12. Like a Cómic-Con

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En el hotel Royal Center, una joven se estaba dando un relajante baño caliente con las comodidades típicas que un hotel de alta categoría puede proveer. Meditaba un poco sobre como era su vida actualmente, preguntándose el por que se había vuelto tan complicada, deseando volver a días antiguos, mas simples y menos estresantes, cuando solo era una vándala en busca de "diversión" con sus amigos, haciendo graffitis en las paredes de su barrio o algún otro lugar, metiéndose en fiestas de incontables personas, fumando buena hierba de vez en cuando... tantas cosas que le generaban regaños de su madre. Su teléfono conectado al cargador suena, ella sale del baño envuelta en una toalla a atenderlo, la pantalla decía "mama".

-Aló? mama? pasa algo?- Pregunta con el teléfono en su mejilla izquierda, la cual estaba menos húmeda.

-HIJA!!- Grita ensordecedoramente, lastimando un poco los oídos de terry, a lo que esta aleja el teléfono velozmente. La joven suelta un alarido de fastidio.

-Que puta necesidad tienes de gritar!?- Pregunta muy enardecida, por ser rockera ya estaba algo acostumbrada y familiarizada a los ruidos extremadamente fuertes, tanto que se le hicieron una costumbre el soportarlos, pero era muy distinto cuando estos eran dados a una distancia muy cercana sus oídos.

-QUE!?

-Grrrr... QUE POR QUE MIERDA GRITAS!?!?

-Oh!... estaba adentro de un club fiesta, salí para poder hablar contigo... es una locura allá adentro- Explica la mujer desentendida de los gritos de su hija. Le dio algo de gracia, riendo a sus adentros, desencadenando dulces recuerdos en los que era un poco mas salvaje y descontrolada como la joven.

-Ah... - Terry ya lo había supuesto, es decir, que otra cosa podría dejar tan sorda a su madre que unas clásicas cornetas estéreo de ultima generación? pues, prácticamente nada.

-Y bueno... que quieres ahora mama?- Pregunta terry, con leves rastros de enojo y mas que todo desconcierto. Se hacia ideas del por que llamaba, una de ellas era saber como iban las cosas entre ella y lincoln, algo obvio pero que no descartable...

-Que cruel eres... que acaso una madre no puede saber como se encuentra su querida hija? huh?- Pregunta haciéndose la indignada, por poco terry se lo creía, lastima que los dejes del sarcasmo la delataron. Una sonrisa se le fue formando en sus labios, de vez en cuando, le gustaba que su madre la tratara como a una niña, la sensación era cálida, a pesar de que ambas eran consiente de que la mas joven ya se estaba acercando a la edad de una adulta, así que, por que no aprovechar uno que otro rato?...

-Ja... muy graciosa ma, yo estoy bien pero... no sabría decirte lo mismo del viejo, apenas llegamos su estado mental ya se fue yendo al caño... me siento como su niñera- Le cuenta un poco preocupada y... enojada?

-Mmmm lo suponía, es bastante difícil para el salir de ese caparazón que mantuvo por años, pero debe hacerlo, por su bien y el de ellos- Dijo tabby, recuperando su audición pasado unos cuantos minutos.

-A-acaso tu... lo apoyas??- Mas que una pregunta, parecía una acusación que inconscientemente salio de su boca. Quizás terry no pensó que estaba siendo tan brusca, pero desde el punto de vista de una madre, percatarse de los mínimos detalles de tu hijo es algo vital, casi como un sexto sentido.

-Pues si, lo hago- Respondió lo mas calmada posible, causando que en su hija afloraran nuevas y molestas emociones, que con el paso del tiempo se hacían mas fuertes.

-Mira, se que no tengo derecho a meterme en la vida romántica de NADIE, p-pero te parece justo que ande con 10 mujeres!? entiendo que quiera una reconciliación con sus hijos, pero esto...- No quiso continuar, el sentimiento de pena vino a ella, comenzaba creer que dañaba la imagen de su padre a sus espaldas.

Like a StoneWhere stories live. Discover now