Encontrar a los Vidson fue más fácil de lo que creí. Resulta que harán un baile de máscaras para beneficiencia de los niños pobres en África pero todo es una jodida forma de estafar a los millonarios estúpidos que fueron invitados y por supuesto yo no era estúpido ni me habían invitado pero tuve la suerte de que cada tarjeta decía en letras grandes y doradas que los invitados debían llevar un acompañante.
¿El motivo? Ni idea, no me interesa. En este momento solo puedo pensar en Nes y en lo que debe estar sufriendo por mi culpa.
—¿Ya te vas?— hice una mueca al escuchar la voz de la mujer al despertarse.
—Tengo que alistarme para la fiesta— quería dispararme en las bolas y hacerme un salpicado con mi propia sangre. Había engañado a Nes y solo para conseguir ser un estúpido acompañante.
—¿Un beso de despedida?— escuché como gateaba hasta el borde de la cama donde yo estaba y me levanté en cuanto puso sus garras en mi espalda.
—Te lo daré en cuanto estemos allá— le sonreí con arrogancia, le guiñé el maldito ojo y salí de la habitación del lujoso penthouse.
Volví a mi habitación un piso más abajo y pasé directamente a la ducha. El rostro de Nes venía a mí como azotes, las lágrimas cayendo por sus bellos ojos que conmigo siempre estuvieron cargados de tristeza, sus labios hinchados de todas las veces que la besaba queriendo obtener todo de ella, sus mejillas sonrojadas por cada guarangada que le decía al oído y hasta el recuerdo de su primer embarazo me vino a la mente
—Nes— todo su maquillaje estaba corrido y manchaba su rostro
—¿Qué pasa cielo?¿Ya te arrepientes del casamiento? Solo a pasado un mes— sonreí divertido y me acerqué hasta donde ella estaba, sentada sobre la mesada y con los pañuelos en la mano.—Claro que no— sonrió y me abrazó con fuerza escondiendo su carita en mi pecho —Tengo algo que decirte— se limpió más o menos los ojos.
—Entonces dilo, mientras no sea algo malo todo estará bien y si es algo malo Teodoro y yo nos encargaremos de hacerte tocar las estrellas— le sonreí pero como no me devolvió la sonrisa comencé a preocuparme —Nes me estás asustando— estiró su mano y acarició mi cabello.
—¿Desde cuándo mi vuela sesos tiene miedo?— cambió de tema
—Nes— suspiró y asintió, sus labios se movieron al hablar pero mi mente se quedó en shock con lo que escuché y necesité de varios segundos para volver.
—Repítelo— no estaba seguro si no le había entendido o si ella se había confundido.—Estoy embarazada—
No, joder no, que lo diga devuelta, aún no me lo creo ¿Un bebé?¿Cómo se supone que cuidaré de un bebé?
Miré la tristeza en los ojos de Nes y fingí una sonrisa
—Entonces ¿Eso significa
dieta?— soltó una risita nerviosa y me abrazó con más fuerza.—No siempre pero sip— y ni siquiera podré tener sexo, genial.
—Vale ¿Ya vengo sí?— le di un beso y salí rápidamente de la habitación. En este momento necesito cigarros y pensar pero si me tardo mucho ella se va a creer que la abandonaré y si fumo se va a enojar porque romperé la promesa que le hice, joder ¿Por qué no usé protección?
Me bebí un vaso de agua y luego de mucho rato pensando en lo que le diría, volví a la habitación. Nes aún estaba mirando por la ventana.Me acerqué por detrás y la abracé con fuerza.
—Cielo te e dicho cientas de veces que si querías un bebé te lo daría, bueno...ya cumplí, así que estoy esperando mi beso— se giró y se acomodó de puntillas quedando cara a cara conmigo.
ESTÁS LEYENDO
Adonis
RomanceA veces es difícil soñar y no hacerlo con las mismas pesadillas que te atrapan desde lo más profundo de tu interior. Lo único bueno de soñar es que mi cielo está a mi lado para despertarme y hacerme uno que otro chupetón para relajarme y asegurarme...