23. Like a Game

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-Por nada, lizy... Por nada. Lulu golpeo mis ojos cuando impacto en mi cara, pero estaré bien- Miente el albino, tayandose los ojos rojos y humedecidos. Ese nada agradable dato sobre como ha sido la vida de su hija fue algo que le dolió en el alma. No sabia como, pero estaba haciendo lo mejor posible para no ceder ante las presiones, se encontraba débil de alguna manera... Ahora mas que nunca quería decirlo todo, pero, ademas de no tener las agallas, sabia que su intento de consuelo a base de la verdad se vería terriblemente enfrascado, por el hecho de que lacy no le iba a aceptar siendo realistas, solo incomodaría mas el asunto...

-Lulu hace eso cuando se encariña con algo, no lo suelta para nada... Y si la obligas podrías perder la mano- Dice lacy, divertida.

"Je... Aprendí eso de la peor manera posible" piensa lincoln, recordando la ultima estadía de la bebe en california.

-¿Señor lincoln, que hace aqui? ¿Vino a visitarme...?- Pregunta lizy, quien se baja de los brazos del hombre, para hablar con mas calma y a diferencia de lulu que se quedo en su cabeza, como una especie de nido personal, tierno en cierta forma para la deportista menor, cosa que apreciaba de reojo.

-En realidad, él vino a visitar a mi mama, lizy. Son amigos desde niños...- Aclara lacy, con un oculto ceño fruncido. ¿Eran ideas suyas o inconscientemente... estaba celosa de que lizy acaparase tanto al albino? No tenia ningún sentido estarlo, y menos hablando de una inocente niña de 3 años, ademas, la pequeña tampoco tenia a su padre, juzgarla por un gesto tan simple como lo es un abrazo no estaba bien. Un pensamiento salvaje cruzo por su mente; lincoln y su madre casados, gozando la vida juntos, y ella disfrutando de la perfecta compañía del hombre, como ser apoyada ferozmente con letreros en manos por este mismo en cada uno de sus partidos, jugar a quechar la pelota en el parque ellos solos, aprender cosas uno del otro siendo lincoln parte de su vida ahora, como remplazo de aquella persona que le hizo falta todos estos años. Al final, termino curiosa por la idea...

Pensar eso no le desagrado del todo, ya que en lincoln veía a un buen hombre; una buena persona. Pero si lo veía desde otro angulo, no seria algo muy probable, su madre lynn amaba demasiado a su "bendito" padre a tal punto de no dejarlo. Otra cosa que debía tener en cuenta es que el albino sabia como llevarse bien con los niños, era obvio con solo verlo junto a lizy y lulu, pese a que después tendría que preguntarse de donde se conocían seguía siendo verídico, sumado todo eso podría significar que él ya tendría una familia a la cual pertenece... Haciendo aun mas lejano el deseo de que se quede con ella.

-Yo pensé que vino a verme, señor lincoln...- Menciona lizy, haciendo pucheros y desviando su mirada. Ensanchando una sonrisa en el rostro del hombre, este se agacho para poder hablarle y acariciar su cabeza.

-Oh pequeña... No te pongas así, ¿Que tal si... Como compensación, pasamos un buen rato divirtiéndonos tu y yo?- Propone él dulcemente, a lo que ella le sonríe con un "si". Después, el albino gira su cabeza percatándose de que lacy estaba de brazos cruzados, ojos entrecerrados y una ceja alzada, a él le tomo unos breves segundos descifrar esto, estando un poco preocupado, por no decir mucho, de estar perdiendo puntos valiosos con la joven... Reacciona y comprende a que se estaba refiriendo con esa postura.

-¡Y por supuesto! Lacy también va incluida al juego- Agrega lincoln, nervioso y puede que algo desentendido por estar prestando mas atención a lizy, la cual intentaba animar. Decir que es su culpa es un poco drástico, considerando que la pequeña rubia estaba entre sus hijas mas tiernas, un pequeño descuido lo comete cualquiera...

"Si que empezamos muy bien. Llevo unos pocos momentos de convivencia semi-familiar con tan solo 3 de mis hijas y ya me he olvidado de una... !MARAVILLOSO! No puedo esperar a recibir el paquete completo..." se reprocho el albino mentalmente, siendo sarcástico pero a la vez realista, asumir la paternidad de un solo hijo conlleva trabajo, sudor, lagrimas y responsabilidad, ni hablar de mas de 10 hijos que clamaran, obligatoriamente en algún momento, por tu atención. Cualquiera que dijese no tener algo de miedo mentiría, y mas hablando de un padre adolescente como lo fue él en su tiempo, pero... ¿Acaso estaba buscando escusas para justificar su abandono...? ¿Trataba de sentirse mejor consigo mismo...? Lincoln agito su cabeza de un lado a otro, en un intento de reprimirse...

Like a StoneWhere stories live. Discover now