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-Esa carita tan linda que tienes, te comería a besos mi princesa hermosa- lo mismo digo pero de la madre no de la hija, amo a nuestra pequeña pero yo quiero comerme a su madre y a la bebé quiero que se duerma para así yo acaparar toda la atención de mi reina.-Eres tan hermosa Elf obviamente saliste a mamá y no a papá- la codeé.

-No es cierto hija, tu padre deja a todas las mujeres babeando y tu madre es una de las tantas pecesitas que cayó en la red- le sonreí a mi amada y ella señaló mi entrepierna y abrió y cerró los dedos amor y paz diciéndome sutilmente que me la va a cortar.

-Estás avisado vuela sesos- me advirtió y siguió jugando con nuestra pequeña.

Las rodeé a ambas y las atraje hacía mí para tenerlas y sentir a mi familia.

-Si me la cortas tú también pierdes mujer hermosa- susurré en su oído y lamí la sedosa piel detrás de su oreja.

-Te amo- se volvió a darme un pico y continuó dándole la mamadera a nuestra hija.

-Nes nunca me disculpé contigo por lo que te hice- me aferré más a ella cuando sentí su pequeño cuerpo tensarse debajo del mío por la intriga.

-¿De qué hablas?- acaricié su cintura para distraer a su mente de todas las locas ideas que se está imaginando.

-Te drogué amor y por mi culpa ya no puedes amamantar a nuestra bebé, no sé si le afectará en el futuro no tener de tu leche materna pero estoy muy arrepentido y haré lo que sea porque esté bien- las abracé más fuerte con miedo a que se alejen y me dejen.

Algo mojado tocó mi mano y oculté mi rostro en su espalda respirando su limpio y frezco aroma.

-Ella estará bien- me aseguró. Se movió y más gotas cayeron en mi mano, la hice girar un poco y le sequé las lágrimas, acaricié su nariz con la mía y ella me sonrió y pasó a la pequeña acomodándola entre medio de ambos.

-P..a- reí y me agaché para besarle la mejilla a la pequeña que nació de Nes y de mí.

-Sí mi amor, eres muy inteligente- sonreí felíz y la abracé contra mi pecho. -Tan hermosa saliste mi niña y por supuesto no creas que me olvidé de mi promesa, te compraré un enorme caballo y te enseñaré a montarlo, serás una hermosa amasona con larga melena oscura e intensos ojos color miel- Nes se puso en modo mamá celosa y me besó la boca cuando iba a seguir alagando a la bebé.

Sin control el beso se fue volviendo intenso, motivador y apasionado. Acerqué a mi esposa con una mano sosteniendo a la pequeña en otra y subí con mis dedos escurridizos por su camiseta, le desabroché los botones y apreté sus pechos cuando la tela que me interponía el paso se soltó y los dos bultos redondos saltaron al ser libres.

-Adonis es de día- de día, de tarde, de noche, ella aún no entiende que le daría a cualquier hora si fuera posible.

-Vivimos sólo una vida Nes- mordisqueé uno de sus pechos y ella jaló de mi cabello. Elf casi se me resbala y antes de que se me cayera o la lastimaramos salí de la habitación con mi hija en brazos y fui con Jort, le lancé mi billetera con dinero antes de que se quejara y luego le dí a Adonisita.

-Cuídala unas horas- me regresé a mí habitación antes de que dijera que no y Nes ya me estaba esperando sin ropa y acariciando sus pliegues.

Cerré la puerta con seguro y me deshice de todo lo puesto, subí a la cama y como un león gateé hacía mi mujer, le abrí más las piernas teniendo una vista perla de su perla rosada e hinchada y la observé cómo se tocaba y me miraba fijamente a los ojos, sin apartar ni por un segundo sus gemas de las mías.

-¿Necesitas ayuda mi amor?- asintió muy lentamente y con agitación. Acompañé sus lentas caricias con las mías más rápidas y le sostuve su cabeza sin permitirle inclinarla hacia atrás. -Me mirarás en todo momento.- masajeé su clítoris en círculos y besé su cuello preparándolo para más chupetones.

AdonisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora