Final parte 3

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—No, ella no está embarazada, tú no será papá, yo no seré abuelo y todo esto es un mal sueño, una pesadilla— declaré arrojándoles la almohada a los dos descuidados que se ríen de mi angustia.  —¡Junior te enseñé a no ensuciar las sábanas si te tocabas! ¡Te enseñé a abrirle la garganta a la chica para ver si se tomaba la pastilla!¡Te enseñé a ponerte el maldito condón! ¡¿Y para qué?! ¡La embarazaste!¡Tendrás un hijo!— asoté la puerta.

En la habitación de al lado está Elf durmiendo y no quiero que despierte con nuestros gritos, por eso la cerré.

—Papá, Irina y yo venimos deseando este embarazo desde

—¡Desde nada! ¡Tengo menos de treinta años, Junior!¡Y tú menos de veinte! ¡¿Viste lo que hiciste?! Tu madre se desmayó ahora, pero cuando despierte ¡Que me cuide dios de su furia! ¡Amnesia está loca y me castrará para que no tenga otros hijos tan pendejos como tú!—le grité.

Ellos se miraron y se rieron.

—¡Sí!¡¿Qué risa, no?! ¡Tú lujuriosa rusa posesiva! ¡Haz tenido a mi hijo entre tus piernas desde que llegaste! ¡Es tu culpa que quedaras preñada!¡Míralo!—tomé la carita de Junior enseñándosela.
—¡¿Crees que con su tierna carita sabría que hacer o donde meter su pipí?!

—Suegro, él

—¡No! ¡Mira la cara de virgo que tiene!¡Tú, lujuriosa, te aprovéchaste de él!—lancé otra almohada hacia ellos. —Y tú mocoso no vuelvas a meter tu pipí en

—Se llama Rencín— me cortó.

Me agaché, me quité la zapatilla y se la arrojé.

—¡Eso va para Rencin y esto!— me saqué la otra —¡Para que aprendas!— se la arrojé y salí de la habitación. —¡Mujer! ¡¿Dónde estás?!¡Necesito descargar mi paciencia en ti!— nadie me respondió, parezco el tío loco de la casa al cual todos ignoran.
—¡Marisa!— abrí una a una las puertas sin encontrarla y llegué a mi habitación encontrándola allí junto a Nes y a Adonis.

—Hola— Marisa me hizo ojitos para que entrara pero yo retrocedí.

Me tendieron una trampa, Adonis no me salvará de las uñas de Nes y ya no me gusta como para querer que me rasguñe o deje marcas que luego tendré que explicarle a Marisa.

—¡Mete el culo en la habitación Jort!— dijo Nes en voz alta y de mala gana entré y me recargué en la puerta.

—Es tu culpa— la señalé. —Tú mimaste demasiado a nuestro hijo, yo lo había criado para ser mi pequeña copia y mira— señalé la puerta detrás de mí
—Preñó a una mocosa y encima ahora es adorable ¿Dónde está mi asesino, Amnesia?— le exigí saber.

Junior era perfecto antes de que ella llegara con la idea de la familia feliz y los hijos y...el amor.

—¿Dónde está el padre responsable?— se puso de pie y caminó hasta quedar frente a mí. —¿Qué hacías mientras nuestro hijo embarazaba a Irina?— se cruzó de brazos y me vio con odio.

Esa mirada antes me prendía, ahora me da miedo.

—Ni me nombres a esa lujuriosa y no me eches la culpa a mí solo, tú eres la madre...

Parecemos una verdadera pareja.

—¡Y tú el padre!— me gritó echando humo por las orejas.
—¡Adonis dile algo!— se giró a ver a mi primo y yo vi a Marisa.

—Tú también dile algo mujer, defiéndeme, es tu deber— me quejé y ambos se pusieron de pie.

—Cielo yo estoy feliz por Junior, pero si en la noche tenemos sexo fingiré que no— quiso tratar Adonis y Nes lo miró mal.

AdonisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora