VIII [200509]

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— ¿Cuanto tiempo hemos estado aquí?. — Pregunto mientras tocaba su pansita.

— Ya es medio día, ¿Tienes hambre?. — Se levantó del suelo.

— Si. — Tallo su pasa.

— Está vez yo eligire lo que comemos. — Extendió su mano para ayudar al pequeño a levantarse.

— Me parece bien. — Jadeo por la fuerza que estaba ejerciendo para levantarse hasta que vi la mano del otro y la tomó. — Gracias. — Agradeció una vez que estaba de pie.

— No hay de que. — Sonrió. — Puedes voltearte, me voy a transformar. — El otro hizo caso. — Listo. — Aviso.

— Me subiré otra vez en ti. — Sus ojitos soltaron un brillo.

— Si. — Río para después agacharse y dejar que el otro estuviera arriba.

Era como un deja vu pues JungKook volvía a correr con gran velocidad dejando ver como el viento soplaba y la tierra se levantaba por la rapidez, la única diferencia fue que JiMin ya no tenía miedo, ahora solo se dispuso a sonreír por lo que sentía.

Cuando vio la casa de JungKook se extraño pues el pensaba que lo llevaría con el para buscar la comida ya que sabía perfectamente que una comida de su aldea no traería.

— ¿No me llevaras contigo?. — Pregunto triste.

— Tu quédate en la casa, será una especie de sorpresa. — Río.

— Si es así puedo esperar. — Bajo del lobo cuando este se volvió agachar. — Ve con cuidado. —

— Soy un lobo fuerte. — Sonrió.

— Lo se pero aun así. — Mención mientras se dirigía a la puerta.

— Ahora vuelvo. — Y entonces JiMin pudo apreciar como el otro se dispuso a correr nuevamente hacia el bosque.

Se pregunto que traería, ¿le gustará lo que traiga? seguido de esas pregunto se movió hasta la puerta y entro a ella o más bien entró a la casa.

Miro el sillón y entonces fue hasta el para después acostarse en el, se sentía algo cansado puesto a que se había levantado muy temprano, se tomaría una siesta.

No supo realmente cuanto tiempo paso puesto a que se durmió y el que lo levantó fue el lobo.

— JiMin. — Llamó. — JiMin. — Volvió a llamar. — Pequeño ángel. — Y por fin el menor se removió.

— Mmh. — Se tallo el rostro. — ¿Qué sucede?. — Pregunto un poco confundido.

— Ven a comer. —

— Si. — Se levantó lento. — ¿Qué comeremos?. — Pregunto cuando recordó que JungKook traería comida que el no sabia que era.

— Lo sabrás cuando lo huelas. — Entonces JiMin empezó a olfatear.

— Creo que... — Dio una ultima olida inundando sus fosas nasales de ese delicioso olor. — ¿Pescado?. — Sonrió.

— Si, y lo cosí para ti. — Señaló el suyo en la mesa donde antes habían comido.

— Muchas gracias. — Camino hasta la mesa.— Se ve delicioso. — Su estomago sonó inaudible.

— Obvio, lo hice yo. — Sonrió victorioso. —  Espero que te guste. — Se sentó en la mesa. — Encontré un melón y lo hice agua de melón. — Señaló la jarra.

— A mi me gusta todo tipo de agua de frutas. — Repitió el acto de sentarse. — ¿Tu pescado también lo cosiste?. — Dio una mirada sorprendido y el otro sólo asiento.

— ¿Creías que lo comería crudo?. — El menor asintió tímido. — Claro que no. — Río.

— Bueno basta de hablar, comamos. — Tomó el tenedor. — Se ve tan bien. — Dio la primera probada.

— ¿Sabe bien?. — Pregunto preocupado.

— Mmh. — Saboreo su comida. — Esta... — Digerio su trozo de pescado. — Delicioso. — Sonrió.

— Me alegra que te guste. — Y entonces pudo empezar a comer en paz. — Vi que estabas dormido, si quieres después de acabar de comer puedes ir a mi cuarto y descansar todo lo que quieras. —

— ¿En serio?. — Sus ojos brillaron.

— Claro que si. — Asintió mientras el probaba su propia comida.

— Si es así gracias, por que en serio estoy muy cansado. — Cerró sus ojos. — Me levanté como a las tres o cuatro de la mañana. —

— Entonces descansa aquí todo lo que quieras. —

En ti esta mi verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora