12 maratón (2/3)

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Nes disfrutaba de su día de spa en casa con Irina y Marisa y los varones de la casa nos asegurábamos de que los niños se comportaran y que no le comieran los pepinos a Nes ya que según ella, los pepinos son para los ojos y no para que nosotros los comamos.

Su regalo de spa le había gustado tanto que quiso probarse todas las mascarillas faciales y todas las cremas al mismo tiempo pero ni Irina ni Marisa se lo permitieron.

El spa no podía durar más de dos horas ya que la siguiente sorpresa tendría que estar llegando ya.

—Joder hombre, es su cumpleaños no te vas a volver a casar, deja de temblar— ignoré el comentario de Jort y me volví a enfocar en la entrada.

Con todo esto Nes está muy nerviosa y no quiero que esté así, a si que por esa razón le compré muchas cosas que desde que nos conocimos se a privado de tener y que se que le encantan pues la he visto incontables de veces observando esas mismas cosas y negándose a comprarlas.

—¿Para qué es el kit del nail
lar?— suspiré, yo estuve varios minutos para entender para que rayos era cada cosa.

—Es para las uñas— Jort rodó los ojos y Clarence seguía mirando su anillo

—¿Y a tí que te pasa?¿Por qué no estás felíz?— le pregunté a Junior y él miró hacia la puerta de la casa y luego hacia el pasto.

—La rusa está loca, quiere que nos casemos de verdad— Xavier fue el primero en reaccionar ante tal confesión, se levantó de su silla y se fue dentro de la casa.

—¿Qué le pasa?— preguntó Junior.

Jort y yo intercambiamos miradas y ambos las desviamos hacia otro lado. Aún nos dolía no haber podido hacer nada, no hay día en que no pensemos en que talvez si no le hubiéramos tenido tanto miedo a North, la novia de Xavier y su hija podrían estar vivas en este momento.

—Por nada, sabes como es tu tío hijo— le dijo Jort sin mirarlo
—Ahora habla y dinos que piensas tú ¿Quieres casarte con Irina?— miré a Junior y sus manos le temblaban.

Hacía meses que eso no pasaba, incluso Nes había dejado de tener terror nocturno.

—No lo sé, la amo pero no estoy listo y...—suspiró y sus ojos se le llenaron de lágrimas —...no quiero que se vaya— Jort se acercó y lo abrazó

—Ella no se irá, sabes que no puede vivir sin su saco de
boxeo— sonreí, últimamente Jort había cambiado bastante, no con sus gilipolleces, esas seguían intactas pero si había cambiado con respecto a Clarence, parecía más unido a él y hasta lo había escuchado decirle te amo más veces que las que acostumbraba.

Odiaba tener que arruinar esta abmosfera pero debía contarles lo que estaba sucediendo.

—Junior ve por Xavier, tenemos que hablar— él y Jort me escanearon de arriba a bajo y sin decir nada Junior entró a la casa.

—¿Qué pasa ahora? No me digas que hay más problemas, Amnesia te matará si...

—Ella es la que está en problemas

—¡¿Qué?!— el grito provino de Xavier

—Tío...

Jort atrapó a Clarence antes de que se golpeara la cabeza contra el piso al desmayarse.

—Joder hijo, no es momento para tus miedos— lo cargó en sus brazos y se lo llevó adentro

—¿Qué es lo que pasa con Nes? ¿Por qué dices que está en peligro Adonis?— Xavier parecía hechar chispas

—Una persona a estádo matando a sus compañeros y viene por ella—traté de sonar calmado pero nada de esto me hacía sentir así.

Casi dejo que North la mate una vez, luego vinieron South, East y West que también intentaron hacerle daño, luego casi la pierdo por estar tan ciego que ni siquiera me daba cuenta de que nos iban a matar a todos por los malos negocios que estábamos cometiendo y ahora esto.

—¿Qué vamos a hacer?— moví mi cabeza, esto era mi asunto no el de ellos.

—Yo me encargaré, ustedes solo se mantendrán a salvo— le aclaré, nadie más iba a salir lastimado por mi culpa.

—Sabes que no me quedaré de brazos cruzados Adonis, Nessi es...

—Te dije que no la llamaras así Xavier— cerré mis manos en puños

—Deja de ser un maldito celoso y céntrate en como arreglaremos esto— ¿Celoso? Tengo mis razones, ella es mí esposa no suya.

—No hables en plural, ya te dije que...

—¡Y yo te dije que no me quedaré de brazos cruzados!— me dio la espalda, se volvió caminando hacia el granero y entró cerrando de un portazo detrás de si.

—Ella me ama a mí Xavier, entiéndelo.— sus ojos estaban rojos y sus manos temblaban de la impotencia.

—Yo la amo a ella y lo sabes, yo me enamoré primero ¡¿Qué has hecho tú por ella?!— guardé silencio. —Solo le arruinas cada vez más la vida— no, no quería ni quiero eso, sé que si ella se queda conmigo podremos salir adelante.

—Pero ella no te ama, me eligió a mí y no pienso alejarme, es el amor de mi vida, ella es todo para mí. Xavier eres mi hermano, por favor entiende que ella no es como las demás, para mí ella lo es
todo— caminé de un lado a otro, acabábamos de llegar a la nueva casa, los guardias no estaban reconociendo como sus nuevos jefes, todo estaba bien ¿Por qué rayos me dice esto ahora?

—Yo también la amo. Adonis sé razonable, no puedes darle un futuro, la drogaste, la maltrataste ¿y ahora me dices que te has enamorado?— apreté aún más mis puños.

—Xavier no quiero latimarte pero

—Pero eres una mierda y no te importa volver a destruirme, total, él idiota de Xavier siempre seguirá a tu lado...

—Adonis ¡Reacciona!— levanté la cabeza y Jort estaba parado frente a mí moviendo sus manos frente a mis ojos

—¿Qué?— rodó los ojos y me señaló la entrada.

Dos camionetas blancas muy grandes habían aparcado y cuatro tipos se bajaron.

—No tengo un arma— le dije y retrocedimos a medida que se acercaban

—Mano a mano, tú a los de la derecha yo a los de la
esquierda— asentí e hice una mueca, los cuatro eran grandes y regordetes, sería fácil darles una paliza pero dudo que los hayan mandado sin armas

—¿Adonis Callahan?— preguntó uno de los hombres al leer mi nombre en un papel

Jort y yo intercambiamos miradas, ambos estábamos listos para lo que se avecinaba

—Soy yo— estuve apunto de lanzarme a la pelea pero una lapicera, una lista y una planilla se interpusieron en mi camino

—Necesitamos que firme mientras nosotros bajamos el pedido— Jort soltó una carcajada y yo me apresuré a firmar el envío del regalo de Nes.

Le entregué los papeles al hombre y el mismo se fue con los otros a bajar las cosas.

—Estamos paranoicos— murmuró Jort

—Sip, casi matamos a cuatro hombres inocentes a los cuales se les vé la raja del trasero cada vez que se agachan

—Sip, casi matamos a cuatro hombres inocentes a los cuales se les vé la raja del trasero cada vez que se agachan

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