Like a Stone

26. Like a Pressure

Decir la verdad puede llevarnos a incontables puertas abiertas, es la base de la confianza; los cimientos de las buenas relaciones. Todos los padres incitan a sus niños a decir la verdad, por que ademas de ser un deber, es fundamental para que en el futuro sean personas integras, sensatas y eficientes... O como mínimo; un adulto funcional e independiente. Pero, ¿que ocurre cuando son los padres quienes no te dicen la verdad? Cuando eres inconsciente en como son las realidades en las que vives. Tu podrías vivir en un cuento de hadas, mientras tus alrededores están totalmente cubiertos por cicatrices que no han sanado. A veces, un secreto bien intencionado es mejor que una cruda verdad, pero cuando llegamos a cierta edad eso ya no suele ser suficiente... ¿Este era el caso de la familia mas ruidosa del vecindario? Seguro que si, sin embargo... ¿Se podría justificar el discreto accionar de estos padres ante sus hijos...? Eso no estaba del todo claro, solo los jóvenes podían tener esa respuesta y definir lo que vendría a continuación, sea para bien o para mal...

Ahora, Loan Loud siempre ha sido vista como una joven desaliñada; alguien que, debido a la muy cuestionable crianza y sobre protección que su madre Lori le impuso, es vista como el ejemplo de lo que una persona sana y madura no debe de aspirar a ser. Al ser criada enteramente en su casa, o mejor dicho la mayor parte de su vida, eso le genero algunos trastornos mentales como; paranoia, miedo extremo, ansiedad y etc. Ademas, otra cosa que influyo bastante en su desarrollo fue la inmensa falta de cariño paternal, un inconsciente sentimiento de abandono yacía en ella y en sus primo-hermanos... En realidad, no todo había sido tan gris en los primeros años de su vida, sino lo contrario; fue muy colorida por que gozaba de la presencia de sus dos queridos padres, diferentes a lo que ellos eran hoy en día. Que inocente fue ella... Jamas noto que las bellas sonrisas de sus padres solo eran mascaras con el objetivo de ocultar las cicatrices y problemas que estaban soportando. Loan y sus primo-hermanos tenían actualmente la oportunidad de ver por si mismos que tan horribles eran esas cicatrices, estando en frente de ellos con esa antigua e inmutable cabellera blanca, sin ninguna mascara de falsedad...

-Yo soy el padre de todos ustedes. Mi nombre es Lincoln Loud y soy hermano de todas sus madres; no son solo mis hijos sino también mis sobrinos...- Dijo el hombre firme, mirando a toda su prole y siendo lo mas claro posible. Cada una de las reacciones de sus hijos fueran mixtas, siendo la sorpresa y el asombro las que mas predominaban en sus gestos y expresiones. Puede que algunas hasta se sintieran como tontas por haberlo tenido frente a sus narices y no distinguir su verdadera identidad.

Loan nunca fue conocida por ser alguien tan fuerte que digamos, ¿como su mente estará procesando aquella noticia...? ¿Cuantos sentimientos encontrados estará experimentando...? Felicidad, enojo, miedo, desamparo... Muchas emociones que con lo frágil que era ella, fue sofocada por las mismas. No supo en que momento se le aguaron los ojos, odiaba sentirse tan necesitada, ni siquiera pensaba con claridad; la mera imagen de este hombre la intimidaba, ¿que pensara de su persona...? ¿Estará decepcionado de ella por lo que es ahora...? El pensar que si realmente le afectaba, como un nudo en la garganta. Sus pómulos fueron trazados por un camino de espesas lagrimas, ella soltó unas cortas carcajadas llamando la atención de los presentes...

-...Jaja... T-ten-tengo un pa-papa... Jajaja, signi-significa que no e-estoy tan loca... ¡Si t-tengo un papa...!- Dijo Loan entre sollozos, limpiando con sus mangas las lagrimas, estaba hecha un caos. Lori y Lincoln la miraban con suma preocupación.

Su inestable estado emocional hacia que empeorase, no podía respirar bien, veía el entorno nubloso sumida en terror; sus temblorosas piernas no lo soportaron mas, cayo de rodillas sentada al suelo abrazándose a si misma, a pesar de tener los ojos abiertos no podía ver nada, solo oscuridad... Comenzaba a marearse debido a los incesantes jadeos y su disminuida presión, poco faltaba para que perdiese la conciencia y se desmayara. No quería eso, había tantas cosas que preguntarle a este hombre, tanto que conversar y de discutir.