27: ¿Niños?

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"Volver a los diecisiete después de vivir un siglo

Es como descifrar signos sin ser sabio competente 

Volver a ser de repente tan frágil como un segundo

Volver a sentir profundo como un niño frente a dios

Eso es lo que siento yo en este instante fecundo"

Violeta Parra – Volver a los diecisiete


—¡Oye tú, no huyas!

El terror que causó el último ataque a ambas residencia supuso buscar a Dio con mucha más prisa que antes. No podían continuar arriesgando las vidas de sus familiares, mucho menos cuando se probó que era imposible intentar alejarlos para protegerlos. Tornando todo en una carrera a contrarreloj.

La única pista que seguían por el momento era la noticia de una mujer que supuestamente había estado secuestrada en una vivienda. Entre las pocas declaraciones que pudieron conseguir era que la gente que llegaba allí no solía salir nunca más.

Solo lograron conseguir una vaga descripción del lugar, siendo imposible recabar más información debido a que ella fue encontrada muerta a los pocos días de haberse entrevistado con ellos. Era más que obvio que el responsable de su asesinato era un usuario de stand, pues no se encontraron heridas visibles. No obstante, de acuerdo al resultado de autopsia, conseguido gracias a la ayuda de la fundación Speedwagon, su corazón había sido seccionado en varias partes.

—¡Polnareff! —Exclamó Kakyoin— ¡No te separes!

—¡Ustedes dos! —gritó Joseph— ¿Qué creen que hacen?

De la nada comenzó una persecución y lo único que entendía de eso era que al parecer Polnareff había visto a alguien siguiéndolos. Eso hizo que se interrumpiera de golpe el trayecto hacia su pista más segura, haciendo que Jotaro y el resto no tuviera más opción que retroceder sus propios pasos en busca de sus compañeros rezagados.

No pudo evitar maldecir, estaban tan cerca de confirmar sus sospechas...

—¡Kakyoin! ¡Polnareff!

Giraron a la derecha, siguiendo la última pista dejada por Kakyoin, que al parecer había atacado a alguien con sus esmeraldas. La calle estaba completamente vacía, a pesar de haberse demorado tan solo unos segundos, desconcertándolos. Eso hizo que se preguntaran hacia dónde habían corrido tan rápido y qué estaba pasando. Los llamaron una segunda vez, siguiendo el único camino disponible en ese momento, encontrándose con un callejón sin salida.

Regresaron a la última intersección disponible de ese pasaje. Eligiendo el camino que habían ignorado segundos antes, apresurándose por llegar al final de esa calle lo más pronto posible.

Terminaron en el mismo lugar donde habían comenzado, forzándolos a buscar otra ruta, frustrándose rápidamente. Por más calles que recorrieran no eran capaces de encontrarlos. Era como si se los hubiese tragado la tierra.

—Deberíamos separarnos—propuso su abuelo.

—Señor Joestar, hacer eso nos dejaría indefensos.

Asintió, estaba pensando lo mismo, de hecho sintió hasta deseos de agregar que lo único que importaba era encontrar a Kakyoin y a Polnareff a salvo, pero Avdol se adelantó a sus palabras.

Se afirmó en una pared por un instante, intentando recuperar un poco el aliento. Era imposible que dos personas desaparecieran de esta forma tan repentina, en especial cuando eran tan llamativos desde lejos. Intentó pensar en qué clase de usuario de stand estaba detrás de sus desapariciones.

Mientras el mundo cae (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora