A primera vista

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DP había sacado su botiquín de emergencias que le empacó mentita antes de la reunión.

Y vendó el brazo del demonio, él se sentía más avergonzado que adolorido por la herida en su brazo. Pero quedaba imnotizado por la piel y cabello de la dulce chica que lo curaba.

A pesar de que el rosa era un rojo de baja calidad, lo volvía loco, lo único que quería era succionar el color de sus rosadas mejillas.

Pero se aguanto... ya que si lo hacía no podría detenerse, y esta moriría. Y no quería llegar a tal extremo, porque al verla, le recordaba a la joven rubia que una vez fué su amiga y compañera, a la que jamás tuvo el valor de expresarle directamente lo que le hacía sentir. Y además, era la nieta de su viejo amigo de chicle, eran casi iguales, pero linda de alguna forma. Pero aún así en parte, él lo odiaba por la cobardía de este al escapar en el momento más critico.

-Listo, en unos días volveras a estar como nuevo.- Dijo Bonni.

-Gracias masa rosada, mi nombre es...

-Si sé quién eres Marshall Lee, rey de los vampiros.

-¿Gumball te habló de mi?

-No, pero lo leí todo en su diario, y sé que fué duro para el irse de Aaa. -Dijo ella con voz bondadosa.

Pero, ella era tan igual y tan diferente a Gumball, al ver sus armas y aparatos que se salieron de su mochila cuando ella sacó el botiquin para curarlo, y por su modo de hablar, pudo suponer de inmediato que tenía el mismo carácter de lider e investigador de él, pero ella demostraba una dulzura natural ante cualquier criatura, una silueta fina y buena postura que dejaba ver un aura de elegancia.

-¿qué miras tanto? -Pregunto ella al palido chico.

-Eres igual de horrenda que él. -Respondió con una sonrisa y unas cuantas pequeñas risas.

Adventure Time: ¿Quien eres? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora