IV [200430]

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— Deja de molestarme y hazlo. — Y entonces JungKook lo hizo sin esperar. — ¡Auch!. — Soltó un chillido.

— Estoy siendo lo más gentil que puedo. — Paso el algodón de nuevo. — Sólo pondré esto y estarás bien. — Tomó un poco de pomada para después ponerla sobre el moretón, también agarro una curita y la puso donde el golpe se sentró. — Listo. — Sonrió pero miro como el otro sollozaba. — ¿En serio estas llorando?. —

— Perdón, yo no quise pero no pude aguantar pero prometo no hacerlo de nuevo. —  Lo miro para después quitar la mirada.

— Oye tranquilo, esta bien si quieres llorar. — Trato de hacerlo sentir bien.

— Si. — Susurro.

JiMin miro como el más grande se levantó hasta una mesa pequeña y busco algo, poco después vio que era un plumón.

— Toma esto como una disculpa. — Y entonces vio como este llevo el plumón destapado hacia su curita y escribió algo.

Este escribio; Lo siento ♥.

— ¿Qué pusiste?. — Tocó ligeramente su cara.

— Lo sabrás, cuando lo veas. — Sonrió. — Eres muy sensible. —

— Yo soy lo contrario a ti. — Se apeno después de haberse dado cuenta de lo que dijo.

— De eso me doy cuenta. — Lo miro de arriba abajo. — ¿Me preguntaste la hora? ¿No?. — El pequeño asintió. — Son como las cinco de la mañana. —

— Pensé que era más tarde. — Sonrió apenado.

— No lo es, ¿Quieres desayunar?. — Pregunto levantándose del sofá.

— Si. — Asintió tocándose el estomago. — ¿Me vas a envitar a desayunar?. — Sonrió levantándose con energía.

— Yo nunca dije eso. — Cruzó los brazos asiendo que sus músculos se marcarán.

— Ohh~. — Bajo su mirada fingiendo tristeza.

— Bien bien, ¿Qué quieres comer?. — Pregunto.

— Pollo crujiente. — Suplico acompañado de un puchero.

— Bien, iré por el. — Tomó las llaves de la casa.

— ¡Yei!  mi nuevo amigo me va a comprar pollo ¡Qué buen servicio!. — Empezó a reír.

— Cállate o me voy arrepentir. — Frunció el seño para después sonreír. — Esperame aquí. — Y con eso último salió de la cálida casa.

Después de eso JiMin se levantó para explorar la acogedora cabaña, miro la sala y vio tres muebles de cuero junto con una mesa donde había una lámpara, quiso explorar la cocina y no espero fue allí y vio lo normal, una estufa, un fregadero, una barra, un pequeño comedor. Después entró a donde parecía el cuarto de JungKook, al estar ahí sintió escalofríos, sentía un poco de pesades en este lugar, vio la cama y de ahí el tocador, al ver que tenia un espejo fue directo a mirar que decía su curita, al ver lo que decía se sonrojo, a pesar de que una mejilla ya la tenia roja.

Y en eso también recordó lo que había pasado, ese golpe, el sentía que no había sido su culpa, formó una hipótesis; probablemente le había ocurrido algo que involucraba su tatuaje y por eso al recodar lo malo se enojo.

Era lo más razonable o de otra forma no se hubiese enojado de esa forma tan salvaje.

Salió del cuarto para escuchar la manija abrirse y dejar ver a un JungKook un poco sudado, este soltó un suspiro, dejó la comida en la mesa y se tiró en un sofá.

— ¿Qué sucede?. — Se acercó a el.

— Tu aldea esta alocada. — Sonó agitado.

— ¿Fuiste a mi aldea?. — Se sorprendió tanto que casi los ojos se le salen.

— ¿Conoces otro lugar que venda pollo crujiente?. — Hablo sarcástico. — Todo están cantando una canción de paz y no se que mierda más. — Gruño. — Estuve así. — Hizo una medida corta con sus dedos índice y pulgar. — De matarlos, "Los lobos tan poderosos durmiendo en las sombras por miedo", ¡eso es una burla para mi!.

— Perdóname, mi aldea es tan tonta. — Se tocó la sien. — Me alegro de ser diferente. — Sonrió mientras recargará su mentón sobre el filo alto de el sofá.

— ¿Diferente?. — Levantó una ceja. — Tu y yo estamos siendo diferentes. — Sonrió un poco.

— Prácticamente estamos asiendo la diferencia. — Río orgulloso. — Espero que algún día todos podamos verdaderamente vivir en paz. — Agachó un poco la mirada.

— Algún día. — Susurro. — Pero en lo que llega el día, ¿Te parece si comemos?. — Se levantó del sofá.

— Me parece bien. — Río mientras se dirigía al comedor.

En ti esta mi verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora