Nuevamente habían pasado otras dos semanas, y en estas pasaron algunas cosas, una de ellas era el trato entre ese par, JungKook se había obsesionado con oler el cuello de JiMin, cada vez que esté iba a su casa hacia esto; El menor llegaba con su típica canasta, la dejaba en la mesa y empezaba a sacar la comida después JungKook se acercaba abrazarlo por la espalda y empezar a oler su cuello. El otro tampoco le molestaba esta acción el solo se cerraba sus ojos y disfrutaba de la sensación.
El día de hoy se habían preparado pues JungKook le tenía una sorpresa a JiMin, extrañamente se sentían nerviosos.
Ahora estaban yendo hacia el lugar sólo conocido por el lobo.
— Pronto vamos a llegar. — Aviso algo serio.
— Si. — Susurro sin mirarlo. — ¿Por qué me pediste que trágica ropa extra?. — Trato de romper el hielo.
— Es una sorpresa. — Lo miro. — Se que te gustará. — Le dio una sonrisa.
Eso fue lo ultimo que dijeron hasta que JiMin pudo escuchar el sonido de la cascada, eso le emocionó mucho.
— ¿Es lo que creo que es?. — Una sonrisa apareció en su rostro.
— Ve y descubrelo. — Sonrió al ver la bonita sonrisa de su pequeño ángel.
JiMin no se hizo esperar y empezó a correr para descubrir lo que ya estaba pensado, pudo ver una enorme cascada, el pasto verde, los pajaritos cantar, el agua corriendo, todo era simplemente hermoso.
— Es precioso. — Admiro. — Gracias, gracias. — Se puso tan feliz que no se dio cuenta de que corrió hasta para abrazarlo y este en reacción lo cargo.
— Es precioso. — Miro todo el lugar con una sonrisa. — Se parece a ti. — Halago.
— Kookie. — Susurro sonrojado.
— Fresas y chocolate. — Y cuando menos lo esperaron JungKook ya se encontraba oliendo el cuello de su menor. — Tan delicioso. — Relamio sus labios.
— Kookie, hay que comer. — Susurro con los ojos cerrados.
— Claro pequeño ángel. — Lo bajo al pasto. — ¿Donde te quieres poner?. — Pregunto aún con sus manos en su cintura.
— Cerca del río. — Bajo la mirada pues la de su gran lobo era pesada.
El otro sonrió victorioso pues sabía lo que había causado en JiMin, le soltó la cintura para poder caminar hasta donde el pequeño quiso estar, al ya estar ahí saco la manta ya conocida y la colocó sobre el pasto verde.
— Traje quesadillas preparadas. — Saco dos platos.
— ¿Qué contiene?. — Curioso mientras veía como sacaba dos vasos.
— De todo un poco, quesos, jamón y creo que la señora le hecho una carne que viene de no se donde. — Río ante lo ultimo que dijo. — Pero provee una y estaba delicioso. — Sonrió.
— Bueno, siempre hay que probar cosas nuevas. — Río para después tomar una quesadilla del plato que tenia enfrente.
— Eso dice mi madre. — Tomó una para el también.
— Eso me recuerda a la vez en la que fui a tu casa. — Dio la primera mordida. — Tu mamá me agrado es algo curiosa pero agradable. — Saboreo su comida.
— Si, es curiosa. — Sonrió con amor para su madre.
— En cambio tu padre parece estricto, muy serio. — Su cara cambio a una sería.
— No se por que se comportó así, el no es tan enojon. — Le dio una mordida a su quesadilla.
— El tema de los lobos, es como si el supiera pero realmente quería tentarme, lo sentí. — Se tocó el pecho.
— Eso parece. — Dejo su quesadilla. — ¿Y mi hermana?. — Pregunto nervioso.
— Tu hermana es bonita. — Término su quesadilla y tomó otra.
— Lo es. — Bajo la mirada.
— Si. — Asintió. — Pero... — Se acercó a el. — Sigo prefiriendo al hermano. — Susurro en su oído.
— Kookie. — El decía ese sobre nombre cada que se ponía nervioso y se sonrojaba.
JiMin nuevamente no pudo sostenerle la mirada es como si el lobo tuviera alguna especie de poder sobre el, le intimidaba con su mirada oscura pero no le causaba miedo era una mirada diferente, una que le hacía volver loco y...sumiso.
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En ti esta mi verdad
Hayran KurguLas cosas que suceden por "casualidad" muchas veces no son así, el destino puede envolver a personas en años diferentes pero que al final terminan en una misma fecha y sincronía, sin saber por qué esto pasa de esta manera. Pero...¿A que viene todo e...