20. Solitaria ilusión

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"El silencio de una estrella fugaz

Ilumina un cielo morado

Y mientras me pregunto dónde estás

Estoy tan solo que podría llorar"

Johnny Cash – I'm so lonely I could cry


Gritó el nombre de su stand, atacando a Jotaro con su espada, aunque viéndose dificultado por la velocidad de esos puños, los cuales buscaban atacar todos sus puntos débiles al mismo tiempo. Insistió, golpeándolo en estómago con su estoque, esperando hacerlo caer de esa manera.

Pero no fue efectivo, siendo detenido antes de que siquiera pudiera acercarse, siendo lanzado unos cuantos metros hacia atrás. Escupió, limpiándose el sudor de su frente, incitando a su amigo a seguir peleando.

Era frustrante ser más lento que Star platinum, viéndose al borde de intentar arriesgarse un poco más y deshacerse de su armadura para poder hacerle frente. No obstante, tenía miedo de hacerlo. Con lo poderoso que era podría morir si lo intentaba.

Pero no tenía otras opciones en mente, a decir verdad, estaba cegado por la impotencia de ser más débil que un adolescente que apenas había obtenido a su stand hace un par de años, como si toda su infancia y los últimos doce años que llevaba puliendo sus habilidades no sirvieran de nada. Lo vio acercarse, lo intentaría de todas formas. Retirando su armadura, se lanzó en contra de Jotaro, moviendo su espada en dirección suya.

Pero no logró nada, incluso con toda la velocidad que ganó con su maniobra no fue capaz de hacerle frente, siendo tomado del cuello y tirado hacia el piso, rebotando con tal fuerza que agradecía que sus costillas y columna siguieran intactas.

—Gané.

Gruñó, sintiendo como su orgullo se rompía dentro suyo y más aún cuando fue ayudado a levantarse.

—Una vez más.

—Iré a la cama—respondió—. Otro día.

Se alejó caminando hacia Kakyoin, llevárselo consigo. Odiaba que ese par presumiera su cariño frente a sus ojos, mucho más cuando ya habían pasado dos semanas y seguía sin tener noticias de Avdol. Temiendo lo peor. Preguntándose si seguía o no con vida.

Aunque si de verdad estaba muerto se lo habrían dicho, era lo esperable. Tal vez su estado solo había empeorado y el señor Joestar no se atrevía a notificar sobre eso, explicando la falta de noticias. Por otro lado, quizás no lo habían hecho para no hacerlo sentirse más culpable.

Llevó sus manos a la cabeza, tragando todo el dolor que le producía pensar así, junto con el grito que escondía tras sus dientes.

Llamó a Silver chariot de regreso, dejándose caer en el piso. Suspiró, intentando calmarse con un cigarrillo. Tenía que mantenerse positivo, pero, por mucho que lo intentara, no podía hacerlo. Cada día que pasaba sin saber nada de él lo hacía sentir menos esperanzas de verlo regresar, de pelear a su lado y de seguir con la dulce amistad que estaban forjando en paralelo a su romance.

Se quedó un largo rato fumando, mirando al cielo nocturno, esperando que las estrellas que se veían en el cielo le dieran siquiera una pizca de la paz que tanto deseaba en ese momento. Mañana recibía noticias de la fundación Speedwagon respecto a la búsqueda de la célula terrorista de la que había escapado. Comenzando por el líder, quien nunca se presentó usando su nombre real ante nadie.

Mientras el mundo cae (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora