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—Nessi— sus ojos se abrieron poco a poco mientras se acostumbraba a la luz de la habitación del hospital.

—Hola— acaricié su cabello y dejé un beso en su frente. Su piel estaba muy fría y su mirada perdida.

—¿Cómo te sientes cielo?— miró todo y centró sus ojos en las coloridas paredes con muchos dibujos pegados que habían hecho nuestros hijos.

—Me duele la cabeza— miró el vaso con agua y se lo pasé, la ayudé a sentarse y le sostuve el vaso para que no se mojara la ropa.

—Mañana te darán el alta amor, debes quedarte esta noche pero tranquila, yo me quedaré contigo  y te daré mucho besos de buenas noches— me sonrió a medias y me pasó el vaso, la ayudé a acostarse y seguí acariciando su cabello.

—¿Y los niños?— me preguntó preocupada.

—Tranquila super mamá, ellos están muy bien— traté de ponerla de buen humor pero no parecía sentirse bien como para reír.

—¿Tú ya me conocías?— comenzó a llorar y la máquina conectada a su brazo comenzó a pitar.

—Amor hablemoslo en casa— se dio la vuelta dándome la espalda y siguió llorando.

—Largate Adonis, no quiero verte— le dí vuelta a la cama y me senté en la otra silla volviendo a quedar frente a frente con ella

—No te conocía, no sabía que eras tú la novia de South— me acerqué y la abracé —Yo no haría nada que te hiciera daño amor, a veces la vida nos la pone difícil y estoy seguro de que en este momento debes pensar horroridades de mí pero no me eches, yo te amo muchísimo Nes y quiero que superemos esto juntos. Siempre lo hacemos y esta vez no será diferente, lo hablaremos en casa cuando te recuperes del golpe que te diste—
No quería irme. Los guardias tienen rodeado el hospital pero aún así no quiero dejarla sola y triste, la amo mucho como para abandonarla justo en este momento.

—¿Puedo pasar?— me separé de Nes justo para ver a Junior y a Irina parados en la puerta.

Nes se secó las lágrimas y asintió con la cabeza en mi dirección.
Le dí un beso y me acomodé en la silla par darles su espacio y que ellos también pudieran abrazarla.

—Pasen— caminaron hasta Nes y los dos la abrazaron, Nes se aferró a ellos con fuerza y contuvo los sollozos para no preocupar a Junior.

—¿Te duele algo?¿Te dieron flan para que te mejores?— A veces este niño me sorprende, tiene una forma tan inocente y hermosa de hacer sonreír a Nes que me da envidia el lazo que comparten.

—No amor, estoy bien y no, no me dieron flan— le contó Nes y Junior salió de la habitación muy enojado y gritando acerca del mal servicio que les daban a los pacientes

—Iré con él, lo más seguro es que lo echen— murmuró Irina rodando los ojos y fue tras su novio.

—Amor, si quieres que me vaya saldré de la habitación pero no te dejaré sola— estiró su mano y la entrelazó con la mía

—¿Me abrazas?— me lancé a sus brazos y la llené de besos —No quiero que te vayas cariño, lo siento.— besuqueé todo su rostro y le hice cosquillas, ella se retorcía debajo de mi cuerpo y reía como una loca.

—ajam!— Jort interrumpió nuestro momento.

—¿Qué quieres Jort?— se sentó del otro lado de la cama de Nes y le acarició el cabello.

Nes le sonrió y le pegó en la mano

—Quita tu mano—sonreí, esa es mi chica.

—Quiero hablar contigo nena— Nes y él intercambiaron miradas y luego ella asintió y ambos me miraron con las ceja enarcadas y la seriedad en sus ojos.

AdonisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora