XV [200601]

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La canasta acabo completamente vacía pues había comido tanto mientras disfrutaban de la vista, eran aproximadamente las seis o siete de la noche, se habían pasado todo ese rato ahí, acostados después de sacar aire.

JiMin miraba el cielo y formaba figuras con las nubes, había encontrado tantas formas distintas que las hacían sonreír inocentemente.

— Mira. — Señaló llamando la atención del lobo. — Ese gran lobo se parece a ti. — Río.

— ¿Haces formas con las nubes?, eh. — Miro hacia donde el otro señalaba.

— Si, recuerdo haber tenido un sueño donde hacia formas con las nubes y desde ahí lo hago. — Contó.

— Ya veo. — Relamio sus labios. — Ese de allá se parece a ti. — Señaló.

— Ahí sólo es cielo azul, no veo ni una nube. — Sonrió buscando la forma o una nube.

— A eso me refiero, tu eres el cielo. — Sonrió mostrando sus dientes.

— Eres tan romántico gran lobo. — Sus mejillas se volvieron rojas.

— Lo soy pequeño ángel. —  Llevo su mano a la mejilla que antes estaba lastimada. — Ya se curo. — Paso la yema del pulgar para acariciar suavemente.

— Jun-ngKo-ook. — Hablo nervioso.

— ¿Qué sucede?. — Quito su mano.

— Se hace de noche. — Mencionó sonriendo con nervios.

— Entonces vamos, te dejare cerca de tu casa. —  Se levantó para después ofrecer su mano para ayudar al otro y este la tomo.

— Gracias. — Río estando de pie. — Voy a recoger. — Hecho rápido los platos, vasos y manta.

— Bien vamos. — Se agachó de nuevo dando a entender que quería que se subiera.

Y así pasó, el menor se volvió a subir a su espalda ahora con una extraña calidez en sus mejillas, empezó a caminar hasta su casa donde bajo a JiMin y le pidió que se voltiase ya que se transformaría.

Ya estando en su forma de lobo se agachó para dejar que este se subiese encima de él, al estar arriba JiMin sonrió con mucha felicidad una felicidad que se removía en el.

La noche estaba llegando haciendo apurar a JungKook pues no quería que a JiMin le pasase algo por andar sólo en la oscuridad,  aunque probablemente la aldea tuviera luz pero era mejor si lo dejaba.

El ya conocido viento movía el pelaje de JungKook y cabello de JiMin, quien se encontraba más que confiado arriba de el, ya no tenía miedo pues sabía que el lobo no le dejaría caer.

— Hemos llegado. — Se agachó para dejarlo pasar. — Ve con cuidado. — Tallo con su nariz el estomago de JiMin.

— También ve con cuidado. — Acarició la cabeza de su mayor.

— Te veo luego pequeño ángel. — Se alejo.

— Hasta mañana gran lobo. — Sonrió para después girar su cuerpo y salir del bosque entrando a su aldea.

A JiMin nunca le gustaron las despedidas aunque supiera que lo volvería a ver, y menos le gustaba si se trataba de JungKook, un amargo sabor de boca lo acompaña al dejar de hablar y ver a el lobo.

Camino saludando a las personas que lo veían pasar, el no era grosero pero entre esas personas se encontraba alguien que no veía hace unos días.

— TaeHyung. — Sonrió mientras lo saludaba.

— Vaya JiMin, hasta que te dejas ver. — Se acercó para chocar los típico "cinco" que se daban al verse.

— Yo estaba ocupado. — Se sonrojo.

— ¿Estas sonrojado?. — Sorprendido. — No me digas JiMin. — Se tapó la boca dramáticamente. — Conseguiste un amante. — Se quito la mano.

— ¿Qué?. — Se exaltó un poquito. — Yo no conseguí eso. — Se ruborizó más.

— Oh vamos JiMin, si no es eso ¿Qué más va hacer?. — Lo miro alzando una ceja. — Has estado perdido unos días. — Con su mano derecha fue tocando los dedos de sus mano izquierda en seña de "estos dias".

— Tae. — Empezó a ponerse tímido. — No es por eso. — Negó lentamente.

— Fingire que no. — Río. — Aunque no te creo. —

— Tae. — La voz de la madre de este sonó.

— Es mi madre. — Susurro. — ¡Voy!. — Grito y se movió hacia su madre.

— Buenas noches señora Kim. — Saludo con una sonrisa.

— Buenas noches hijo. — Regreso el saludo con un sonrisa similar. — Haber cuando vienes a comer con nosotros. — Señaló su casa.

— No lo sé mamá, con eso de que se pierde en alguien. — Le dijo en forma coqueta dando entender bien el mensaje para JiMin.

— ¡Tae!. — Respingo. — No le haga caso, cuando quiera vendré a comer aquí. — Sonrió. — Pero ahora me iré a casa, se hace mas de noche. — Señaló un poco la notable noche.

— Ve con cuidado hijo. —

— Lo haré. — Asintió. — Entonces hasta luego señora Kim, adiós Tae. — Empezó a caminar lento mientas se despedía.

— Hasta luego. — Tae y su madre hablaron uniso en una sonrisa.

Pd: Capítulo extra en agradecimiento por los 1K seguidores, muchas gracias.

En ti esta mi verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora