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—Llegamos— Marisa nos hizo bajar con las capuchas y los lentes puestos para que nadie nos reconociera mientras subíamos por el ascensor y nos metiamos a una de las suite. Por obligación nos íbamos a preparar en el mismo edificio donde en tres horas se realizará la fiesta y la subasta, la idea principal era interceptar a las mujeres que iban a ser subastadas en el momento de su llegada pero nadie sabía a qué hora sería eso o cuantos tipos armados iban a escoltarlas así pasamos directo al plan B: Vestirnos como príncipes para apostar por mi reina.

Los trajes parecían hechos a la medida al igual que los zapatos, el plan iba genial hasta que recibí una llamada. El equipo de Marisa no quiso que atendiera pero era el número de Junior y no pude ignorarlos, mis hijos y el resto de mi familia seguía en casa así que atendí y los problemas se hicieron más grandes con la noticia de que Xavier y Destiny se habían largado y los habían dejado solos.

Marisa se ofreció a volver pero era la única mujer aquí por lo tanto también era la única que podía hacernos entrar como sus acompañantes.

Jort estaba callado, inquieto y en total desconfianza con esta gente, él no se creía ese cuento de que no nos iban a arrestar luego y yo tampoco hasta que Marisa me dijo que no lo hacían por nosotros, que para ellos éramos mierda pero que habían matado a muchos agentes y que Vidson debía pagar por eso y por supuesto ella nos aseguró que en caso de que nos intentarán arrestar ella se aseguraría de sacarnos y hacernos volver a casa.

La hora de la fiesta llegó, Marisa intercambiaba saliva con Jort y yo bebía agua del grifo y los miraba mientras pensaba si así de idiotas nos veíamos Nes y yo al abrazarnos y decirnos cosas lindas al oído.

—Es hora— el oficial que me sacó del hotel la noche en que maté a Vidson padre había entrado y no dejaba de mirarme. Marisa respiró hondo, le dió otro beso a Jort y los tres salimos de la habitación.

El tipo nos siguió y no dejaba de mirarme serio, Marisa lo notó y le señaló la puerta para que volviera a entrar a la habitación donde los demás agentes y sus aparatos estarían vigilando todo por las cámaras de seguridad.

—Suerte— dijo el tipo, me vio una vez más de una forma que no supe descifrar y entró a la habitación.

—¿Qué relación tienen él y Nes?— le pregunté una vez las puertas se cerraron

—Adonis cambia esa cara, esto es por Nes y no es el momento—me dijo Jort.

Tiene razón no es el momento pero donde me llegó a enterar que ese tipo tuvo o tiene algo con Nes lo mataré.

—¿Listos?— las puertas estaban por abrirse y Marisa entrelazó su mano derecha con Jort y su mano izquierda conmigo. Ambos le besamos las mejillas al salir del ascensor y nos unimos a la fiesta, tomamos copas de champaña para disimular y cada tanto Marisa besaba con pasión a Jort mientras que a mí me daba uno que otro pico para simular que era una relación de tres.

—No estoy disfrutando esto— gruñó Jort ocultando su enojo bajo su rostro serio y mirada perdida en la multitud que festejaba como loca.

—Ni yo pero es.por Nes— le dije. Marisa no dijo nada y tomó la mano de Jort mientras lo llevaba a la pista de baile para que se relaje un poco.

Me senté en una de las tantas sillas y bebí un trago de mi copa, la noche apenas empezaba y yo me moría de ansiedad porque terminará y pudiera volver a casa con mi adorada esposa.

—Hola— una chica de no más de dieciséis se sentó a mi lado y bebió champaña.

—Hola— me removí incómodo.

—¿Bailas?—¿Qué si bailo?¿Qué le pasa a esta niña? Tengo veintinueve ¿Acaso no ve o está ciega?

Miré a Marisa y ella me miraba, estaba por decirle que no a la niña para que se alejara pero me tomó de la mano y jaló con suavidad para que la siguiera. No quise hacer un espectáculo así que la seguí hasta la pista de baile, una canción lenta sonó y yo maldije por lo bajo, ella me miró divertida y enrolló sus brazos alrededor de mi cuello.

AdonisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora