Like a Stone

29. Like a Trouble

No tenia el derecho a sentirse dichoso, creía él, por lo menos consideraba que aun tenía un largo camino por recorrer; lo único que había conseguido es que su boleto a una vida mejor fuese aceptado, todavía se encontraba en espera. El siguiente paso era el proceso para convertirse en un buen padre, debía de olvidarse de él y comprender como funcionaban las personalidades de sus hijos, adaptarse y fluir con ellas; con lizy y lulu fue fácil gracias a que eran las mas jóvenes e inocentes, pero... ¿A partir de los demás, que se podría esperar? ¿Que tan incomodo sería el tratar de entablar charlas con lyra? ¿Lupa sería incluso mas rebelde que terry? De hecho, el hombre pensaba que esas serian las hijas que mas dificultades le presentarían, una dudosa suposición... Pero nada descartable. Todo lo que le ha pasado hasta ahora, ¿cuenta como buena o mala suerte? Ni siquiera él tenía una clara respuesta...

-¿Son bonitas las estrellas, cierto?- Le pregunto con elocuencia el conductor del taxi en el que iba. Lincoln ha estado divagando mucho en su mente, con la mirada fija a la ventana abierta del auto, pudiendo presenciar cualquier cosa en las solitarias calles de la noche; también se preguntaba como en que aun había taxis a las 2:30 AM, cuando la mayoría ha de estar durmiendo. En cualquier caso, él ignoro esa duda  y simplemente aprovecho esta acción de generosidad. El hombre al volante parecía estar rondando los 60 años, usaba gafas y una gorra azul; se veía decente, así que... ¿Por que mejor no ser cortés con él en lo que llegaba al royal center?

-Si, lo son... Pero creo que esta noche tienen un brillo especial- Respondió el albino con una calmada sonrisa, mirando al señor, quien también sonreía bajo su bigote. Lincoln aun contaba con la alegría por haber recibido la oportunidad que tanto quería... Alguien un poco mas cauto y cuerdo consideraría que aun es muy pronto para estar feliz, pues aun faltaba enmendar esos años que les quito a sus hijos, pero... Un primer logro es un primer logro.

-Jaja estoy de acuerdo. Veo que ambos compartimos sonrisas, dime; ¿a que se debe la tuya?- Cuestiono el conductor con amabilidad, sin despegar la vista del oscuro camino; que no hubiese nadie no significa que no le saliese algún animal en el camino. Lincoln tuvo una breve encrucijada de si responderle o no; dicen que hablar mientras se da un viaje ayuda mucho a acortarlo, e inclusive se puede disfrutar en algunos casos, pero... ¿Ahora? Es muy diferente cuando son charlas normales, así que es mejor omitir algunas partes por precaución...

-Bueno, la cosa es que yo... Intento reconciliarme con mis hijos, hoy los visite y parece que llegamos a un consenso. No los he visto en muchos años...- Confiesa el albino con algo de inseguridad en su voz, mínima y poco notable para la vieja audición del señor.

-Mmm ya veo... Felicidades, ese es un buen paso a una unión familiar, si señor. Ahora te cuento yo el por que de mi sonrisa; hace unas horas recibí una llamada de que mi hijo va a tener a su 2do bebe, su voz estaba llena de alegría y emoción. Ni te imaginas lo contento que eso me puso- Contó el conductor con una relajada sonrisa, conservando en su mente aquellas santas palabras que recibió. En cierta forma, el albino también estaba feliz de oír eso, como si la felicidad fuese contagiosa... Lo mejor es que se preocupo por nada, el buen señor no lo juzgo, en cambio lo alentó por buen camino. Y puede que sea muy pronto para estar pensando en el futuro, pero la idea de estar en la mecedora del pórtico, meciéndose y que sus nietos estén correteando en el césped del patio le produjo calidez en su corazón...

Si todo iba bien eso seria lo ideal, ¿no? Prefirió no dejarse llevar por sus aspiraciones y estar atento ante cualquier cambio en su presente-futuro; por que así es como funciona la vida, todo lo que necesitas esta con quien menos te lo esperas, y ya quedara de cada uno hacer o no la limonada.

-Oh pues, felicidades a usted también señor...

-Thomas. El nombre es thomas, ¿cual es el tuyo?- Aclara y pregunta cortesmente en lo que se reflejaban sus ojos en el espejo retrovisor, ademas parte de su sonrisa bigotuda. Raramente, thomas le transmitía un tenue sentimiento de confianza al albino, casi como... Un aura de paz y sabiduría lo rodeasen al mayor; no sentía esa bienvenida quietud desde que estuvo con su abuelo albert. Que amigable y reflexivo se torno este trayecto.