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Amnesia=

1 hora antes=

Nes nos tienen rodeados, no podemos salir— me repitió Irina tratando de hacerme razonar.

—¿Me pasas las balas?— le señalé la estantería con las cajitas de balas de diferentes tipos y tamaños para cada arma.

—¡No!— me gritó. Jamás la había visto tan enojada en la vida.

—Vale, las tomaré yo— caminé hacia la estantería y ella se metió en mi camino.

—Elf está en el hospital— el arma en mis manos se me cayó y fue como si hubiera tenido un deja vu, mis piernas se aflojaron y caí sin fuerzas al piso. —Nes ella va a estar bien, Clarence está con
ella pero no podemos salir, nos matarán— no la escuché, en mi cabeza solo había lugar para una frase "Eres una mala madre", los gritos de mi propia madre venían a mí atormentándome cada vez con más fuerza y logrando destruir todo el progreso que con mi psicóloga habíamos avanzado.

"Eres una mala madre" "Mataste a tu bebé" "No eres buena" "Te odiamos" "No te mereces a alguien como Frederick" "Eres la desgracia de la familia" "Nadie te querrá nunca"

—¡BASTAAAA!¡POR favor...— mi voz se fue apagando y me mecí de adelante hacia atrás como lo hubiera hecho si estuviera entre los brazos de Adonis y él intentara calmarme de alguna pesadilla que tuve.

—Nes respira, necesito que estés bien, eres lo único que nos queda. Jort está preso, Xavier está cojo y Adonis no está, si algo te pasara...

Tomé sus manos y me impulsé para levantarme del piso, corrí hacia la cocina donde Xavier seguía leyendo el periódico y mirando la TV y me le acerqué.

Tomé sus manos y él dio un salto del susto.

—Nes, joder me hiciste... ¿Por qué lloras?— reprimí un sollozo y miré la TV tomándome mi tiempo y pensando en lo que le iba a decir.

"Terrorista se infiltró y mató" anunciaba el título.

Ignoré por completo las noticias y volví a enfocarme en Xavier.

—Quiero que te largues con los niños si ni Adonis ni yo
volvemos— debió ver el desespero en mis ojos pues tomó mis manos y me impidió moverme.

—¿Qué vas a hacer Amnesia?— su voz sonó igual de reprochante que la de Adonis cuando le muerdo el cuello y no dejo que me toque.

—Iré con Elf, necesito estar con ella... es muy pequeña y no podría soportar el perderla.— su mirada estaba cargada de tristeza.

—Si vas te van a matar— acercó su rostro y me secó las lágrimas.

—Talvez perdí a mi esposo...—sollocé —Pero no voy a perder también a mi bebé— negué con la cabeza y lo abracé. Él me envolvió la cintura con sus brazos y besó mi frente.

—Adonis no está muerto, es imposible que esa rata no se escape de la muerte— reí ante eso y me sequé las lágrimas.

Miré hacia abajo, hacia su pierna e hice una mueca al ver el vendaje.

—¿Por qué te disparó?— sonrió y meneó la cabeza como si supiera algo que yo no.

AdonisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora