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-No quiero seguír aquí-lás lágrimas caían de los ojos de Xavier

-Guarda silencio y deja de llorar o North te volará los sesos y me los hará limpiar a mí-apreté los dientes para no quejarme del dolor y permití que Xavier siguiera curando mi espalda

-Estoy enamorado-me contó

Sonreí por dentro pero por fuera solo sentía el dolor de mi espalda y el odio hacia North porque estaba seguro de que en cuanto descubriera el lado sentimental de Xavier acabaría con él y con su enamorada

-Escondela y no vuelvas a decírcelo a nadie-le ordené

-Vale-murmuró cabizbajo

Él sabía que yo lo apoyaba pero debíamos ser discretos. Con nuestros hermanos, los guardias y North merodeando de aquí para allá no podíamos hablar de nada sin que llegara a los oídos de North

-¿Mañana irás a la facultad?-miré mi espalda en el espejo y bufé, esto no podía estar más horrible, estoy seguro de que ni la más regalada de todas querrá que me la folle mañana.

-Sí, sabes que no podemos faltar-por el espejo ví como Xavier se encongía de hombros y bajaba la cabeza

-¿Ya te escapaste, cierto?-su silencio me lo confirmó todo

-Ella y yo fuímos a su casa-reí

-¿Usaste condones?-negó

-Ella está tomando la pastilla, sabes que North no nos da dinero para esas cosas, él no quiere tengamos relaciones con nadie que no elija él, dice que las mujeres son...

-...Unas zorras-acabé la frase por él y asentí

-¿Tú lo crees?-me encogí de hombros

-La primera vez que tuve sexo recibí una paliza pero la pasé bien así que no lo creo, además si son o no zorras no es nuestro problemas, solo las utilizamos una noche y nos largamos-se quedó callado-Anoche me llamó mi mamá-le dije para cambiar de tema

Sus manos apretaron mi espalda y le dí un empujón para que se apartara y dejara de lastimarme-Ten más cuidado idiota-me quejé

-Lo siento-susurró y siguió curando mi espalda-¿Qué quería?-suspiré

-Creí que me iba a llevar con ella, la última vez me lo había prometido pero nuevamente me pidió dinero, talvez ella sí sea una zorra, una maldita zorra-murmuré enojado -A veces deseo que alguien se la folle y la deje en sillas de ruedas para que deje de...- me interrumpió antes de que acabara de decir la idiotes que estaba diciendo

-Al menos ella te llama, yo no conozco a la mía-me recordó

-Te ahorras un gran dolor de cabeza-le dije

-Adonis-susurró y bufé

Algo le pasa, maldito mocoso, tengo unas ganas de volarle los sesos pero no puedo, según él está enamorado, ojalá que la chica se lo lleve lejos de esta mierda.

-¿Qué?-jugó con sus dedos

-¿Me prestas dinero? Quiero comprarle un regalo a...-levanté la mano para que guardara silencio

-No me digas su nombre-le pedí y asintió

Saqué el dinero de mi billetera y se lo dí

-Es todo lo que tengo-sonrió y me abrazó

-Gracias-rodeé los ojos y me metí al baño, cerré con traba y me dejé caer al suelo apoyando mi cabeza contra la puerta

AdonisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora