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Desperté de unas fuertes sacudidas de parte de Jort que al igual que Marisa me miraban asustados. Miré a mi alrededor y estamos en la ciudad, aún falta. Falta muchísimo, joder debemos llegar.

Golpeé con fuerza la puerta, el vidrio se rompió y por idiota me corté los nudillos.

Jort me miraba y Marisa me tomó ambas manos. Ninguno dijo nada y lo agradezco, en este momento sólo necesito a mi esposa y un teléfono con el que llamar a mis hijos.

North es sinónimo de mala suerte y no me apetece rescatar a Nes para volver a casa y destrozarnos el corazón. A pesar de ser errores o condones fallidos los amo más que a nadie y con el tiempo me e ido enamorando más y más de mi familia, hasta incluso puedo decir que quiero a Junior pero no lo digo porque el ego se le va a subir al cielo. Además si se lo dijera me irá a pedir que abrace a su oso "El señor pepito" pero no pienso decírselo ni abrazar a ese oso mugroso.

-¿A qué le temes?- Marisa tocó mi dedo y este dejó de temblar. Ni siquiera sabía que estaba temblando, esto es nuevo, esta familia me provoca esto. No quiero imaginarme que pasará cuando Princesa tenga a su primer novio, eso me provocará ira como nunca la han visto.

-A nada, sólo cura y Jort, tú sigue conduciendo- me miró de reojo y miró hacia los lados.

-El semáforo está en rojo- espetó.

Alcé la mirada y sí, Jort no se equivoca, vio con sus ojos el semáforo y dedujo esa sabihonda información.

-Que genio el primo que tengo, en la otra vida fuiste Einstein ¡Oye- Marisa me había apretado la mano y puso carita inocente

-Ups ¿Te dolió?- la miré mal y negué con la cabeza. Ella volvió a apretar -¿Y ahora?-

Maldita defensora de pobres.

-Me decepcionas Jort, tu noviecita te defiende y eso te baja puntos ¿Qué pasará luego? ¿Ella usará tus boxers y tú

-Nosotros preferimos no usar ropa interior, Adonis. Me sorprende que tú no hagas eso con Nes. Sabes eso apresura el encuentro...

Maldito.

-Nosotros no usamos ropa en la habitación Jort, sabes "Eso apresura el encuentro"- me le burlé y busqué un teléfono en la guantera.

-Ya basta de bromas, hablo en serio primo ¿A qué le temes? Tu mano parece terremoto- volví a mirar mi mano y es verdad, el temblor disminuyó pero no se detuvo.

-A nada- encontré mi celular al fondo de todo y lo encendí.

Tenía tres llamadas perdidas, todas de Junior. Le marqué y no contestó, intenté tres veces más y nada, a la quinta recién me contestó.

-Junior dime que están bien- no dije hola, ni nada, me importa una mierda los saludos, yo sólo quiero a mis hijos.

Sí, están merendando ¿Por qué lo preguntas? Yo solo llamaba para pedirte prestada la computadora...

-¡Maldito mocoso de mierda!¡Cuando llegue a casa arrojaré al vacío a ese estúpido peluche y ni se te ocurra meterte en mi camino porque te voy a matar Clarence! ¡Eres un idiota creí que algo le había pasado a mis hijos, te voy a meter la computadora por el...

-¡Basta!- Jort me quitó el teléfono y habló con su estúpido niño.
Sí hijo eres un tonto, no estamos de paseo vinimos a matar a un idiota. Sí tu tío no a tenido sexo- lo miré con odio y escuché a Marisa ocultar su risotada bajo una tos muy falsa
-Exacto, si tu tío no tiene a tu madre el pito no se le para y su segunda cabeza deja de funcionar, es algo complejo hijo porque a veces no sé si me habla con la cabeza pegada al cuello o si...

AdonisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora