminar de pensar en aquello lo antes posible para poder calmar el dolor que sentía. De todos los recuerdos que ese stand había creado en él, era el segundo más odiado. El primero era donde, por órdenes del mismo hombre del que hablaba, se veía forzado a atacar a Jotaro, intentando matarlo, incluso cuando sabía que eso estaba mal.

Mientras el mundo cae (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora