XXIII [200627]

705 113 2
                                    

JiMin se encontraba sobre la espalda de su gran lobo, este no parecía cansarse ni nada por el estilo, al contrario se veía fuerte e indestructible.

El menor observó por donde pasaban admirando cada paisaje y como cambiaba conforma caminaban.

Vio como JungKook se dirigió a una gran montaña, era alta, tanto que JiMin sintió que si el mayor subía por ahí con el arriba el lobo acabaría exhausto al llegar a la punta.

— Ves esa montaña. — La señaló.

— Si. — Asintió.

— En esa montaña me coronaron. — Contó nostálgico.

— ¿A que te refieres?. — No logro entender por completo.

— Te diré más, cuando estemos arriba. — Le tomo fuerte de las piernas asegurando que no se cayera y siguió caminando.

No contesto nada solo se quedo pensando, al llegar a donde la montaña empezaba el menor trago saliba de los nervios.

— ¿Vas a poder subir?. — Pregunto preocupado.

— Soy un lobo fuerte. — Río.

— Se que lo eres. — Lo abrazo fuerte.

Y sin mas empezó a subir esa gran montaña, JiMin se sorprendió al ver que realmente no lo afectaba el peso que tenia en la espalda.

Miro como la altura iba aumentando y con ello el viento era un poco más fuerte.

Camino por unos minutos pues no duro mucho, JungKook era rápido para caminar, y cuando menos se lo espero el menor ya estaban en la punta de la montaña.

— Hemos llegado. — Se agachó despacio para dejar a JiMin en el pasto. — Vamos siéntate. — Primero el se sentó y luego el menor lo siguió. — Te voy a contar una historia. — Sonrió con nostalgia. — Hace más de treinta años, uno lobo el más sabio de todos hizo una profecía, esta decía que existirá un lobo, el más fuerte jamás visto. — Paro. — Pero que al mismo tiempo en el que se revelaría este lobo, caería una guerra. — JiMin escucho atento. — La profecía decía que este lobo los iba a liberar a todos, poniendo paz a toda la rivalidad. — Soltó un suspiro. — Pero fue cruelmente engañado. — Su voz empezó a quebrarse. — Los enemigos de los lobos hicieron un gran plan, el cual fue exitoso. — Tocó su sien. — El que era jefe en ese entonces mando a su hermana a enamorar a ese gran lobo del que hablaban, pues el sabia que nosotros no éramos completamente lobos. — Un recuerdo llegó a el. — Pero también sabía que aquel lobo había perdido a su madre. — Soltó la primera lágrima. — Ella logró enamorarlo por esas razones pero el realmente jamás sintió nada. — Su voz se volvió fría. — Ni mucho menos cuando la traición sucedió, y la espada marco el fin. — Sintió un dolor en el. — Eso logró que aquel lobo se rompiera y jamas volviese hacer igual que antes, fue culpado por perder contra unos simples humanos. — Nuevamente soltó una lágrima. — A él lobo le decían "Gguk". — Al decir el nombre un escalofríos lo recorrió.

— Ese lobo, fue al que venció mi abuelo. — Sorprendido por lo oído empezó a formar conclusiones.

— Pequeño ángel.  — Llama dulcemente. — Gguk... — Respiro. — Gguk era yo. — Y no pudo evitar empezar a llorar. — Yo no odiaba a tu familia por habernos "ganado", yo los odiaba por que no fueron justos. — Suspiro.

— Mi bisabuelo era...— Se detuvo.

— Fue HeeChul, y su hermana era NaYeon. — Confesó. — NaYeon fue la persona que más me destruyó, con su falso amor. — Sorbio por la nariz.

— Yo... — Sus ojos picaron. — Yo lo siento. — Fue abrazarlo. — No era mi intención que mi familia fuera tan mala contigo. — Empezó a llorar.

— No te disculpes. — Recibió el abrazo. — Tu eres un pequeño ángel que no tiene la culpa de nada. — Acarició su cabello.

— Kookie. — Llamó.

— Dime. — Respondió más tranquilo.

— Ella fue la causante de que tu marca este rota. — Se separo de el con enojo.

— ¿Cómo supiste que era una marca y no un tatuaje?. — Se sorprendió.

— Por qué yo lo vi. — En ese momento sus ojos azules se encendieron en un azul más fuerte y brillante. — Ella corto tu marca con esa maldita espada. — Empezó agitarse. — Por eso te ganaron, por que sabían que eso era algo importante. — Se exaltó. — Fueron unos tramposos, jugaron sucio y no limpio. — Lloro.

— Hey, tranquilo. — Lo abrazo.

— Por eso tu estas así, por eso no puedes usar tus otras virtudes cuando eres mitad humano, rompieron el centro de tu poder. — Lo abrazo fuerte.

— Tranquilo mi pequeño ángel. — Tallo su espalda. — No importa todo lo que me hicieron, ahora solo me importa estar contigo. — Susurro en su oído.

— Se que tu sabes perdonar, por que si no fuera así probablemente me hubieras matado desde el primer día en el que nos conocimos. — Sus ojos brillaron aún más.

— JiMin. — Tomó su rostro entre sus manos. — ¿Has visto tus ojos?. — Acarició con su pulgar su mejilla izquierda.

— ¿Qué sucede?. — Pregunto un poco más tranquilo.

— Están brillando. — Sonrió.

— ¿Qué?. — Sorprendido saco un espejo de su pantalón.

— Son iguales a los que se refería la profecía. — JiMin se miro y se sorprendió al ver el azul fuerte que emitían sus ojos.

En ti esta mi verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora